Compulsión: La persona experimenta un impulso incontrolable de consumo.
Tolerancia: Con el tiempo se necesita aumentar la cantidad o frecuencia del consumo.
Síntomas de abstinencia: se experimentan síntomas físicos y/o psicológicos desagradables, como ansiedad, irritabilidad, temblores, sudoración e insomnio, entre otros.
Pérdida de control: La persona pierde la capacidad de controlar su consumo.
Interferencia en la vida cotidiana: afecta negativamente diferentes áreas de la vida de la persona, como el trabajo, las relaciones personales, la salud física y mental o las responsabilidades familiares..
Negación y minimización: se tiende a negar o minimizar el problema, justificando su comportamiento.
Ciclo de recaídas: la adicción es una enfermedad crónica y recurrente.