Los hábitos pueden provocar tensión, movimientos restringidos y dolor crónico. Detectar y detener estos trastornos requiere alerta y conciencia corporal.
Los antecedentes del método se basan en la observación de los niños pequeños y el desarrollo de sus movimientos. Los niños se mueven de forma completamente natural y tienen un repertorio diverso de movimientos: corren, saltan, ruedan, trepan y giran de todas las formas posibles. Con el paso de los años este virtuosismo se ve radicalmente reducido, los niños olvidan muchos movimientos, y en la edad adulta muchos de ellos conducen a problemas de salud, así como a una falta de movilidad.
Moshé Feldenkrais concibió el movimiento como la forma más efectiva de tomar conciencia de sus patrones internos y externos y descubrir opciones alternativas para la acción y el movimiento. El objetivo central del aprendizaje de este método es tomar conciencia de las propias necesidades y habilidades del cuerpo, desarrollar movimientos fáciles y coordinados y omitir esfuerzos innecesarios.
En las clases grupales presenciales y online se aprenden opciones de movimiento alternativas o nuevas a las rutinas de movimiento limitante. Como resultado, los impulsos físicos y mentales fluyen nuevamente: la persona gradualmente encuentra su habilidad natural para moverse libremente y de acuerdo con su cuerpo.
El enfoque de las clases está más en la percepción consciente que en la práctica de un movimiento. La pregunta clave siempre es: ¿cómo hago el movimiento, con qué esfuerzo, con qué armonía? Se reduce el esfuerzo, un principio que hace que el movimiento sea fácil y agradable y se pueda implementar directamente en la vida cotidiana.