Qué es el despertar espiritual

Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas eres uno con él. El otro te hará maldecir la vida. Uno te hace fuerte, el otro te debilita.
Carlos Castaneda. Las enseñanzas de Don Juan

Nota: este artículo está escrito para los buscadores y buscadoras.
Nota 2: hace unos días mi primo, estudiante de vedanta y un erudito sin barba me dijo: Antonio, tú ya eres iniciado. Y yo le respondí: genial, voy a comprarme una capa de iniciado.

Hace unos años estaba hablando con mi amigo Hikarus al que llamo cariñosamente capitán, y me contó qué era para él el despertar espiritual. Creo que Hikarus es un buen maestro pues trata de que absolutamente todo lo que él enseña por pequeño que sea se comprenda a la perfección, pues sabe que no existe el alumno tonto sino el falso maestro.

Ponía como ejemplo que cuando estamos profundamente dormidos en la cama, acurrucados, calentitos y bajo una manta peluda y un nórdico, no es buena idea que nos despierten echándonos un balde de agua helada en la cara o haciendo sonar una estruendosa sirena, pues el shock sería tan enorme y nos causaría tanto dolor que nos inundaría de inmediato una gran sensación de terror y desubicación.

El despertar que nos gusta y nos hace querer más y más nos atrae, —decía Hikarus—, es el del olor a café recién molido o el de un pan horneándose, la agradable musiquita de nuestra madre cantando, unos pájaros piando, los rayos de sol acariciándonos milímetro a milímetro la cara, o un beso en el brazo de la persona que más amamos.

Con este despertar, poco a poco, paso a paso, como transitando con gracia esa difusa línea entre el sueño y la vigilia, nos estiramos, suspiramos y decimos: ahhh… qué bonito es vivir, ¿qué me espera hoy?

Así, la vida por sí misma nos atrae.

Hikarus me contaba eso para que entienda que aquellos que estamos conscientemente en el camino del despertar hemos de tener tacto, creatividad, y sobre todo un buen pan horneándose a las brasas y desprendiendo su fragancia para que los olfatos de aquellos que se han quedado en la cama un ratito más, empiecen a activarse, a oler, y a sentirse atraídos.

Mira qué majete y qué cara de felicidad.



Creo que la de Hikarus es una buena metáfora, tan buena que cuando años más tarde fui a una charla de Lama Rinchen ya estaba un poco más preparado para oír las enseñanzas de manera directa.

Mira, te pongo un ejemplo de lo que se escuchó aquel día.

¿Cómo ayudar a una persona a despertar?


Normalmente podemos hacer muy poco por los demás, pero podemos hacer muchísimo por nosotros, lo cuál suele contagiar a los demás.

Hasta que la mente de una persona no está fértil no puedes usar un camino directo, tienes que usar indirectas. No puedes regar la planta pero puedes regar alrededor.

Ten paciencia hasta que la persona te pregunte. ¿Y qué hago mientras tanto? regala tu tiempo, sé generoso, regala un libro, habla con buenos modales, sé respetuoso, sé un buen amigo, sé coherente, muy, muy coherente, haz lo que predicas.

A veces es bueno hacerle ver a la persona el extremo del camino que está siguiendo.
Ese día se dijo que el despertar de la conciencia es el momento en que la mente se torna lo suficientemente fértil como para engendrar el compromiso de la Bodichita, es decir, cuando empezamos a tener el deseo de alcanzar la iluminación.

Ahora bien…

¿Qué es el despertar espiritual?

Por lo general, lo primero que tenemos que saber sobre el despertar es que no estamos despiertos, es decir, estamos más dormidos que despiertos.

Como ejemplo, Buda se supone que estaba completamente despierto y por eso le llamaban Buda, que significa literalmente el despierto. Según los budistas ese estado lo adquirió tras años de meditación. Y según los budistas cuando les preguntas en serio, lo consiguió tras muchas vidas anteriores meditando.

Nosotros lo que estamos si acaso es despertando, en gerundio, en movimiento, en camino, en work in progress.

Y digo esto porque pocas cosas hay más comunes en el autodenominado camino espiritual que escuchar a alguien decir el día que desperté o cuando tuve mi despertar.

La persona que dice eso está cometiendo el error de pensar que ya ha adquirido un estado, lo cual no es más que una trampa de su ego para que no siga buscando, ascendiendo y creciendo.

Por eso, y citando de nuevo a Lama Rinchen, más personas abandonan el sendero espiritual por éxito que por fracaso.

