QUÉ ES LA IDENTIDAD DE GÉNERO

La identidad de género se refiere a la percepción subjetiva que cada persona tiene sobre sí misma con respecto al género (masculino-femenino), que puede coincidir o no con su sexo biológico (hombre-mujer).

Cuando la identidad de género se corresponde con el sexo biológico se dice que son personas cisgénero (el varón se identifica con el género masculino y la mujer con el femenino); son la gran mayoría de la población. Cuando no se corresponde la identidad de género con el sexo biológico se dice que son personas transgénero.

Los seres humanos somos una especie sexuada desde el punto de vista reproductivo; nacemos con un sexo (macho o hembra, hombre o mujer) pero no nacemos dotados de un género, que probablemente sea la primera etiqueta cultural que adoptamos. El examen del aparato genital externo al nacer constituye la asignación del sexo biológico y el inicio de una predestinación cultural basada en expectativas sociales.

Hasta tiempos recientes se ha clasificado a nuestra especie mediante el dimorfismo sexual hombre-mujer, pero la evolución sociocultural ha necesitado otra clasificación para responder a las diferencias que manifiestan las personas más allá de su biología. Lo cultural y lo biológico interactúan de forma continua ampliando las categorías con el tiempo, por ejemplo incluyendo andróginos e indiferenciados.

El término género, de carácter psicológico y sociocultural, se introdujo a mediados del siglo XX para diferenciarlo del sexo biológico: nacemos hombre o mujer, los órganos sexuales (pene, testículos, vagina) imponen nuestra realidad biológica. Pero también tenemos un sexo psicológico, podemos sentir masculinidad o feminidad en diferentes grados. La identidad de género es el conjunto de pensamientos y sentimientos que tenemos al sentir que pertenecemos a una categoría social de género.

La masculinidad y la feminidad, es decir, las características propias de hombres y mujeres cuyas conductas son predecibles y deseables según las diferentes sociedades, son constructos (conceptos o categorías descriptivas) que intentan definir nuestra personalidad en función del sexo.

La masculinidad puede identificarse con una persona segura de sí misma, ambiciosa, autosuficiente, fuerte, dominante, asertiva, etc., mientras que la feminidad se identifica con una persona dulce, acogedora, dócil, sensible, discreta, preocupada por las necesidades ajenas, etc. Mediante la asignación de características masculinas y femeninas, las habilidades y motivaciones de los individuos se orientan hacia los estereotipos.

La identidad sexual y la identidad de género colaboran en la construcción de nuestra identidad individual (la idea que tenemos de nosotros y que nos diferencia de los demás), aunque la identidad de género es más general e incluye unos aspectos psicológicos de identificación que pueden ser independientes de los condicionantes biológicos.

LA INFLUENCIA DE LA CULTURA

Cada persona está influenciada por su cultura y lo que significa para ésta ser hombre o mujer; lo que se considera propio de varones en unas sociedades puede considerarse propio de mujeres en otras distintas. La imposición de enseñanzas, costumbres y roles preestablecidos por el hecho de nacer hombre o mujer puede ser determinante sobre nuestra manera de ser y actuar.

Todas las sociedades poseen un conjunto de categorías de género que sirven de base para el desarrollo individual de una identidad social con la que relacionarse con sus integrantes. Generalmente hay una división básica entre el sexo biológico, la identidad de género (ideales de masculinidad y feminidad) y los atributos de género asignados a hombres y mujeres.
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Pero algunas personas no se sienten identificadas con ciertos atributos de género asignados a su sexo biológico, como los transgénero o de género no-binario. Por eso algunas sociedades (culturas no occidentales) han añadido categorías vinculadas a un tercer género; por ejemplo en India o Bangladesh hay un tercer género, los hijras, identidad distinta a hombre o mujer. Los hijras son mayoritariamente hombres que se visten y se comportan como mujeres. Muchas culturas indígenas alrededor del mundo tienen diversas formas de tercer género.

Además de las características sexuales visibles, hay otras que no se ven, órganos internos como la vagina, el útero o los ovarios en el aparato genital femenino, o los testículos alojados en el escroto en el masculino que producen hormonas sexuales como la testosterona. Nos definen los cromosomas, que transmiten la información genética para producir hormonas que determinan nuestro sexo.

