Gracias a todo el equipo de Centro Médico Teknon y a oliverayatsinstitute.com
En primer lugar podemos decir que mi persona es el resultado de dos etapas de mi vida bien diferenciados. El antes, y el después de la operación de mi tumor. Con respecto al después me refiero a la etapa que comenzó a la salida del quirófano. Es el momento de agradecer de nuevo al Dr. Emilio Ayats, al Dr. Barlolomé Oliver y a todo el equipo formado por 17 personas que con una excelente labor me permitieron volver a caminar, sentir, vivir y reír. Sin embargo, por muchos años que pueda llegar a vivir nunca se lo podré agradecer lo suficiente. También agradecérselo a toda mi familia que son parte del antes, y del después.
Conocer Oliver Ayats Institute Gracias, muchas gracias.
Como empezó todo
Me sentía cansada, sin fuerzas para seguir adelante, mi cuerpo comenzó a avisarme, con pinchazos, mareos, dolores de espalda.... Los días iban pasando pero no tenía tiempo para ir al médico. Por la mañana acompañar a mi hija al colegio, del colegio al despacho, del despacho al gimnasio, del gimnasio a hacer la cena, de la cena al sofá todavía con la jornada laboral en la cabeza, e intentando solucionar lo que quedaba pendiente. En realidad dando vueltas a todo para no obviar nada.
Ya había comenzado la crisis, la presión, el mal humor, las tensiones eran protagonistas en mi día a día. De hecho me encantaba mi trabajo, era realmente feliz en el, muy feliz. Pero el me envolvía, me absorbía, era el protagonista de mi vida. No podía perder el trabajo soñado.
Y los días iban pasando, y el malestar aumentando, olvidaba cosas, tenía graves ataques de ansiedad, pero que carai, yo era una mujer fuerte. Eso solo era cansancio, ya descansaré cuando me muera, ahora he de ser la mejor, he de demostrar de que soy capaz, además he de ser una buena madre, y una buena esposa, una buena amante, una buena compañera de vida, una hija ejemplar, una triunfadora.
Había días que me sentaba los viernes, y en la cena especial casi me quedaba dormida, y os aseguro que eso pasó a ser un lujo, por que con el avance de mi enfermedad llegué a no poder dormir.
El cuerpo me paró
Y cabezona, que cabezona, la super heroína cayó. Y cayó empicado, boca abajo. Ese día no podía con mi parte derecha, a duras penas podía caminar, llamé a mi esposo. El corazón me dijo que algo muy grave pasaba, tan grave que recogí mis cosas personales del despacho, como si ya no hubiera un mañana. Esa mañana en la oficina ya no controlaba el esfínter de la orina.
La llegada a casa
Al llegar a casa y en el esfuerzo de ir al aseo descubrí que no controlaba ni el esfínter anal.
Visitas, médicos especialistas...
De aquí para allá, vamos a probar con esto, lo otro....
Opiáceos, morfina, corticoides........
Mi vida se convirtió en un infierno, no podía dormir, no podía comer sola, y no podía caminar. Apenas controlaba los esfínters, y seguía temiendo perder mi trabajo. Como se había complicado todo por no parar a tiempo. No digo que no hubiera podido estar enferma, pero lo que si me aseguraron es que el estrés y el paso del tiempo, contribuyó a complicar muchas cosas.
Fue una odisea, podría explicaros los diferentes diagnósticos, hasta el día de la resonancia.
Llegué a una clínica de Adeslas, era febrero, mi fecha de resonancia por la seguridad social era para junio. Parecía que podíamos tener un poco de luz respecto a mi enfermedad.
Entonces me tuvieron que poner más contraste. En la ventanita aquella que podía divisar, y que había 2 personas, empezó a llegar gente, como pintaba aquello. Mis lágrimas corrían por las mejillas, ya había llegado allí con sillas de ruedas. Tenía miedo, mucho miedo, muchísimo miedo. Dejaron entrar a mi esposo conmigo el me miraba, yo podía sentir cuanto me amaba. Cada vez más miedo, y más ganas de vivir.
Podeis imaginar lo que se sucedió, al día siguiente a las 8:15 de la mañana teníamos el informe, a las 11:30 del mismo día ya ingresaba en la Teknon. Me operaron el 15 de febrero, después del día de los enamorados, cuando llegaron los médicos a la habitación para hablar con la familia, todos lloraban. Todos menos yo, había una luz al final del túnel, yo les dije a todos que iría bien, que tenía muchas ganas de vivir, que no se preocuparan, que no era nada científico, pero que tenía el sentimiento de que todo iría bien.
La cirugía
Duró casi 9 horas, fui a la UCI, cuando desperté estaba ahí el Dr. Emilio Ayats, me pidió que moviera las piernas, y las podía mover. Si las podía mover!!!!! Ahora me caen las lágrimas pero es de pura emoción. La recuperación fue larga, pero no tan dura como no poder haber vuelto a caminar, o haber tenido la noticia de metástasis, o no haber salido del quirófano. Eso no cuenta, lo que cuenta es que tengo el mejor de los regalos, una vida. Una vida para vivirla, no para gastarla con preocupaciones absurdas.
¿Problemas?
Claro que tenemos problemas, y la crisis nos sigue afectando. Pero sabéis "Cuando llega un chaparrón bailamos sobre la lluvia"
El ahora
Hablando de la Olga de ahora, intento dar valor a todo lo que acontece en mi vida y buscar lo positivo. No soy simple, más bien soy compleja, pero soy una persona sencilla y puedo y quiero mostrarme tal como soy. Pues eso, tengo mis cosillas, mis miedos, mis fobias y mis filias, pero continuo siendo una entusiasta de la vida, realmente feliz. Además de considerarme una persona privilegiada por seguir disfrutando de ese "Don" llamado vida. Quiero escuchar mi cuerpo, quiero pararme, quiero respirar. Por que para seguir adelante, hay que dejar algo atrás. Aunque solo sea una preocupación, un mal estar, una obsesión..... Si, creerme, por experiencia se que no es facial, pero por contrapartida se que es posible.
Me encantan las infografías, en esta os comento las terapias que más me han ayudado a lo largo de mi recuperación, por temas de alteraciones del sistema nervioso. Además la Aromaterapia me ayuda mucho, sobre todo con mis estados de ánimo. En este Blog os cuento muchas cosas sobre mezclas de aceites esenciales, sus usos y en que nos pueden ayudar.
Regálate una pausa, para seguir a todo trote.
Muchos besos.
Gracias por estar aquí, os deseo toneladas de felicidad. Otro día os cuento más, compartirlo con vosotr@s me da fuerzas.
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