Yo ya desperté, pobres insensatos dormidos, solemos decir habitualmente los dormidos. Y es que si tú crees que ya tienes algo ¿para qué vas a seguir buscando?

Sabiendo esto, vuelvo a preguntar, ¿qué es el despertar espiritual?

Espera, no tan rápido. Antes de meternos en el término espiritual, hablemos del término despertar.

El despertar espiritual es, más o menos, un despertar como cualquier otro, me explico: por ejemplo una persona que empieza a aprender chino está despertando al chino. Poco a poco, paso a paso, gota a gota, palabra a palabra, pensamiento a pensamiento, acción a acción, el chino va formando para de tu ser, de su vida. Va llenando cada vez más huecos de su existencia.

Esa persona para hablar chino ha de batallar con las palabras, con su memoria, con su lengua, con los caracteres.

Otro ejemplo es un aprendiz en un taller mecánico que empieza a escuchar ciertas palabras, ciertos tecnicismos, un aprendiz que se llena de grasa, y aceite, y gasolina, un aprendiz que mueve ruedas, desenrosca tuercas, hace diagnósticos de coches y motos y camiones… ese aprendiz está presenciando en sí mismo un gran despertar ¡el despertar mecánico!

Aquel aprendiz, para aprender a ser mecánico tendrá que batallar con el cansancio, con la suciedad, con lo pringoso, con su pericia, con su motricidad, con su creatividad.

Y ¿sabes? pocas veces escucharás al mecánico decir el día que desperté como mecánico, y menos aún el mecánico pensará pobres insensatos aquellos no despiertos… y muchísimo menos aún dejadme ayudaros a salir de vuestra ignorancia de no mecánicos.

Es decir, el despertar espiritual es más o menos el empezar a acceder a un conocimiento y el empezar a adquirir unas habilidades en el terreno espiritual, ¿y contra qué se batalla en el despertar espiritual? contra nosotros mismos, contra nuestra mente, contra nuestra conciencia o su falta de ella, contra nuestro pasado, contra nuestra sombra, contra nuestro dolor, contra nuestro deseo.

Por cierto, ¿qué es eso de terreno espiritual?

Muy fácil. Ambos estamos de acuerdo en que el universo es una cosa compleja, o si no compleja, por lo menos… extensa en cuanto a contenido.

Veamos: en este universo existen cosas materiales como casas, agua, tierra, pájaros, hombres, mujeres, piedras, guitarras, madera… todas ellas son cosas que puedes tocar, ¿me sigues?

Luego también existen conceptos un poco más abstractos, como los sentimientos de amor, miedo, paz, pereza, o sensaciones como calor, frío, picor. Están los pensamientos, la imaginación, alucinaciones, luces, ausencia de luces, electricidad, sonidos, energía, sueños, hondas, fuego, aire…

Todos conceptos que no podemos tocar.

Puedes intentar hablar de ellos o puedes intentar describirlos, pero es algo que o lo ves o lo sientes tú, o no comprenderás la experiencia.

Bien. El despertar espiritual es el empezar a transitar el terreno de lo espiritual, es decir, a comprender por medio de la experiencia todos aquellos conceptos no materiales que no se pueden explicar y que hay que experimentar por uno mismo.

Como diría Sergi Torres… ¿me acompañaron hasta aquí?

Ahora arremángate porque vamos a ponernos perdidos de grasa y sobre todo vamos a fliparnos un poco:

Por extraño que parezca, eso que llamamos energía es algo que se puede experimentar.

Tú, sí, tú, entrenando puedes empezar a percibir que eres… energía.

¿Cómo? pues prestando mucha atención.

Date prisa que van a censurar el vídeo .



¿Sentiré que soy energía tras ver ese vídeo y practicarlo? —dirán algunos—.
¿Aprenderás chino con ver un vídeo y practicarlo sesenta minutos? —responderé yo—.

Como íbamos diciendo, puedes llegar a sentir, a ser, una sensación.
Puedes llegar a sentir, a ser, una honda.
Puedes llegar a sentir, a ser, luz.
Puedes llegar a sentir, a ser, una emoción. Sí, puedes ser amor. Con entrenamiento puedes estar inundado de amor.

Y cuanto más entrenas, más te inundas de aquello que entrenas.

Si no comprendes lo que estoy diciendo no es porque yo esté loco o yo sea muy especial o sepa cosas muy raras, es porque del mismo modo que alguien que no estudia y practica japonés no entenderá el japonés, alguien que no estudia y practica lo espiritual, no comprenderá el camino espiritual.

