Jueves reflexivo; decir no.
Buenos días!!!!!!!!!!!!!!!
Hoy nos toca otro jueves reflexivos de esos en los que improviso y me dejo llevar. Aún no ha amanecido, los cristales están empañados, la niebla del amanecer lo cubre todo y otra vez más estoy frente al ordenador, con un café humeante a un lado y mi gato preferido en el regazo. Y una vez más dudo y vuelvo a dudar antes de empezar a escribir.
El otro día, Ángela, una lectora que siempre me deja unos comentarios preciosos, me dijo que no estaría mal que alguna vez enfocase precisamente lo que os menciono arriba, el decir no, y desde que me lo comentó le he dado bastantes vueltas.
Hay tantas cosas a las que deberíamos decir que no...
Para empezar os diré que esto son solo reflexiones, en realidad no llego a ninguna conclusión, divago y pienso, y así acabo viendo las cosas con un poquito más de claridad, pero es solo eso, una simple opinión.
Desde que somos niños deberíamos tener algún tipo de mecanismo que nos ayudase a decir que no. Algo en nuestro interior debería empujarnos a decir que no a los niños que nos obligan a hacer algo que no queremos, que nos imponen un juego o que nos hacen cometer hechos cargados de maldad, como acosar a otro compañero. Esas personas cobardes que se unen al más fuerte para no decirle que no y no les importa hacer sufrir a otro están vendiendo su alma al diablo, y si no dicen que no en esos momentos ya es muy difícil decir que no después.
No sé como se puede lograr esto, ese no a tiempo, supongo que hay que tener en cuenta demasiados factores, la personalidad, la seguridad en uno mismo, el apoyo que puedan tener en casa cuando cuentan los problemas, muchas cosas, pero ese primer no es importante, es el primero de muchos noes que tendremos que decir a lo largo de toda nuestra vida.
Ya en la adolescencia nos iremos encontrando muchas situaciones que requieran un no, ese cigarrillo que insisten en que probemos, esa bebida que juran no nos hará daño, esas sustancias que nos harán la vida más fácil, o tal vez el dejar a una amiga fiel y tímida para irnos con las populares, o como decía eso tan común de menospreciar al débil para sentirse ellos menos débiles y vulnerables.
En esos momentos cualquier no es difícil, a esa edad todo son dudas pero yo creo que si en casa se les insiste en una serie de principios no traicionarán ni insultarán gratuitamente, y si desde muy pequeños les hacemos entender las consecuencias del alcohol, tabaco y drogas, algo que ellos tienen muy al alcance de la mano, si saben que hay otras opciones, a la larga sabrán decir que no, aunque les cueste, aunque no sea tan fácil, ese no acabará saliendo.
También está el tema de las redes sociales, y a partir de cierta edad comprendo que es muy difícil controlar, pero por eso hay que educar en la prevención.
Yo no me creo digna de dar consejos a nadie, ni pienso que yo educo mejor o lo hago mejor que los demás porque yo, como todos, tengo mil fallos, así que solo es una opinión, pero es que este tema me da pánico.
¡Es tan fácil que un niño caiga en las redes de pederastas o gente desequilibrada!!!! Y también me preocupa mucho que algunas chicas jovencísimas accedan a hacer ciertas cosas que quedan para siempre en Internet y que las dejan en manos de manipuladores. Me refiero a esas muchachas que acceden a enviar al móvil de chicos fotos suyas en ropa interior, o sin ropa, o manteniendo relaciones o mil cosas más...esas fotos ya escapan totalmente de su control.
Creo que tenemos que concienciar a nuestros hijos para que no accedan a esas cosas porque con las edades de las que yo hablo no tienen una relación estable, al menos no entonces, en el futuro se verá, y no pueden acceder a hacer lo que dice otra persona y quedar bajo su control.
Si ya vamos a la edad adulta los noes crecen y aumentan.¿por qué mucha gente se apunta al carro de criticar y juzgar sin saber? Muchos lo hacen como si fueran adolescentes y quisieran sentirse aceptados.
