Sus funciones: ¿qué hace?
La función más importante de la vitamina K es la que desempeña en el proceso de coagulación de la sangre, básico para el desarrollo de la vida. La vitamina K se convierte en este ámbito en estrella indiscutible, ya que es imprescindible para la formación de los coágulos que evitan las hemorragias.
Pero eso no es todo. La vitamina K está estrechamente relacionada también con el proceso de formación y desarrollo de los huesos, y su presencia es imprescindible para la fijación del calcio y para la remineralización. Por último, estudios recientes han venido a comprobar que la vitamina K resulta muy beneficiosa en el tratamiento diversos tumores (seno, ovarios, estómago, riñones, pulmones y colon).
¿Qué pasa cuando falta?
Lo cierto es que el organismo necesita cantidades muy pequeñas de vitamina K, por lo que resulta difícil detectar su carencia. La carencia de vitamina K puede ser señal de desórdenes orgánicos que impidan su síntesis correcta, como la falta de bilis u otros trastornos gastrointestinales. También el exceso de aceites minerales, anticoagulantes y aspirinas puede provocar su carencia.
La consecuencia directa de una carencia prolongada de vitamina K es la muerte de la fauna bacteriana del intestino. Esto, a su vez, conlleva hemorragias intestinales, aparición de sangre en la orina, hematomas sin explicación aparente, rotura de vasos capilares, abortos espontáneos, hemorragias de nariz o encías y diarrea.
Donde encontrarla
Los expertos estadounidenses recomiendan una ingesta diaria de entre 70 y 140 miligramos de vitamina K. Sin embargo, aún no hay estudios fiables en España que determinen si es necesario algún suplemento, dado que la vitamina K está muy presente en la dieta habitual. En todo caso, a título orientativo, he aquí una tabla de contenido en vitamina K por cada 100 gr.
Alimentos vegetales
– Col fermentada (chucrut): 1540 mgr.
– Aceite de girasol virgen: 500 mgr.
– Espinacas: 350 mgr.
– Coliflor: 300 mgr.
– Lechuga: 200 mgr.
– Harina de soja : 190 mgr.
Alimentos animales
– Corazón de pollo: 720 mgr.
– Hígado de bacalao: 100 mgr.
– Queso: 50 mgr.
– Huevo: 45 mgr.
Vitamina k y los huesos
Se sabe desde hace tiempo que la función esencial de la vitamina K es intervenir en la coagulación de la sangre. Esto significa que si sufrimos una lesión, que causa el rompimiento de un vaso con el inminente sangrado, esta vitamina se encargará, junto con otras sustancias, de que la zona afectada cicatrice.
Sin embargo, no es la única función que cumple esta vitamina: hace varios años, se descubrió que juega un papel importante en la formación normal del hueso porque une las proteínas con el calcio. Los huesos están formados por una malla de proteína sobre la que se depositan cristales de calcio que forma una estructura que esta en constante cambio, es decir formando y erosionándose. La vitamina K ayuda a que el calcio se fije más firmemente sobre esa malla proteica. Así, los especialistas recomiendan su consumo en casos de fracturas y osteoporosis porque disminuye la cantidad de calcio eliminado por la orina. Original:La importancia de la vitamina K