¿Qué es el despertar de la conciencia?

Despertar tu conciencia es despertar ante ti, el empezar a tomar conciencia de tu conciencia, el llevar lo inconsciente a lo consciente, el pasar de lo burdo a lo sutil.

¿Qué quiero decir?

Que la mayoría de las cosas que ocurren en nuestra vida pasan desapercibidas ante nosotros porque no nos damos cuenta de ello.

¿Y por qué no nos damos cuenta? sencillo. Porque nuestra conciencia está poco desarrollada y abarca pocas capas de la realidad presente. A mayor conciencia, más capas de realidad presente.

¿Y qué ocurre en el presente?

Todo. Absolutamente todo.

Por ejemplo en este momento hay sangre circulando por nuestro cuerpo y no somos conscientes de ello, nuestro corazón está bombeando, nuestras células se están comunicando, tenemos pensamientos surcando nuestra mente sin ningún tipo de control, tanto el aire como la atmósfera tocan nuestra piel y tenemos músculos que están tensados sin necesidad.

Si caminamos no somos conscientes de que la suela del pie tiene una textura y temperatura que entra en contacto con la textura y temperatura del suelo.

Si hablamos con otro ser humano, generalmente no somos conscientes de su tensión facial, de la tonalidad de su voz, de la emoción dominante que impregna cada palabra, de los músculos de su cara, de la temperatura de su cuerpo.

Y tampoco de las nuestras.

Si nos exponemos ante nueva información (por ejemplo leer un libro o escuchar a una persona), no somos conscientes del cambio que esta exposición produce en nosotros.

Si alguien nos dice algo y nosotros respondemos, no somos conscientes por lo general de que nuestra respuesta ha sido automática (es decir, producto de nuestra visión anterior del mundo) y no creativa (es decir, una creación que aúne nuestra manera actual de ver el mundo junto con la nueva información que nos es presentada).

Estos son sólo algunos de los infinitos ejemplos que existen en el terreno del despertar de la conciencia, y hemos de saber al menos de teoría que todo, absolutamente todo lo que existe puede ser conocido por nosotros, puede ser abarcado por nuestra conciencia.

Omni (todo), scire (saber), ente (agente) = Omnisciente.

En definitiva, a mayor despertar, menor dormir.

¿Qué tiene que ver la meditación y el despertar?

Mucho. Muchísimo. Próximamente hablaremos de lo poquito que sé sobre la meditación y sobre lo que aún sé menos de cómo meditar para alcanzar estados superiores de conciencia, pero por el momento puedo afirmar lo siguiente: La meditación hace ganar terreno a la inconsciencia en beneficio de la consciencia.

¿Qué quiero decir?

Mira, concéntrate y trata de sentir tu mano derecha. ¿La sientes? bien, eso significa que ahora has empezado a ser consciente de algo que antes no lo eras.

Ahora, mientras sientes tu mano tienes que preguntarte ¿en qué grado soy capaz de sentir mi mano?

¿Puedo sentir el pulso, la temperatura, el peso, la sangre, los huesos, los músculos, los cartílagos, la textura superficial, puedo sentir la atmosfera rozando mi piel, puedo sentir el volumen que ocupa mi mano en el espacio, puedo sentir las células, las moléculas, los átomos?

Y ahora lo más importante, ¿y durante cuánto tiempo puedo sostener mi atención centrada en mi mano sin distraerme?

Con esto vemos que el despertar de la conciencia dependen del grado y la duración en que percibimos lo que ocurre en el presente.

¿En qué se diferencia el despertar espiritual a otros despertares?

En lo macro, en nada, en lo micro, en todo.

Sospecho que al universo le da exactamente igual que despiertes espiritualmente o despiertes al mecánico que hay en ti, pero como siempre digo está bien saber que el camino espiritual le lleva a quien lo practique, de manera ascendente, hacia la comprensión, hacia la felicidad, hacia la tranquilidad, la percepción, el amor, la sabiduría, paz, ecuanimidad, hacia la no dualidad.

Y precisamente porque este camino lleva a estados como los anteriormente descritos, los que estamos en él tenemos tantas ganas de compartirlo con otras personas y a veces somos un poco cansinos.

