– Por favor, por favor, por favor. Haz que me toque la lotería.
Así un día tras otro, y como no pasaba nada el feligrés rezaba más:
– Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, haz que me toque la lotería.
Tras muchos días rezando de aquella manera tan desesperada, sucedió que el santo bajó de las alturas y le dijo:
– Hijo, por favor, por favor, por favor, ¡¡Compra un billete de lotería!!”
No es cuestión de fe, entendamos que si no actuamos por mucho que pidamos o imploremos nada va a suceder. Usemos un optimismo inteligente:
Te recomiendo que no atribuyas tus éxitos a la suerte. Siéntete orgulloso de tus logros, no escuches las voces de aquellos que minusvaloran lo que has logrado, ni siquiera escuches esa voz interior que le resta importancia a lo que has hecho y te dice que lo has conseguido por Juanito o por pepita.
Estos son mis logros y “como Juan Palomo, yo me lo guiso yo me lo como” .
Las personas tenemos el mágico arte de interpretar las cosas como nos parece, por ejemplo:
La culpa de todo es mía: No hagas eso. Respétate. Sí, puede ser que te equivocaras, que fallaras, si es así y ya te diste cuenta ya está bien, no sigas, castigarte no merece la pena. Recoge lo que has aprendido y utilízalo para la próxima vez.
La culpa de todo es de los demás: Hay situaciones que son incontrolables en la vida, pero fuera de esto, aplicar este pensamiento es desrresponsabilizarse de tus propias acciones.
“Hay un cierto grado de satisfacción en tener el valor de admitir los errores propios. No sólo limpia el aire de culpa y actitud defensiva, sino que a menudo ayuda a resolver el problema creado por el error.”Dale Carnegie
Asume tus errores sin más, serás más productivo y capaz para transformarlos y utilizarlos de la mejor manera posible para lograr tus éxitos. Pero si te castigas por ellos o adoptas una postura victimista, jamás saldrás de esa inmovilidad y creerás que lo único que puedes hacer en tu vida es esperar un milagro. Acabarás desarrollando aquello que se conoce como indefensión aprendida.
Asume tus limitaciones: No te asustes. No significa que seas incompetente, nada de eso (claro está que por mi altura no podría jugar nunca al baloncesto por mucho que me guste). Si conoces a dónde puedes llegar sabrás qué camino tomar.
Quiero dejaros un vídeo que ejemplifica de manera divertida el motivo de esta entrada..
¡Os animo a que seáis los directores de la banda sonora de vuestra vida!
https://www.youtube.com/watch?v=7E2jsp8mGKA
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