Qué hago cuando voy tan rápido que me pierdo todo

NO tengo tiempo

Estoy agobiad@

Me siento culpable

Siento que pierdo el control

¿Sufres de aceleramiento atolondrado?

El aceleramiento atolondrado (del que aún me quedan resquicios), era uno de mis talones de Aquiles, ir corriendo, hacer, deshacer, sentirme impotente cuando no llego, sentir que no lo controlo todo,… que afortunadamente no controlo todo. Afortunadamente me di cuenta de que la vida no es una rutina, es incierta y ahí está la gracia,  de que disfrutar la vida es experimentarla en presente, en vez de vivir en una lista agobiante e interminable de tareas, de que darme tiempo es regalarme Vida, tiempo de disfrutar de mi familia, de mi misma, de caminar por la montaña, de escribir, de estar con mis amig@s, de cocinar o de limpiar la casa. De que cuánto mejor es mi relación con mi yo interno, mejor es mi relación con mi familia, y mi entorno. Tu tiempo, el tiempo de cada uno de nosotros es valioso, y tomar conciencia  y sentir como uso el tiempo me ayuda de manera natural a tomar decisiones.


Una solución: hacer tu Santa Voluntad

Cuando creía que no tenía tiempo para nada, aprendí de uno de mis mejores maestros que lo mío no era cuestión de organización, lo mío radicaba en dejar de hacer un montón de cosas que no quería hacer y que me quitaban energía. Y es que el título de este párrafo lo he puesto con toda la intención: hacer tu Santa voluntad, o dicho de otra manera, lo que realmente quieres y necesitas hacer, aquellas cosas que decides sabes que están alineadas contigo, aquellas cosas que te llaman, aquello que surge desde tu centro y tu serenidad. No las cosas que crees que tienes que hacer, o lo que surge como un ansía descontrolada desde el inconsciente. Imagina haciendo las cosas que quieres, quieres de querer, de amar,  en vez de las cosas que crees que tienes que hacer. Tanto sentimiento de obligación abruma, desborda, agobia y destruye. Destruye tu Autenticidad, amordaza tu Corazón y opaca el Alma.


Engañar a la pereza para hacer lo que realmente quiero

Si, lo has descubierto, otro de mis talones de Aquiles es la pereza. Qué va muy bien para descansar un rato, aunque las sobredosis son temibles. Y la culpa y desasosiego, pueden entonces asomar sus orejas.

Una de las técnicas que uso cuando no tengo ganas de hacer algo por pereza aunque sé que me viene bien, es la técnica de los 5 minutos. Me pongo cinco minutos a limpiar, y luego de esos 5 minutos continúo placenteramente hasta que acabo. O me pongo a cocinar por sólo cinco minutos, y ya no lo dejo hasta que acabo la receta. O salgo a caminar por 5 minutos, y cuando ya estoy puesta me siento tan bien que continúo mi paseo.

A veces no todo es tan fácil. Hay que hacer cambios profundos. Si te sientes abrumad@, y no sabes qué hacer, o te desinflas a la semana de empezar,  te recomiendo buscar ayuda de un terapeuta que te facilite la reconexión con tu yo interno, que te facilite la sanación de tu niñ@ interior, la liberación emocional y la sanación de esa parte inconsciente, que muchas veces amordazamos mirando la tele, enganchados al móvil, o comiendo compulsivamente o de manera inadecuada. Desamordaza a tu Yo interno, libera todas esas emociones bloqueadas que te atoran, y recupera tu Corazón, tu Tiempo, y tu Vida.

Fuente: este post proviene de Mentxu da Vinci, donde puedes consultar el contenido original.
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