¿Hay chantaje emocional en tus relaciones? Cómo cambiarlo

El chantaje emocional es una forma de manipulación muy común. Suele presentarse en relaciones con alguien importante para nosotros, por eso es complicado de cortar.  Identificarlo y cambiarlo es necesario si quiero que mis relaciones sean saludables, sinceras y no dañen mi autoestima.

Identificar un chantaje emocional

A veces se disfraza de petición, veamos las diferencias:

Petición: solicitud de ayuda al otro, pedir un favor. Hay que tener en cuenta que la otra persona tiene derecho a decir que no sin recibir ninguna penalización.

Exigencia: petición que se hace asumiendo que la otra persona tiene la obligación de cumplir. En caso de no ser así recibirá reacciones de hostilidad y decepción (castigos).   Uno de los efectos de no saber decir “no” es que los demás nos pueden plantear los favores como exigencias dando por hecho que, como siempre, la respuesta tiene que ser afirmativa.

Chantaje emocional: se plantea una petición con el siguiente formato: “o haces lo que yo quiero o me voy a sentir mal”. No es una consecuencia agresiva como en el caso de las exigencias sino una amenaza que utiliza el sentimiento de culpa como arma para conseguir lo que quiere.
¿Por qué nos hace sentir tan mal el chantaje emocional?

Es un recurso utilizado por alguien a quien apreciamos y, por tanto, queremos que se sienta bien. La otra persona utiliza este sentimiento, lo pone a su servicio, para controlar mi comportamiento.

Usa la culpa, una de las emociones más desagradables, que tiene la capacidad de empeorar cualquier situación por negativa que sea. La culpa nos bloquea y nos genera ansiedad.  Por eso, el primer impulso ante esta posibilidad es huir de ella, accediendo a lo que el otro me pide.

Me lleva a verme obligado a hacer algo que no quiero o que no es bueno para mí, algo que no he elegido libremente. Me enfado conmigo mismo por no llevar las riendas y va creando una sensación de resentimiento hacia el otro por “obligarme”.

La otra persona me está haciendo responsable de su estado de ánimo. No lo soy.
¿Qué hacer ante un chantaje emocional?

Una vez identificado es importante dar a la otra persona la oportunidad de cambiar la forma en que se relaciona conmigo.  Es posible que su historia de aprendizaje haya llevado a usar este comportamiento: porque es común en su entorno, porque le ha funcionado…  No necesariamente tiene intención de herirme, por eso merece la pena hacerle ver lo que está ocurriendo.

Le transmitiré el mecanismo que está utilizando, cómo me hace sentir y que no es justo hacerlo así. Puede hacerme peticiones y, si es posible y lo deseo, haré lo que pueda por ayudar pero no haciéndome responsable de su malestar ni utilizando mi sentimiento de culpa para lograrlo.

¿Qué hacer si no cesan los chantajes emocionales?

En caso de que, tras explicitar lo que está ocurriendo, no haya cambios, la solución he de ponerla en solitario.  ¿Cómo? Haciendo que el chantaje emocional no resulte útil para el otro. Utilizamos las herramientas sociales que dan buenos resultados.  Si una herramienta deja de funcionar con una persona en concreto, acabaré por dejar de utilizarla.

Para ello he de explicar al otro que mi respuesta es NO por la forma en que me lo ha pedido para que esté muy claro que NUNCA voy a hacer lo que quiere si utiliza este mecanismo.

Dificultades que pueden surgir al cortar el chantaje emocional

Al despojar al otro de su “varita mágica” para cumplir sus deseos, su reacción será de frustración.  La frustración está muy conectada con la ira por lo que he de estar preparado para una respuesta hostil. Además, cuando una herramienta que normalmente funciona deja de hacerlo, mi primer recurso suele ser utilizar la misma herramienta con mayor intensidad. Aquí es donde mantener la negativa puede resultar más complicado. Para ello, repetiré la misma explicación que di al principio y mantendré el “no” hasta que esa persona comience a pedirme las cosas de otra forma. Ser sistemático es fundamental.

Es recomendable agradecer y responder en consecuencia en el momento en que empiece a haber algún cambio, para cuidar la relación y que se vayan sentando las nuevas bases.

Si al leer esto te has dado cuenta de que tú mismo utilizas el chantaje emocional con frecuencia o con determinadas personas, este es un buen momento para hacer cambios y lograr relaciones personales más transparentes y saludables.

Autora Luisa Pilar Modroño (Psicóloga Especialista de Psicomaster)

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