La estafa y el gran negocio del CO2

La estafa y el gran negocio del CO2


Ha terminado la “Cumbre del cambio climático” y resulta innegable que contaminar perjudica en extremo a nuestro planeta y sobre todo a nuestra salud. Bajo mi particular punto de vista, toda esta parafernalia es otra “gran mentira” todo un gran escenario teatral, en el cual, se utiliza sin escrúpulos a inocentes como Greta Thunberg. Según las investigaciones de The Sunday Times, Greta es financiada por grandes lobbies y empresas energéticas verdes. Estos lobbies han convertido a Greta Thunberg en un producto de Marketing, NO en un icono, NO en una activista, NO en una líder.

No voy hacer leña del árbol caído, solo usare el sentido común. Sin contar estudios anteriores, en 1955 comienzan los informes de numerosos científicos sobre el cambio climático, a lo que no se le hizo “ni puto caso”. En 2018 aparece una niña de 15 años diagnosticada del síndrome de Asperger, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), que decide no ir más a la escuela y dedicarse a protestar contra el cambio climático, con una pancarta frente al Parlamento Sueco, llegando a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2018.

¿Quién mueve los hilos de esta sinrazón? ¿Cómo una niña puede hablar de algo que incluso los científicos no conocen?

En lo único en lo que los científicos están de acuerdo es en que “el clima cambia” nada más.

En primer lugar, debemos separar conceptos. Una cosas es la “contaminación medioambiental” que realmente existe a lo cual es urgente poner solución, otra cosa es el “cambio climático”, que ha existido desde que el mundo es mundo, y otra distinta es el “calentamiento global” que no existe y que puede convertirse en la mayor estafa a nivel mundial.

Los informes científicos arrojan que cada cierto tiempo (miles de años), la tierra, de forma natural, ha sufrido ciclos de grandes cambios de temperatura. El clima ha cambiado a lo largo de toda la historia y no fue por la acción del ser humano ni la quema de combustibles fósiles. Sólo nos hablan de CO2 y se olvidan del principal actor del clima en la tierra, el sol, que determina cuánta radiación llega o no llega. Es más, la búsqueda en los ciclos de actividad solar de la explicación de los periodos de calor y frío que podemos registrar históricamente acierta en el 90% de las predicciones.

Es importante saber que el famoso CO2 carece de un mecanismo de acumulación para absorber radiación y calentar la atmósfera. Las moléculas de CO2 están rodeadas por (2500 ò 3000 ) otras moléculas de otra naturaleza como vapor de agua, Nitrógeno, oxígeno.

Se han olvidado de el CO2 es el gas de la vida de la tierra, quieren vendernos al CO2 como el malo de la historia (como ya pasó con el colesterol), solo porque es un producto al que se le pueden imponer “Impuestos”, un impuesto que se graba a los ciudadanos, millones y millones que nadie sabe dónde van. Esa es la razón a corto plazo, “más impuestos”.

Las tasas de CO2, son formas de decidir quién tiene derecho y quien no tiene derecho al desarrollo. Está claro que solo lo tiene aquel que tiene dinero. Poco importa que contamines mas o menos, puedes emitir CO2 mientras puedas pagar las cuotas.

El vapor de agua es el mayor y más potente gas de efecto invernadero. Sin embargo, no figura en el discurso de los gurús del cambio climático.

Los movimientos y eventos a favor del “cambio climático” no es más que una campaña publicitaria engañosa, disfrazada de ciencia. Cuando algo corre mucha prisa de hacer son medidas a corto plazo que quieren imponernos y que ya estamos viendo.

Nos restringen la circulación, sobre todo en las ciudades grandes.

Nos están empujando hacia el sistema de movilidad eléctrica.

Nos están empujando al acondicionamiento de nuestros hogares, para evitar la emisión de CO2.
Se genera un problema a nivel mundial señalando a la ciudadanía de ser la culpable del famoso cambio climático. Pero el sentido común nos dice que tratar de relacionar las emisiones de CO2 de los dos últimos dos siglos con un supuesto cambio global de las condiciones climáticas es imprudente y disparatado. Y si relacionamos tal imprudencia con importantísimas inversiones económicas y toda clase de subvenciones, estaríamos ante una nueva farsa en busca del enriquecimiento de las grandes corporaciones y sus cómplices necesarios, “los políticos”. Los informes del IPCC no son realizados por expertos independientes y son elaborados respondiendo al interés de los “gobiernos patrocinadores”. Ya se escuchan voces científicas disidentes, algunas afirman que la teoría del calentamiento global o cambio climático podría ser la mayor estafa de la historia de la ciencia.

