Este post está dedicado a vosotros. Como todos, de hecho, pero éste especialmente. Quiero agradeceros muchas cosas. Pronto hará un año que nació este blog que me hace tan feliz y que se convirtió en un bálsamo para mi alma en un momento en que la vida me dio un revés laboral que se ha convertido una bendición. Y no exagero. Gracias a todo esto he podido redescubrirme y dedicarme a algo que realmente me apasiona, escribir.
Escribir sobre lo que más me gusta y que puede ayudar a mejorar un poco la vida de los demás. Eso es lo más hermoso que me ha podido pasar.
Todo a surgido de la manera más natural. Empezó Optimistablog y poco después, mi imaginación, inquieta dónde las haya, tejió cuentos en los que poder plasmar metafóricamente los mensajes optimistas y de superación que necesitaba transmitir. Nació la sección Cuentos para Sonreír.
Cómo no soy rica ni tengo una situación holgada, empecé a plantearme si podría hacer de ésto una profesión. Con la ayuda de mis profesores en el máster en Dirección y Desarrollo de Sitios Web, que actualmente estoy cursando a través de la Universitat Oberta de Catalunya, decidí crear Soyoptimista.com. Después de darle muchas vueltas, consideré la posibilidad de recopilar en un libro todos los cuentos que había estado publicando en Optimistablog, junto con otros inéditos. Y así nació ¡No me vengas con cuentos!. Lo edité y lo publiqué en Amazon a mediados de este mes.
En algo que me parece asombroso, mi libro se ha convertido en el segundo libro más descargado dentro de la categoría de libros gratuitos de desarrollo personal y está ya en el nº 27 del top 100.
Algunos de vosotros os preguntaréis porqué os estoy contando este rollazo. Pues para agradeceros haberme ayudado a encontrar mi camino. A veces nos quedamos atrapados en las redes de un trabajo desmotivante y frustrante empujados por las obligaciones, la hipoteca… y acabamos creyendo que no servimos para nada más. Y de repente los días se convierten en semanas a la espera de ese viernes anhelado. Los domingos por la tarde el ánimo taciturno es la tónica. La semana transcurre agónicamente con el único deseo de que llegue el tan ansiado fin de semana. Un mes y otro y otro…
Vosotros me habéis rescatado de eso. La verdad es que aún no sé si podré vivir de esto o no, lo que sí que tengo claro es que ya nada volverá a ser como antes para mí. Por que ya sé que es lo que quiero.
Gracias por estar ahí todos los días. No me cansaré nunca de daros las gracias.
Olivia
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