Pero la formación de los órganos sexuales puede verse alterada por diferentes causas (alterando a su vez la determinación del sexo), por ejemplo con el exceso de producción de hormonas (masculinas o femeninas) o la incorporación de un cromosoma adicional. La testosterona en el cerebro en desarrollo es el principal responsable de la identidad de género y de los diversos trastornos del tipo intersexual.

LA INTERSEXUALIDAD

La intersexualidad se refiere a la presencia en un mismo individuo de características sexuales de hombre y de mujer en una proporción variable. Son personas cuyos genitales y características que determinan el sexo no se corresponden con lo que se considera normal para un hombre o una mujer. En algunas culturas las personas intersexuales sufren mutilaciones y esterilizaciones, aun siendo bebés, para que se asemejen al sexo que le corresponde y así poder catalogarlas.

El Síndrome de Insensibilidad a los Andrógenos (SIA) es una afección genética (mutaciones en el gen receptor de andrógenos) que se presenta en un varón (con cromosomas XY) cuando su cuerpo es incapaz de responder a los andrógenos (las hormonas sexuales masculinas), por lo que tiene rasgos físicos de mujer pero caracteres genéticos de hombre.

Hay un SIA completo donde no se desarrolla ninguna característica masculina y el bebé nace y se desarrolla con total apariencia femenina; tiene un cuerpo de mujer con senos, vagina y muy poco vello, pero le falta la menstruación ya que no tiene útero ni ovarios (no puede concebir). Son varones XY que tienen apariencia de mujer y se desarrollan como mujeres sin presentar incoherencias de género.

En el SIA parcial las personas tienen una mezcla de rasgos masculinos y femeninos, variando mucho el grado de ambigüedad de una persona a otra; por ejemplo, hay individuos con características masculinas pero que han desarrollado senos (ginecomastia).

LOS ROLES DE GÉNERO SE APRENDEN

Los roles de género nacen mentalmente en la niñez más temprana aprendiendo de su ambiente, asociando ciertos juguetes, actividades, colores o vestidos con el papel que cada uno debe hacer en sociedad. El infante va desarrollando precozmente su idea de pertenencia a un sexo según las normas de masculinidad o feminidad vigentes en su entorno, expresando así su individualidad de género.

Los críos de unos dos años ya conocen las categorías de género que imperan en su sociedad y que le servirán de base para cuando, hacia los siete años, tomen conciencia de su propio sexo biológico. Hasta entonces los pequeños aprendices, aun sabiendo que pertenecen a un cierto sexo, creen que se puede cambiar en función de atributos físicos externos, como el peinado o la vestimenta. Las faldas, por ejemplo, se suelen considerar una prenda exclusivamente femenina en casi todos los países occidentales, pero en Escocia los hombres las usan para resaltar su masculinidad.

Los roles de género cambian según las diferentes épocas y culturas, puesto que la sexualidad y el género son construcciones sociales y culturales que se expresan en cada individuo de manera única. El proceso de construcción de la identidad de género es individual, y aunque se desarrolla junto con el aprendizaje de conductas, estereotipos y roles sociales de su comunidad, cada persona descubre su propio sentido de masculinidad o feminidad.

RESUMIENDO

La identidad de género se adquiere durante la infancia mediante un conjunto de factores cognitivos y emocionales en interacción con el entorno social (la familia, la escuela y los medios de comunicación).

La sociedad informa al aprendiz sobre los roles de género y transmite el contenido de masculinidad y feminidad aceptado en su comunidad mediante estereotipos aprobados por la mayoría: vestir a niños y niñas de forma diferente (incluso atribuir a ciertos colores un género), determinar diferentes tareas para cada género o regalar juguetes exclusivos para él o ella.

Los papeles sociales, básicos para organizar la estructura social, afectan al comportamiento de las personas y tienden a perpetuar las posibles desigualdades que estos roles acarrean.

La naturaleza humana no se puede comprender sin el concepto de identidad, algo que proporciona unidad y coherencia durante toda la vida. La identidad de género es un proceso natural donde hombres y mujeres, tanto cisgénero como transgénero, son eso: hombres y mujeres que pertenecen al género humano.

Autor: Iñaki Kabato (colaborador de nuestro blog)

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