¡Este estrés me está matando! 3 tips para plantarle cara

Tienes mil cosas por hacer, te pasas los minutos pensando en todas esas obligaciones acumuladas y, lejos de gestionarlas, te sobreviene un estado de ansiedad que te bloquea y te quita más tiempo del que te falta… Se le llama estrés, el mal del siglo XXI. Apatía, agotamiento, susceptibilidad y un permanente estado de alerta que te impide relajarte y que se acumula en tu estomago o pecho. No puedes desconectar… Y lo peor,  te acabas de levantar y ya te sientes cansado.

¿La solución?

Te sugiero 3 ideas básicas de sentido común que, aunque no te solucionen la vida, puede que sí contribuyan a un alivio.

Deja de consumir

Está comprobado que las personas que más consumen, compran más números para sufrir estrés. El consumo llama al consumo. Si me apunto a un gimnasio, me impondré ir tres veces a la semana y, para mejorar día a día, adquiriré una sesión con un personal trainer, lo que me supondrá invertir más tiempo. A su vez, implicará gastar más dinero, lo que me generará un mayor desgaste mental para averiguar cómo organizar mi economía ahora que intentaba generar unos ahorrillos.

Lo mismo ocurre con tu pelo. Decides hacerte mechas, conforme pasan los meses, debes volver a pedir hora a la pelu y, poco a poco, te vas dando cuenta de que tu melena se está estropeando, por lo que necesitas urgentemente comprar una buena gama de champús y acondicionadores. Como en la peluquería de debajo de tu casa tienen pinta de resultar caros, decides mirar por internet. Existen 2000 páginas que ofertan los mismos productos así que a consciencia vas seleccionando la mejor opción, lo que te quita parte de tu valioso tiempo. Además, cuando el paquete llega a tu domicilio no han encontrado a nadie, por lo que lo acaban dejando en Correos. ¡Horror! Tienes que levantarte más temprano por la mañana ya que tienes que recoger tu pedido antes de entrar al trabajo. Desgraciadamente hay una cola de narices. ¿El resultado? Llegas tarde y tus niveles de ansiedad están por las nubes.

¿Lo ves? Con un par de ejemplos te he explicado el circuito del consumo-estrés.

No te estoy diciendo que no salgas de tu casa y no gastes en absolutamente nada. Si fuera así, recortarías todo capricho e incentivo de vida que es lo que te permite estar motivado. ¿Pero realmente todo lo que adquieres a lo largo de tus días te suma?

Abandona el método multitasking

O lo que es lo mismo: contestar un mail a la vez que hablas por teléfono y conduces; desayunar mientras corres tras el bus; chatear mientras ves la tele y compras algo por internet…. Aparentemente parece un método efectivo. Liquidar varias cosas en el tiempo de una, ¿Qué más se puede pedir? Pero el resultado a nivel emocional es una sobresaturación que alimenta el dichoso estrés. Y lo peor, esta sensación de ir a mil es adictiva. El famoso “Voy de culo” lo convertimos en un hábito que nos hace ir en quinta incluso un domingo cuando nadie nos espera y ni siquiera hay obligaciones a la vista. ¿Te gusta estar sobreocupado? ¿O es que no sabes vivir de otra manera? Si te irrita la gente que va a su ritmo, tal vez el problema sea tuyo.

Desocúpate

La solución , dicen muchos, está en disminuir la carga de trabajo. Cuando digo “trabajo”, no sólo me refiero al que es remunerado sino a todo el montón de quehaceres que la vida te ha impuesto. O, mejor dicho, que tú has elegido. “Como si fuera tan fácil…”.

Esa comida del domingo, ¿Es obligatoria? ¿Y asistir a la clase de Pilates de los miércoles a las 20:15 h? Esa lavadora a las 21 h que luego tendrás que tender a las 22 h, ¿Podría esperar?

Te sugiero que revises todo lo que ocupa tu tiempo. La palabra “obligatorio” implica que no existe forma humana de eludir esa responsabilidad. Te sorprenderías de la inmensa cantidad de tareas a las que llamamos obligaciones, cuando son tan solo quehaceres opcionales.

Por ejemplo, estar buscando parking al salir del trabajo puede que sea obligatorio, ¿Verdad? Pero también resulta opcional teniendo en cuenta que podemos alquilar uno plaza o decidir desplazarnos en transporte público, ¿No crees?

Que si, que lo ideal sería ir a Spining a las clase de las 7:30 h de la mañana, asistir religiosamente a las clases de inglés los miércoles a mediodía e ir a buscar a tus hijos al colegio todos los martes y jueves. Pero, si te sientes saturado, quizás esas “obligaciones opcionales” puedan esperar o ser delegadas.

Recuerda, a menudo lo urgente hace que perdamos de vista lo importante. Pero tu agobio permanente hace imposible que las pequeñas compras de última hora entre semana, no se puedan transformar en compras semanales a domicilio. O que el estrés de ir a buscar a tu hijo mayor a piscina y al pequeño a tenis, impida que puedas encontrar a una canguro que lo haga por ti y te permita estar más relajado y disponible en casa.

Después de leer esto, ¿Qué obligaciones son autoimpuestas?, ¿Cuáles son opcionales? Y, sobretodo, ¿Tienes poco tiempo o gestionas mal tu tiempo?

Si quieres profundizar más sobre el tema…

Las 5 peores maneras de excusarte

Fuente: este post proviene de Vínculos y Relaciones, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?
Esta información nunca debe sustituir a la opinión de un médico. Ante cualquier duda, consulta con profesionales.

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Recomendamos