Para el Reiki, es un antiguo bloqueo emocional, algo que quedó instalado en la persona y que ésta no pudo resolver. Por lo general, lo que ocurre es que,
cuando se produce una situación similar o aproximada a aquel momento histórico por el que se originó ese bloqueo, la persona se desestabiliza y así se altera su presión sanguínea. Es como si la memoria celular viniera a recordarle que debe sanar aquella historia olvidada y, para eso, el Reiki constituye una opción efectiva.
Se cree que no es un castigo sino un bloqueo de nuestras emociones, de nuestros pensamientos, generado por nosotros mismos. La enfermedad es una señal, un síntoma, una alarma. Para hacer una comparación simple y entender lo que ocurre en nuestro cuerpo cuando nos enfermamos, podemos decir que es como si se cortara la luz y saltara el cuadro general; si la persona levanta el interruptor sin arreglar el desperfecto, la luz va a volver a cortarse. Por eso, es necesario entender que el Reiki no es como una pastilla que soluciona el problema inmediatamente sin que uno deba esforzarse sino una herramienta que facilita el camino para descubrir la causa del bloqueo. Esta técnica puede ayudarnos a encontrar el camino, pero nosotros mismos debemos recorrerlo para hallar la sanación.
El tratamiento de Reiki para la hipertensión trabaja sobre la zona del cuello, las clavículas, el corazón, la zona ubicada debajo de las axilas y la parte de la espalda media. Se tratan tres tipos de glándulas: la tiroides, las suprarrenales y el timo, ya que cada una tiene relación con el trastorno.
Se recomienda tratamiento de reiki incidiendo en posiciones de cabeza 2 y 3, en zona garganta y zona corazón. Se recomienda iniciar a la persona en reiki nivel 1 y reiki nivel 2 para autotratamientos continuos de refuerzo.
Cuenta aquí tu caso y te indico que puede hacer reiki por tí.
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