Pero cuidado aquí, porque lo paradójico es que cuanta más necesidad muestra alguien de ayudar a otra persona que a su juicio está menos avanzada en el camino espiritual, más demuestra su poco desarrollo en el camino espiritual, pues esa necesidad de ayudar proviene de su miedo, de su no aceptación de lo que es, de su rabieta personal con el entorno.

Aquel que está verdaderamente desarrollado y por lo tanto su comprensión es mayor y más carece de miedo, su ayuda se convertirá en un fin en sí mismo y no en la intención de cambiar la realidad o de obtener algo, es decir, la ayuda de un despierto será presentada como la viva expresión expansiva de la naturaleza.

¿Qué quiero decir?

Que su ayuda se presta sin condiciones.

Que un árbol no se propone crecer y dar frutos, simplemente lo hace porque es su naturaleza. Que la lluvia no riega para dar de beber al árbol, simplemente lo hace porque es su naturaleza.

Aprovecha el tiempo

Querido lector buscador, querida lectora buscadora, voy a contarte cuatro cosas, cuatro cosas importantes.

La primera y la segunda me las dijo mi amigo Gyaltsen:

Antonio, tenemos muy poco tiempo y somos muy afortunados de estar en esta vida, en este cuerpo, en esta realidad… tenemos que aprovechar lo máximo posible en nuestro desarrollo. (O como dirían los chinos… date prisa, es más tarde de lo que piensas).

Las etapas del camino espiritual tienen la forma de un reloj de arena. Cuando lo descubres estás en la parte ancha y generalmente te pasas años dando bandazos de un lado a otro, lateralmente. Descubres el despertar del tercer ojo y te emocionas. Descubres los viajes astrales y te emocionas. Descubres los enteógenos y te emocionas. Descubres el reiki, yoga, chikung, meditación vipassana, trascendental, mindfulness, método Silva, y te emocionas… el abanico de posibilidades en lo espiritual es tan amplio que queremos picotear un poquito en cada uno, y como saltamos de uno a otro nunca llegamos a obtener los profundos beneficios de ninguna práctica, es decir, somos buscadores iniciando la excavación de diferentes pozos y nunca encontrando el agua que nos sacie la sed. Por eso, si queremos llegar al agua tenemos que elegir una técnica, seguir perforando, concentrándonos, profundizando verticalmente en el reloj de arena hasta pasar por su canal estrecho del medio para así poder acceder al otro lado, a la última etapa donde llega de nuevo la grandeza de esa práctica.
La tercera se la escuché, una vez más, a Lama Rinchen: si estás aquí es probable que estés en el despertar de la conciencia y eso significa que tu mente es fértil para iniciarte en el camino no dual. Pero tienes que saber que ese momento no es eterno y que puede durar días, meses, o años y… una vez que se pasa, llega el otoño y nuestra mente deja de ser fértil.

La cuarta me la dijo un amigo de mi padre llamado Federico, un austriaco de ochenta años que ha pasado mucho tiempo de su vida en la India y que conoce cosas del ser humano que pocas personas conocen.

Yo conocía a Federico desde pequeño y nunca jamás supe de sus conocimientos, por lo que aquella noche que paseábamos por el bosque, aquella noche al enterarme por fin de quién tenía delante, le pregunté: Fede, ¿cómo has podido tener una vida normal sabiendo esto? ¿cómo has podido ir a un trabajo todos los días? ¿cómo no has escrito libros, dado charlas, o ayudado a despertar a otras personas?

Y entonces Fede me respondió con el que creo es el mejor consejo que había escuchado hasta ese momento: Antonio, no intentes despertar a nadie mas que a ti mismo.

En fin querido buscador o buscadora, en resumen, el despertar espiritual es el empezar a saber que esto no es lo que te han contado, el empezar a saber qué es este mundo de mente, luces y sombras, traspasarlo y conocer aquel donde no hay ni mente, ni luces… ni sombras… y quizás seguir traspasando mundos y dimensiones de tu interior y descubrir, descubrir y descubrir, y así sorprenderte una vez más de la grandeza de nuestra existencia y de la alegría de vivir.

¿Sabes Antonio? —trato de decirme a mí mismo cuando me doy cuenta—, recuerda que dicen que el verdadero desarrollo de un aspirante se mide por su ecuanimidad y no por sus poses de yoga, no por sus conocimientos, no por su postura de meditador, no por sus críticas a los que no están en su exacta sintonía.

Eso, es dormir. Comprender, es despertar.

Gracias por leerme.



Fuente: este post proviene de Ricos y Libres, donde puedes consultar el contenido original.
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