Yo me niego, y cuando alguien viene a hablar conmigo, si noto que la conversación gira intencionadamente para criticar siempre paro los pies, seguro que les parezco una borde, pero,¿por qué tengo que criticar las marcas de comida que compra fulanita, o si su hija va vestida cursi, o su hijo no come bien? Tampoco el mío come bien, y seguro que a muchos les parecería cursi algún modelito de cuando eran pequeños, y ni se me ocurre criticar a la que compra marcas baratas, es que ni me fijo.
A veces también hay que decir no a situaciones realmente graves, y es cuando he visto que es más difícil.
No voy a entrar a opinar de los casos de maltrato porque no tengo experiencia cercana, solo una vez hablé con unas mujeres de una asociación y todas coincidieron en que una vez empieza el maltrato continuado se crea una dependencia muy difícil de entender, y es complicado salir. Pero todas coincidieron también en que si al principio dices no, eso puede acabarse. No solo es decir no, claro, hay que dejar a esa persona y muchas más cosas, no es tan fácil, pero siempre falta el primer no.
Y también hay que decir no siendo padres. Todos queremos mucho a nuestros hijos, pero hay cosas que no podemos dejar que hagan aunque nos de pena. Si creemos que ir a ciertos sitios a una edad inapropiada no les conviene pues no debemos dejarles. Llorarán, se enfadarán y tendremos enormes tentaciones de ceder, pero no, hay cosas que no. Hay que vigilar las compañías, y a veces nos tocará reñir y ver sus caras de enfado,pero aunque el si es la opción más fácil, acabaremos diciendo que no porque no queremos que les pase nada.
Y a veces hay otros noes en los que tampoco tengo mucha experiencia, pero que supongo que en mi caso recibirían un no, supongo porque no lo sé. Hablo de familias en la que los padres, solo por ser padres, se creen que sus hijos tienen todas las obligaciones del mundo con ellos cuando ellos tampoco han sido los mejores padres del mundo.
Si que conozco un caso así, aunque no en profundidad y por eso nunca lo he juzgado,pero parece ser que esos padres hicieron lo mínimo por sus hijos, enseguida los pusieron a trabajar y les pedían la mayoría del sueldo, nunca estuvieron pendientes, no les ayudaron con los nietos ni con nada en su vida y ahora pretenden que les atiendan y ayuden económicamente.
Parece ser que la cosa era tan abusiva que uno de los hijos se ha plantado, ha hablado con los hermanos y decidió buscar una solución. Han arreglado unas ayudas para casa de los servicios sociales por un tiempo, y el resto ponen entre los hermanos un dinero para que los atiendan, pero se acabó dejar ellos de vivir porque los padres se lo exigen, y según ellos, cuando los padres podían ayudar y los hijos lo estaban pasando mal jamás les echaron una mano, y ahora todo son exigencias. Bastante hacen los hijos que no los dejan sin atenciones y ponen dinero.
Creo que este es el no más difícil, un no a los de tu sangre porque yo por los míos daría todo, pero si me hubieran dejado de lado siempre no sé que haría.
También está el no en el matrimonio, con los amigos, hay tantos noes que a veces nos dan miedo porque tememos ofender o que nos dejen, pero siempre es mejor decir no que vivir con él dentro porque una cosa es ceder un poco en la convivencia, eso es inevitable, y otra hacer lo que no queremos.
Bueno, ahora mismo no se me ocurren más noes, aunque seguro que cuando publique el post se me vendrán a la cabeza, pero como hoy lo hago sobre la marcha no quiero editar, como quede lo pongo así que espero sugerencias y opiniones.
Ahora que he terminado el café y poco a poco los cristales se desempañan y la niebla del amanecer se disipa me despido de vosotros para empezar el día, un jueves más lleno de pensamientos y reflexiones que tal vez no lleven a ninguna parte, pero que me gusta compartir.
Y vosotros,¿habéis dicho muchas veces no?¿os cuesta?¿hay alguno de esos no que siempre os arrepentiréis de no haber dicho?
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Muchos besinos y nos vemos mañana con algo alegre que es viernes.
Muackkkkkkk.