No teníamos prisa, así que nos subimos al coche alrededor de las 11 de la mañana.
En el trayecto, mientras mirábamos los paisajes que conducen al Teide, hablábamos sobre los riesgos de combinar buceo y montañismo en el mismo día.
Recientemente, había leído sobre este tema y mi mente, jugándome una mala pasada, empezó a visualizar posibles escenarios catastróficos.
El Síndrome del Buzo, es una condición que puede afectar seriamente el cerebro, el corazón y causar dificultades respiratorias severas.
Por este motivo, se aconseja esperar al menos 24 horas antes de realizar actividades de altura después de bucear.
El tema es que en un momento no me preguntes por qué, solté una frase un tanto absurda: Lo malo de vivir en una isla es que te puedes morir.
Y es que a veces, mis pensamientos fluyen de manera espontánea y los comparto sin filtrar, como la cerveza buena.
Y es que nuestros pensamientos pueden influir de manera importante en las decisiones que tomamos.
Si no eres consciente de cómo estás procesando tus pensamientos, tus elecciones pueden ser tan aleatorias como las apuestas.
Pero no tienes que vivir experiencias extremas para darte cuenta de que puedes llevar una vida más intencionada, más sensata.
Tomar decisiones equivocadas de forma constante puede alejarte de tus objetivos, dejándote confundido y desorientado.
Por eso la clave para evitar esto está en cultivar tu atención.
Sé que no es fácil con la multitud de pensamientos y estímulos que nos rodean, pero aquí es donde entra en juego el mindfulness o atención plena.
Esta práctica te ayuda a percibir la realidad tal como es, sin prejuicios ni miedos irracionales.
Y eso es precisamente a lo que me dedico en mis sesiones online.
Te ayudo a trabajar en tu atención plena para que puedas vivir de una manera más consciente y serena.
Quizás descubras que vale más la pena vivir prestando atención que dejándote llevar sin rumbo.