EXCESO DE EMPATÍA: CUANDO PONERTE EN EL LUGAR DEL OTRO TE PARALIZA

En la era de las inteligencias múltiples y, concretamente, de la emocional, nos encontramos con que la asertividad o la empatía se han convertido en valores muy promovidos a nivel educativo. Según el sociólogo Jeremy Rifkin, quién aportó una definición de empatía muy completa refiriéndose a esta como una habilidad tanto cognitiva como emocional o afectiva del individuo, en la cual este es capaz de ponerse la situación emocional del otro.

empatía en exceso
A nivel histórico, existen referencias a la empatía como esa destreza que se va cultivando y que nos ayuda a comprender al otro. Sin embargo, ¿Puede ser qué un exceso de empatía resulte contraproducente? Veamos más.

¿Qué es el exceso de empatía?

“Cuando iba al colegio, tenía una amiga que me hacía bullying. Ella sufría una enfermedad crónica grave y la respuesta de sus padres era consentirla. Ella me trataba, por tanto, como una sirvienta y, mientras que en el barrio pasaba gran parte del tiempo conmigo, en la escuela no me hablaba. Además por ella llegaba tarde todos los días a clase ya que siempre se retrasaba. En muchas ocasiones, ella me manipuló. Yo, a pesar de tener 8 años, era una niña muy consciente de ello pero era tan perceptiva a sus necesidades que me olvidaba de las mías ya que, muy en el fondo, empatizaba con su situación. El hecho de tener un exceso de empatía me paralizaba ante ella, ya que me ponía en sus botas antes que en las mías propias abandonando mis propias necesidades y preferencias”.

Si esta historia te suena puede que estés percibiendo lo que actualmente se denomina exceso de empatía -de manera coloquial-.

En realidad este exceso de empatía ha sido largamente estudiado en psicología pero todavía no existe un consenso. Hasta ahora, los expertos diferencian entre dos tipos de empatía afectiva que podrían explicar en parte por qué hay personas a las que las perjudica ponerse demasiado en el lugar de otro. Se trata de la preocupación empática y la aflicción propia.

Diferencia entre preocupación empática y aflicción propia

empatía por su amiga
En la historia referida anteriormente, la protagonista no es que se pusiera en el lugar del otro, hacía suyo el hipotético dolor que sentía y sufría por la otra persona hasta tal punto de que se olvidaba de ella misma.

Mientras que la preocupación empática es la compasión hacia otros como reacción y, a menudo, va acompañada de una respuesta para tratar de ayudarlos, la aflicción propia implica que la persona sienta ansiedad e incomodidad hasta el punto de quedar paralizada.

Estas personas no saben marcar los límites entre lo que son sus problemas y los problemas de los otros, por lo que se responsabilizan de ellos, con las consecuencias que esto acarrean (dependencia emocional, riesgo de sufrir abusos y maltratos).

¿Tienes un exceso de empatía?

La empatía nos mueve hacia el otro. Es un motor social capaz de hacernos sentir en comunión con el otro. Pero cuando nuestra preocupación por el otro se convierte en ansiedad y dolor, y nos responsabilizamos de las emociones de otros, nos debilitamos.

Por ello, si crees que estás sufriendo de exceso de empatía, no dudes en buscar ayuda profesional.

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Autora: Álex Bayorti (colaboradora de nuestro blog)

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