Te has preguntado alguna vez ¿Qué pensarán de mí nuestros vecinos? ¿Qué pensará de mí mis compañeros? ¿O mi jefe? ¿O mis subalternos? ¿O mis profesores?
En primera instancia si supieras cuanto hablan de ti tus vecinos, no tendrías de que preocuparte. ¿Acaso ellos te dan el vestido para la fiesta del sábado? ¿O acaso ellos te dan para el mercado o para la comida? Ellos están ocupados en sus propias vidas y seguro no les queda ni tiempo ni fuerzas para pensar o hablar de ti.
El buscar la aprobación de otros, a veces, tiene una connotación de inmadurez. Está bien que desees la aprobación, lo que no está bien es que la necesitesinnegablemente para poder vivir bien o para poder alcanzar tu paz interior.
Esto más bien habla de tu baja autoestima, inseguridad y de una dependencia emocional hacia los demás. Aquí me salió la parte mía de ser psicóloga de corazón como me autodenomino.
LA INSATISFACCION NO DEBE SER HACIA LO QUE ESPERAN LOS DEMAS DE MI Y AL TRATAR DE COMPLACERLOS DEBE CONSISTIR LA SATISFACCION EN NO DEFRAUDARNOS A NOSOTROS MISMOS
Date el permiso de aprobarte tú. No te defraudes.