No lleves las cuentas

¿Sabes eso de: quien cocina, no friega?

Bueno pues la vida no funciona así.

O, no al menos, según mi sesgada opinión, si lo que queremos es tener una buena vida.

No al menos si no queremos tener una vida de mierda, una vida de resentimiento, una vida de pobreza amorosa, espiritual y financiera.

Eso de quien cocina no friega ya te lo conté aquí. Lo aprendí de Pepe hace unos cuantos años y básicamente sirve para todo.

En resumen, la vida no es una competición sino con nosotros mismos. Lo diré a menudo.

Uno de los secretos de la vida es siempre dar mientras tengamos energía.

Si yo tengo energía para comprar, pagar, cocinar, fregar, conversar, reír, preguntar, escuchar, hablar, ordenar, limpiar, llevar a las personas a sus casas, ¿por qué iba a pedirles algo a cambio a ellos?

Lo que querré, si no tengo la energía para todo ello, es preguntarme cómo podría tenerla. Cómo podría aumentar mi energía. Cómo podría extender mi acción de dar.

Si hay una manera efectiva de saber si nuestra relación de pareja, de amistad, de vida, o con nosotros mismos, va mal, es llevar las cuentas.

Yo he hecho esto, ¿qué has hecho tú?

Fíjate, hace años estaba con mi exnovia y unas amigas caminando por el campo cuando me encontré un saco gigante, así que lo cogí y me puse a recoger latas del suelo.

Un rato después, éramos 4 personas con bolsas y sacos las que recogíamos mierda del suelo.

Un señor ya mayor que pasó por ahí, nos vio, nos saludó, y siguió caminando.

Al día siguiente, cosas de la vida, estaba yo en casa de un vecino comiendo cuando apareció ese señor que nos saludó el día anterior.

Ayer, veros recogiendo basura, me conmovió. Me sentí profundamente avergonzado. Llevo toda mi vida dando paseos por aquí y nunca se me había ocurrido coger una lata —me dijo—.

Bien, más allá del masaje para mi ego que supuso eso en aquel momento, y del que supone el contártelo ahora, (cada vez menos masaje, también te digo. Las cosas buenas se hacen y punto. Las cosas buenas, (si hay que decirlas), se dicen y punto), su frase me dejó una valiosa enseñanza que he puesto en práctica en innumerables ocasiones.

¿Quieres fregar? Friega, cabronazo, pero no le cuentes tu vida a nadie.
¿Quieres cambiar el mundo? Cámbialo, pero no anuncies tu ONG por la TV para saber cómo lo cambias.

Esto que acabas de leer sobre las ONG es una manera bastante certera de saber cuándo está el mal operando en el mundo. Pero shhhhh, dejemos ese tema por ahora.

Cada vez que haces algo sin esperar absolutamente nada a cambio, el mundo entero te mira. Se para. Y te imita.

Haz la prueba.

Los seres humanos, como diría aquel señor, nos conmovemos cuando vemos actuar a alguien según sus propios principios y sin espera de compensación.

Cada vez que haces algo esperando algo a cambio, el mundo entero te desprecia, te juzga, y te querrá cobrar, igual que tú le quieres cobrar a él.

Por eso los retiros de meditación Vipassana son gratis y funcionan sólo por donación. Por eso los sabios chinos hablan del Wu Wei.

Por eso mi amigo Pepe tiene todas sus casas llenas de regalos de todas partes del mundo y también llena siempre de personas sonrientes que cuentan y escuchan historias.

Las cuentas, sólo se llevan con uno mismo. Así, nunca nos faltará de nada.

Fuente: este post proviene de Ricos y Libres, donde puedes consultar el contenido original.
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