Problemas por sus hijos y las diferentes cuestiones, que los niños o jóvenes pueden padecer, bulling, adicciones, falta de incentivo, de proyectos, y se pueden padecer varios al mismo tiempo.
Y sufrir una o varias de estas situaciones conducen indefectiblemente a la frustración, y frustrarse cada día puede llegar a enfermar a la persona.
Ante esta realidad, que todos padecemos en algún momento, de nuestra vida es importante saber que se necesita desarrollar un nivel de tolerancia a la frustración.
Para que la psiquis pueda soportar los avatares de la vida que nos frustran debemos desarrollar cierto grado de tolerancia ante la frustración.
Este aprendizaje ya lo hemos hecho desde la infancia, un niño ya lo hizo cuando tuvo que aceptar que el padre no le pudo comprar lo que deseaba, o no le pudo dar algo de lo que pedía, ese ejercicio se hizo en la niñez y la tolerancia el chico la empezó a desarrollar cuando no recibió, lo que quiso, cuando el padre o la madre le dijo, “no, o no por ahora”, cuando se le dijo que no al niño y se le dijo porque no podía tener lo que quería, el ya empieza a saber lo que es frustrarse, y a desarrollar cierta tolerancia, y eso es necesario.
Esta demás explicar, que esto no se le va a hacer a un niño todo los días, ni se le va a negar todo, todo el tiempo, la misma vida hará que en algunas ocasiones haya que negarle a un hijo lo que pide, o no dárselo porque no se puede, es decir que no se le genere intencionalmente la frustración, sino que se de en algún momento.
Es necesario que cuando a un chico se le dice NO, se frustre, hay que dejarlo que se frustre, cuando no lo dejo que esto suceda, cuando no dejo que un niño se frustre un poco, como ya se dijo no intencionalmente, sino las mismas de la vida, esas cosas que a veces no se pueden dar en el momento que las pide, el llorara un rato, pero ahí es cuando empieza a desarrollar esa capacidad de frustración, ante cada hecho con que se encuentre luego por delante, que lo frustre un poco no va a tener respuesta para eso y se va a angustiar, o enojar.
Pero ese habrá sido el mecanismo por el cual desde niño se empieza a generar cierta tolerancia a la frustración, que luego ya la tendremos cuando seamos adultos.
Del mismo modo la frustración no puede estar siempre ni todo el tiempo porque no hay psiquis que la soporte, es algo que pasa esporádicamente, o en algunos momentos de la vida. Y está en el sujeto cuando es adulto, que la frustración este más o menos presente en su vida.
Por ejemplo, es sano y productivo, que las personas tengamos metas, proyectos, todas productos de nuestros deseos, y muchas harán un camino para lograrlas, algunos llegaran a su objetivo, y otros no, probablemente los que no lleguen se sientan frustrados.
La diferencia entre unos y otros, entre otros factores, radicara en el esfuerzo y en el trabajo que se haga por lograr lo que se busca, la tenacidad, tener claro lo que se desea, y encontrar el camino para lograrlo es lo fundamental.
Hay quien hace lo imposible y más por llegar a su meta, y quien ante los primeros obstáculos, que siempre existen, abandona su sueño.
Lamentablemente las personas con estos rasgos, poca tolerancia a la frustración, poco comprometidas con ellas mismas y sus deseos, que no son tenaces ni trabajan en su proyecto, siempre terminaran frustradas, y probablemente en vez de asumir, que no lucharon o pusieron lo suficiente de ellas mismas por dar con lo que deseaban, luego encuentren culpables a otros de aquello que no pudieron ser, o no pudieron hacer..
Está en cada uno, más allá de los avatares de la vida, que las frustraciones sean esporádicas, y tal vez inevitables, o constantes, y concatenadas, y como se dijo anteriormente, no puede vivir frustrado, porque no hay psiquis que lo resista, estará en cada uno, y en su actitud, que la frustración sea o no una constante en su vida,
Psicóloga Lorna Zitarosa. Mat.429