Escuchar a la mente, ese es el problema


La mente siempre te está hablando, no siempre para bien.

En efecto, la mente puede ser tu siervo pero también tu amo.

Cuando la mente gobierna tu vida te puede llevar  por los miedos, las preocupaciones, las ansias de un futuro mejor, o la añoranza de un pasado.

Es lo que decimos quienes nos dedicamos a la observación de los contenidos mentales. Esos se observan muy bien durante la práctica de la meditación. Pero también en la vida diaria si eres capaz de permanecer en el “observador”.

La conciencia testigo que observa se percata de todos esos movimientos de la mente. Y es que, fundamentalmente la mente no se encuentra bien en el presente.

La mente es lo mismo que hablar del pensamiento. Por eso en el presente la mente tiene poco que hacer e intenta distraerte hacia un futuro o a un pasado. En el presente puedes estar sin pensar;  y es que para percibir el presente no es necesario “pensarlo”, si te das cuenta tan sólo has de observarlo y ser uno con ello.

En cambio para el pasado o el futuro has de generar pensamientos. El futuro el pasado sólo se perciben desde el pensamiento, en forma de recuerdo (pasado) o en forma de proyecto (futuro).

Eso demuestra que tanto el futuro como el pasado sólo son conceptos mentales, fabricaciones de la mente que solamente ves tu, desde ese dialogo que la mente crea en tu interior.

¿Lo ves ahora más claro?

Repito, el presente no requiere pensamiento. Haz la prueba y detente por unos instantes, observa el lugar donde estás, observa tu respiración y tu cuerpo, y observa esos pensamientos que etiquetan o juzgan la experiencia presente.

Esos pensamientos lo único que hacen es o bien comparar con otro pasado, o bien etiquetar aquello que aparece en el presente a través del recuerdo o conocimiento. Pero si dejas la mente a un lado tan solo existe la vivencia pura del momento presente, tal cual, sin juicios ni comparaciones.

Eso es el estado de presencia pura, fuera del pensamiento y ajeno a pasado o futuro. Lo malo es que te cuesta acceder a el pues tu mente se ha mal acostumbrado a vagar entre pasado y futuro y pronto hará su aparición para distraerte y secuestrarte.

Por eso decimos que ha de ser tu siervo, no tu amo. Si la tienes a tu servicio, esta no podrá distraerte del presente. Pero esto lo logras con la práctica habitual de la meditación y la autoobservación en la vida diaria.

Eso es lo que trabajamos en la práctica de la Atención Plena, Plena Consciencia o Mindfulness. No se trata de evadirse del presente, no se trata de modificarlo con pensamientos positivos.

Se trata de aceptarlo tal y como es. De todo ello es lo que hablo en los cursos, talleres o clases individuales que facilito. Usamos las actitudes de fondo sobre las que se asienta todo este entrenamiento mental.

Una vez que lo integras en tu vida no quiere decir que no tengas pensamientos o vivas en un vacío. Al contrario estás mas despierto y tienes la capacidad de observar los pensamientos siendo capaz de responder en lugar de reaccionar.

Espero que con estas lineas te haya aclarado algo de cómo funciona la mente. Es un campo muy extenso y una función que tenemos en exclusiva el ser humano, no la desaproveches ni permitas que se vuelva en contra tuya.

La serenidad, la paz y la vida plena se alcanzan a través de ese autoconocimiento. Eso nos enseñaron personas sabias a través de los tiempos.

Yo sigo sus enseñanzas.

¿Y tu, vas a ser el amo o el siervo?

Un saludo

Luis Miguel Colado.

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