Esta entrada es un poco larga, intentaré sintetizar lo máximo posible sin perder mucho contenido.
Vayamos recapitulando….
En anteriores entradas, hemos hablado sobre el primer hábito, “sea proactiv@“; y el segundo, “comience con un fin en mente“.
El tercero de los hábitos que Stephen R. Covey refleja en su libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” es “Establezca primero lo primero”.
¿Y qué significa esto? Significa que, tras coger las riendas y “hacer que las cosas sucedan”, tras “visualizar cuál es el objetivo que queremos alcanzar”, lo siguiente es ponerse en marcha y ejecutar las acciones que nos llevarán a que esa visión se convierta en una realidad.
Stephen R. Covey, divide los hábitos en 3 sectores: victoria privada, victoria pública y renovación. Pues bien, con este tercer hábito, completamos el primer bloque y la transición de la dependencia a la independencia.
Antes de continuar, te propongo contestar primero a estas dos preguntas ya que te resultarán importantes cuando empieces a trabajar con este hábito.
1- ¿Qué puedes hacer, que no estés haciendo ahora y que, si lo hicieses regularmente, representaría una tremenda diferencia positiva en tu vida personal?
2- ¿Qué produciría efectos similares en tu vida profesional o en tu empresa?
¿Listo? Seguimos con la reflexión sobre este hábito.
Para explicarlo de otro modo, el primer hábito te dice que “tú eres el/la creador/a” de tu vida, de tu negocio, …. tú eres el/la protagonista, tú decides, tú has de hacer que las cosas sucedan y no quedarte esperando a que vengan. El segundo hábito es la creación mental, todos los detalles de lo que quieres y la anticipación a los obstáculos la desarrollamos con nuestra imaginación y visualización. El tercer hábito es la creación física de lo que hemos creado a nivel mental.
Este tercer hábito es fundamental para hacer realidad aquello que soñamos porque es el de la “voluntad independiente” o, como lo conocemos coloquialmente, “fuerza de voluntad”.
Según Covey, “las personas de éxito tienen el hábito de hacer lo que a las personas que fracasan no les gusta hacer. Su disgusto está subordinado a la fuerza de sus propósitos”. Esta fuerza de voluntad proviene del 2º hábito. Si lo que hemos creado mentalmente es algo que está alineado con nuestros valores, con nuestra misión, con nuestro propósito, si es algo que realmente queremos alcanzar…. es lo que nos dará las fuerzas para hacer aquello que no nos gusta o no nos apetece pero que es importante para lograr nuestra meta. Ese SÍ interior nos ayudará a decir NO a aquello que nos impide seguir hacia adelante.
Seguro que ya habrás pensado en la palabra “disciplina”. Pues es curioso su origen. Disciplina deriva de “discípulo”: discípulo de una filosofía, de un conjunto de valores, de un propósito supremo, de una meta superior o de la persona que la representa.
La disciplina y la automotivación están muy relacionadas. ¿Te has parado a pensar en qué casos actúas con más disciplina? Yo sí. Y suelo responder con constancia, perseverancia y mayor compromiso cuando realmente estoy alineada con lo que estoy haciendo, cuando mis valores, mis emociones y mis metas están en la misma dirección.
Si te cuesta mucho actuar con disciplina, analiza tu alineamiento.
Otro aspecto a tener en cuenta desde este hábito es la autogestión del tiempo. Y digo autogestión porque el gestionar nuestras actividades, agenda y tiempo tiene más que ver con administrarnos a nosotr@s mism@s que con la planificación en sí misma.
Escribir en la agenda las “cosas que tienes que hacer” no da garantía de su cumplimiento y eso es porque no contemplamos todos los roles que ostentamos. ¿Pones en tu agenda qué quieres conseguir esta semana como hij@, padre/madre, compañer@, jef@, amig@….? Normalmente no, normalmente hacemos listas de tareas, a lo máximo ponemos en la agenda lo que pretendemos conseguir mañana, o pasado mañana…
En los 7 hábitos de la gente altamente efectiva se hace referencia a 4 generaciones, a 4 formas de gestionar el tiempo y la 4ª se refiere a la matriz de prioridades. Esta matriz “ordena” nuestras metas, actividades y tareas en función de lo que es importante y urgente.
Otro día profundizaremos más en esta forma de organizar el tiempo pero te propongo un sencillo ejercicio:
- Teniendo en cuenta que:
* Lo urgente tiene que ver con el tiempo, con la inmediatez con la que hay que actuar.
* Lo importante tiene que ver con los resultados, con lo que nos aporta o nos acerca a nuestro objetivo o meta.
Trata de estimar que % de tu tiempo destinas a cada cuadrante
SÍ URGENTE – SÍ IMPORTANTE
NO URGENTE – SÍ IMPORTANTE
SÍ URGENTE – NO IMPORTANTE
NO URGENTE – NO IMPORTANTE
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Fuente: este post proviene de Blog de Leticia Díez, donde puedes consultar el contenido original.
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