En 2009, el científico Nigel Lawson fue uno de los primeros disidentes de la teoría oficial calificando el "calentamiento global" como "la gran mentira". El científico jubilado de la Nasa John Casey desafía la teoría oficial que señala al hombre como responsable del calentamiento global. Más de 30 expertos climatólogos italianos se han manifestado, de forma razonada, contra las declaraciones del famoso panel internacional para el cambio climático auspiciado y financiado por la ONU. Richard S. Lindzen, meteorólogo profesor del MIT de Massachusetts, y uno de los sabios del IPCC, en el año 2017 dijo que apenas existía evidencia (no ya pruebas) de que el cambio climático fuera o fuese a ser catastrófico. Lundzen, presentó un informe en forma de carta firmada por trescientos científicos. En ella, se recomendaba al mandatario estadounidense abandonar las teorías climáticas de la ONU por no estar científicamente demostradas. Y no hablo de extremistas ni de científicos carentes de prestigio.

Es cierto que la revolución Industrial no solo cambió radicalmente los índices de "contaminación ambiental", también cambio la salud de los ciudadanos. Los avances de la ciencia, tan propicio para la humanidad, no lo ha sido tanto para el medioambiente y la Salud.

La contaminación ambiental producida por las industrias, es una de las principales fuentes de contaminación, y puede entenderse como la emisión de sustancias nocivas, tóxicas o peligrosas, que son liberadas al medio natural por las industrias, y que se van acumulando en el agua, aire, suelo, alimentos, e incluso en nuestros tejidos.

En la gran mayoría de países las regulaciones para no crear problemas para la salud pública y el medio ambiente, están mal gestionadas y las regulaciones no impiden el mal manejo de los desechos o emisiones. Los gobiernos toleran un “mínimo” daño ambiental, en la creencia de la creación de puestos de trabajo y crecimiento económico, lo que nos ha llevado al filo del abismo en materia ambiental y a un caos sanitario, no solo por las enfermedades crónicas que ha provocado, también por el gasto sanitario que conlleva. Se calcula que en el mundo suman 1,3 millones las personas que mueren en un año a causa de la contaminación atmosférica urbana.

La contaminación atmosférica urbana aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias agudas, como la neumonía, y crónicas, como el cáncer del pulmón y las enfermedades cardiovasculares. Pero también la industria Alimenticia aporta un gran numero de enfermedades que provocan la muerte y sobre esto se mantiene un silencio absoluto.

Las teorías del posible aumento de temperatura, “sin evidencia científica”, pone en movimiento a todas las Organizaciones Gubernamentales del mundo. Sin embargo, el aumento de 15 millones de nuevos casos de cáncer en 2020, según el informe de la Organización Mundial de la Salud, casi se desconoce.

No es lógico luchar por el supuesto calentamiento global del planeta, mientras sus habitantes están muriendo y nadie hace nada.

Sin lugar a dudas, la industria química es una de las más contaminantes, debido a la utilización de una amplia gama de recursos como combustibles sólidos, gaseosos y líquido, cales, sales, piritas, etc. Esta industria, desde sus inicios, diseminó al ambiente miles de nuevas sustancias químicas, tóxicas para los seres vivos. Los productos más comunes que proporciona este tipo de industria son fertilizantes, colorantes, explosivos, plásticos, gomas, caucho, detergentes, aislantes, fibras artificiales, productos farmacéuticos y otros. Otra gran contaminante es la industria pesada (extracción y transformación de materias primas, como el petróleo). La más polémica de todas, la del refinado de petróleo. Una de las más peligrosas, es la industria de los colorantes. Produce enormes cantidades de aguas residuales sin tratar que son liberadas en lagos y ríos. Los estudios, contribuyen a esta industria el 20% de la contaminación del agua en el mundo. No podemos olvidar a las industrias que emiten contaminantes persistentes, tóxicos o radiactivos: Industrias del cloro, plantas de PVC, fábricas de celulosa y pasta de papel, plantas de fertilizantes, etcétera.

Uno de los grandes problemas del medio ambiente: la contaminación de los océanos por plásticos es otros


La contaminación de los océanos por plásticos es otros de los grandes problemas del medio ambiente. Ocho millones de toneladas de plástico terminan en los océanos cada año. Break Free From Plastic (Librarse de los plásticos) informó que Coca-Cola Company, Pepsico y Nestlé son las empresas que fabrican la mayor parte de los productos plásticos que terminan en los mares.

