Es preciso tener el control del consumo de tres alimentos: los carbohidratos, la grasa y el sodio, dado que los tres impactan, negativamente, en el desarrollo de ambas patologías.
El desayuno, particularmente, es la comida en la que los occidentales somos más propensos a consumir hidratos de carbono, aumentando el nivel de la glucosa en la sangre de los diabéticos.
En tal virtud, es necesario tener en cuenta que los alimentos que más los contienen, son las harinas y los cereales. Por ende, lo más recomendable, es consumir carbohidratos integrales, sobre todo, al momento del desayuno.
En lo que respecta, ahora, al sodio, es necesario bajar, considerablemente, su ingesta y reemplazarlo con una alimentación rica en calcio y yodo, que aumentan la cantidad de potasio en el organismo, regulando la presión arterial.
Otro factor importante a tener en consideración, es la necesidad de incrementar el consumo de frutas y verduras las que, dicho sea de paso, no son incompatibles con el desayuno.
Así, por ejemplo, una tortilla de claras de huevo y vegetales al desayuno, resulta exquisito y saludable para este tipo de pacientes.
Además, las verduras deben constituir, en general, el 45/50% de la alimentación de los diabéticos con hipertensión, al cabo que las frutas deben ser consumidas en la cantidad de 3 a 4 porciones al día.
En lo que tiene que ver con los lácteos, tenemos que deben ser consumidos con moderación y, además, en la modalidad de los que son bajos en grasas, como es el caso de la leche y/o el yogur descremados.
Mención aparte, merecen la cebolla y el ajo, como ingredientes fundamentales en los desayunos para diabeticos y hipertensos, además del salvado de trigo y de avena, el tofu, la lechuga, la zanahoria y el nabo.