Más que expresiones momentáneas, se convierten en rasgos permanentes, o casi permanentes, que afectan también a nuestra postura, es decir, a la calidad de nuestros movimientos, a nuestra actitud mental, a nuestro estado de ánimo y, por qué no, a la formación de arrugas. No nos damos cuenta, pero hay muchas microtensiones en la cara que nos quitan la energía y condicionan el buen o mal funcionamiento de muchas funciones (masticar, ver, respirar, etc.). Los músculos de la cara, ojos, boca (dientes, lengua, labios) están conectados con toda la cabeza, la columna cervical, el cuello, los hombros, la garganta, el pecho y de ahí a partes aún más profundas. Liberar la tensión en la cara y la cabeza puede mejorar la postura, la movilidad, la respiración y otras funciones. Sin mencionar que se obtiene una piel más relajada, una expresión más abierta, labios más carnosos y bien definidos, una apariencia más vital y brillante, músculos faciales más tonificados y, por lo tanto, un soporte más fuerte para la piel. Un notable efecto antienvejecimiento que se refleja en el estado de ánimo y la autopercepción.
Con el Método Feldenkrais, a través de toques expertos que relajan tensiones, devuelven a los músculos a su estado natural de tonicidad, restablecen las conexiones musculoesqueléticas cráneo-cuello-hombros y mediante ejercicios específicos y toques fáciles y ligeros para hacer en casa, podrás conseguir un lifting facial natural que incluya un profundo estado de bienestar.
Fuente: Movimento Sano