El éxito es tomado popularmente, como aquello que una persona logra de forma reiterada en las actividades que realiza, sin fallas, sin errores, sin fisuras y con la errónea construcción imaginaria, de que el proceso hasta llegar al éxito, solo tuvo etapas favorables, evolutivas y constructivas, y que quien hoy tiene lo que tiene y se le puede llamar “exitoso”, también lo es como persona, que desconoce el “fracaso”, y que nunca ha tenido que encontrarse con resultados diferentes y adversos a los que esperaba en cada emprendimiento.
Hay que tener en cuenta que la noción de éxito es subjetiva y relativa. A menudo asociado con la victoria y la obtención de grandes méritos, el éxito es parte de nuestra vida casi cotidiana y en general no se comparte con mucha gente.
En lo que hace a la subjetividad, podemos decir que cada vez que nos proponemos algo y lo conseguimos, sea mejorar nuestras condiciones laborales, aprobar un examen, dejar de fumar o simplemente ahorrar dinero para darnos un gusto, somos exitosos. Porque para cada uno de nosotros el “éxito” que buscamos será diferente al que buscan otras personas, porque no todos deseamos lo mismo.
Pero alrededor de la noción o el concepto general de lo que es el éxito, existe un gran mito: Éxito es igual a suma de logros, a veces consecutivos, y ausencia de errores o “fracasos” en el camino que el sujeto transito hasta llegar a su meta.
Y aquí los psicólogos, vemos un error muy contundente, que confunde y puede llevar a las personas a dejar de intentar, o a no intentar cumplir con las metas que se han propuesto ya sean, profesionales, económicas, sociales, familiares, etc.
Como primera medida ya es un éxito, que el sujeto sepa lo que quiere para su vida, porque aunque parezca increíble no todos están conectados con su deseo y saben exactamente lo que quieren, la mayoría sabe LO QUE NO QUIERE, pero lo que quiere si uno se lo pregunta, no lo pueden responder de forma asertiva y clara.
Entonces ya saber a dónde queremos llegar, y quienes y que queremos hacer, es no un éxito, sino un rasgo muy claro de que la persona sabe dónde está parada, como quiere vivir, y cuáles son sus metas y finalidades, (siempre que se trate de deseos personales y no de mandatos familiares).
Esto que tal vez parezca tonto ya nos marca la mitad del camino o más, sabemos a dónde queremos ir, y para que, quien queremos ser, no es poca cosa! Porque encontramos nuestro rumbo en la vida, y no iremos como una hoja al viento a caer donde la vida nos lleve, porque el tener metas, hace que forjemos caminos para llegar a ellas, y tenemos nuestra guía y un plan para seguir. Y poder forjar nuestro futuro obviamente primero desde una construcción psíquica para llevarla a cabo, es más que un éxito, es UN MODO DE VIDA.
Y acá es donde entra la pregunta, el éxito es que siempre todo nos salga bien?, al primer intento?, sin fisuras, ni errores?, desafiando la definición que encontramos del mismo en donde la busquemos.
Error el éxito, está plagado de falla de errores, de cosas que nos han salido mal, que no hemos podido lleva a cabo la primera vez, sino por lo general después de varios intentos, porque lograr una meta, es también una instancia de aprendizaje, un recorrido muy rico, en el que cometeremos errores y aciertos, en el que conoceremos gente que nos traerá nuevas ideas, y nos transmitirá experiencias que atravesó, cuando estaba haciendo su camino, como nosotros hoy.
Entonces esto de la inmediatez del éxito, de que se llega en una primer instancia porque uno es “exitoso”, es una falacia total, hasta el más rico, famoso y exitoso, cometió errores, no supo manejarse en alguna cuestión, y muy probablemente su meta no la logró en el primer intento, porque todo conlleva un aprendizaje un camino, y avatares que surgen en la vida.
Dra. Lorna Zitarosa