Lo que ocurre con mayor frecuencia es que puedes ir a la primera sesión de una actividad física que te guste o que creas que te puede gustar tipo: natación, gimnasio, baile, caminatas, etc., pero volver de manera regular te cuesta mucho.
Motivos que pueden impedir engancharse al ejercicio
Entre otros, los motivos más genéricos que pueden impedir engancharse al ejercicio, pueden ser:Salir de la zona de confort, cambiar nuestro chip, olvidarnos de las viejas costumbres de inactividad (televisión, redes sociales, etc.) y movernos, este es uno de los mayores retos.
Modificar horarios y rutinas, organízate adecuadamente para olvidarte de la típica excusa de no tengo tiempo, así harás que el tiempo te alcance para todo. En Cohens trabajamos con sesiones de 30′ súper completas y ya no podrás decir que no al ejercicio.
Miedo a las agujetas o dolores post ejercicio. A ver, si empiezsa una rutina de ejercicio sin una supervisión y sin la progresión debida, obviamente, estarás maltratando a tu cuerpo en lugar de beneficiarlo. Debes ser consciente de tu actual condición física y adecuarte a ella, empezar poco a poco e ir subiendo la intensidad a medida que el organismo se va adaptando. Para ello, lo más recomendable es contar con un entrenador personal, un profesional del ejercicio que te guiará y te hará empezar de la mejor forma. Los dolores del cuerpo al día siguiente del ejercicio. Al llegar a casa puedes pensar en que estás reventado y sientes como si perdieras el tiempo.
Cómo engancharse al ejercicio definitivamente
Seguro que tu voz interior te dice que debes empezar a hacer ejercicio, que será muy beneficioso para ti, y la típica frase mañana empiezo se hace eterna, no esperes más y llévalo a cabo.Aprovecha estos pensamientos motivantes y piensa en todos los beneficios del ejercicio físico, tanto a nivel interior como exterior, y toma la decisión YA:
El ejercicio mejora tu sistema inmunológico, respiratorio y en general todos los sistemas.
Regula tus funciones cerebrales, favorece la conectividad entre neuronas y ayuda a que tu cerebro se mantenga joven.
Reduce el estrés, ayuda a que duermas mejor, te hace sentir más seguro, feliz, liberando neurotransmisores que producen bienestar y relajación. Te ayuda a sentir más atractivo, fuerte y ágil.
Pero aunque recuerdes todas estas ventajas, puedes tender a dejar abandonada la rutina que iniciaste. Por supuesto no podemos mantener unos niveles de motivación siempre constantes pero lo que sí podemos es que en los momentos de bajón, darnos un auto empujón y acudir a tu sesión de entrenamiento, así adquirirás un hábito que se convertirá en tu forma de vida, lo agradecerás.
Incluye el tiempo de entrenamiento en tu agenda como si fuera una cita con tu médico, terapeuta o un cliente importane (considerando tiempos de desplazamiento también), para que se convierta en una cita diaria inaplazable.
Si puedes, entrena con un entrenador personal, quien podrá ayudarte a mantener tu motivación. No te rindas; lo lograrás.