¿Alguien cree que puede detener el avance los las grandes corporaciones industriales? ¿Alguien cree que los políticos cerrarán las Industrias potencialmente contaminantes?

Todo este teatro es una nueva excusa para pedir más inversiones, para imponer a los ciudadanos, entre otras obligaciones, la transformación de sus hogares que, según estudios, cada hogar emite de media anual 12,5 toneladas de gases con efecto invernadero.

Respecto a la contaminación producida por el transporte y los medios de locomoción por la quema de combustibles fósiles, hace más de 25 años se tienen la videncia de que instalando un pequeño campo magnético en los sistemas de escape de los vehículos se elimina casi un 60% del CO2 emitido por los vehículos. Cualquier persona puede hacer la prueba. En mi articulo Mentiras y mas mentiras explicaba el sistema.

Ahora se habla de las energías renovables. ¿Cómo pueden tener tan poca vergüenza? Recordemos que el Partido Ciudadanos, después de hacer del autoconsumo uno de sus pilares de su discurso energético, bloqueó la tramitación en la Mesa del Congreso de una Propuesta de Ley para eliminar el impuesto al sol. Aclarar que fue tras un pacto con el Partido Popular. Nunca ha sido más evidente que el “dinero y el poder” corrompe.

En España el camino de las energías renovables siempre ha sido intransitable y lleno de obstáculos para el desarrollo de las fuentes renovables. La energía solar fotovoltaica estaba prohibida por motivos de seguridad. Se consideraba que conectar una planta solar a la red ponía en peligro la estabilidad de la misma, así que el desarrollo fotovoltaico estaba fuera de lugar. El bloqueo que sufre en la actualidad el autoconsumo eléctrico es otra prueba mas de la dificultad del desarrollo de energías renovables en España, acompañada de campañas de desinformación y descrédito como la sufrida por la energía solar por el coste de las primas. Quieren hacernos creer que las renovables son la causa de todos los males de nuestro sistema energético.

Las empresas eléctricas, con el apoyo de los políticos, dirigen su poder y fuerza a frenar el desarrollo del autoconsumo: no quieren permitir que los consumidores puedan desconectarse y generar su propia energía. El autoconsumo debería desarrollarse sin obstáculos, sin política ni perjuicios, lo que veo un imposible. No es de extrañar los obstáculos al autoconsumo, los políticos se llenan la boca con “Energías renovables” pero apoyan a las eléctricas, impidiendo el autoconsumo y así el desarrollo de las energías limpias. Las empresas eléctricas han iniciado una guerra contra el autoconsumo y como aliados tienen a los políticos.

Los ciudadanos debemos promover y forzar un modelo descentralizado basado en las fuentes renovables, en el que podamos decidir la forma en que se produce la energía que consumimos, no el modelo oligopólico en el que el control de la energía está en manos de unas pocas empresas que nos la venden en las condiciones que les son convenientes.

En contra de lo que nos quieren vender, las cuestiones de “calentamiento global, energias renovables y salud”, son profundamente políticas. Las grandes corporaciones han decidido el comienzo de un nuevo ciclo, que supondrá mas Impuesto al ciudadano medio, mas riqueza a las empresas sin escrúpulos, más instituciones políticas, lo que incrementará el gasto público, y más corrupción organizada.

Los gases de efecto invernadero, con capacidad de absorción de calor, suponen menos del 1% de toda nuestra atmósfera, por tanto, es imposible que los ciudadanos del mundo, tengamos capacidad de aumentar los porcentajes de CO2 en la atmósfera hasta convertirlo en un gas determinante en la temperatura de la tierra. Es pura ciencia ficción. Una ficción con capacidad de generar negocios millonarios en subvenciones, de los que se lucran y viven cientos de empresarios, políticos y científicos.

Nos enfrentamos a una “nueva epidemia mundial” más impuestos. No esperemos a que sea demasiado tarde y solo nos quede la opción de lamentarnos. Decimos “nuestro planeta” pues hagamos real la frase “hagamos nuestro el planeta. Hagámonos eco de las palabras de Greta “ahora es tiempo de desobediencia civil. Es hora de rebelarse” “El verdadero poder pertenece a la gente”.

Nota: El artículo ha sido publicado originalmente en Saludterapia.

Fuente: este post proviene de Saludterapia, donde puedes consultar el contenido original.
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