No te dejes vencer de la indiferencia: si caíste, levántate y vuelve a empezar.
Si te equivocaste, párate y recomienza. Si no logras dominarte, educa tu voluntad
y empieza de nuevo.
¡ No pierdas los ánimos jamás !
Tal vez, al concluir la lucha, queden cicatrices que serán tu gloria delante de Dios amor.
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