EMPEZAR DE CERO A LOS SETENTA, TAI CHI.



Las repeticiones hacen que la práctica arraigue y el lenguaje tanto verbal como no verbal debe ser cuidadoso para transmitirles la idea positiva y estimulante de que ellos también son capaces de hacer los ejercicios bien y que pueden acceder a sus beneficios.
Esto ha llevado a muchos de ellos a superar el miedo que tenían a abordar algo nuevo que al principio les parecía muy difícil. Los puntos que centraron la atención durante las sesiones fueron los siguientes:
 
La relajación
Fue difícil de conseguir durante los primeros meses, al menos en la posición de pie, en la que no obtuvimos muchos progresos. En los ejercicios les resultaba dificultoso relajarse porque ponían mucho empeño en hacerlos bien y esto les tensaba. En la forma no se relajaban pero al final de la clase ejercitaban la respiración abdominal tumbados y ahí sí conseguían soltarse.
La corrección postural
Para que fuese efectiva, la trabajé ofreciéndoles indicaciones contínuamente, pero de un modo que no llegase a agobiarles o a hacerles sentirse torpes. Respetaba los bloqueos que tenía cada uno en el momento de hacer la clase. Si el alumno presta atención y se esfuerza no es conveniente darlo por imposible ni tampoco ahogarle a correcciones. En estas edades el cuerpo suele estar dañado, sobre todo si no se ha hecho ejercicio, y es mejor ser conscientes de ello.
Es importante crear un clima de confianza, humor y sinceridad para que se relajen y se dejen aconsejar. El contacto físico me ayudó a corregirles o mostrarles la dirección de un movimiento, pero debía acercarme con mucho cuidado, ya que a muchas personas les desagrada que les toquen. Siempre pedía permiso y luego el contacto era delicado pero firme.

El equilibrio
Fue algo que trabajamos en casi todas las sesiones, puesto que en general, había poca estabilidad. Muchos de mis alumnos tenían algún problema en las cervicales o en los pies o tenían la tensión alta y sufrían mareos. Al final de curso la gran mayoría había ganado en firmeza y muchos se sorprendieron de hasta dónde podían llegar.
A menudo abordaba los ejercicios de equilibrio después de haber trabajado con ellos de manera muy suelta y distendida. Con frecuencia les explicaba cómo tenían que poner el cuerpo para no caerse, pero en este sentido los seis meses de trabajo han sido insuficientes para alcanzar buenos resultados. No obstante, algunos de ellos ya empezaban a alargar el tiempo que permanecían en equilibrio. Muchos se lo tomaban como un reto personal e intentaban mantenerse estables como un juego en el que competían contra sí mismos.
La coordinación
Tanto el Taiji Quan como el Qi Gong son óptimos para trabajarla. En los gestos, cada parte del cuerpo hace una cosa diferente y tienen que llegar a ser conscientes de todas y unificarlas. La coordinación física fue uno de los puntos en los que logramos progresar más a base de repetir los ejercicios y de proponer acercamientos a un gesto determinado desde varios ángulos.
Al principio tenían problemas en distinguir el lado derecho del izquierdo y en manejarlos conscientemente. La coordinación entre cuerpo y respiración no se logró apenas, puesto que la olvidaban muy a menudo. La mayoría tenía un ciclo de respiración corto y el gesto no llegaba a ajustarse a él.

La escucha
Ejercitarla es hacerlo sobre el lenguaje verbal y el gestual. Generalmente, se dejaban llevar más por lo visual que por lo auditivo. Muchas veces no escuchaban, y eso podía deberse a la falta de concentración o de atención. Hicimos muchos trabajos en este sentido. Normalmente ellos mismos regulaban su atención, porque si se ponían a pensar en otra cosa se equivocaban enseguida.
Al final de los seis meses la mayoría atendía a los dos lenguajes. Para facilitarles las cosas el profesor debe guardar una de las normas básicas en la comunicación: para que un mensaje se reciba con claridad, no debe existir contradicción entre el lenguaje verbal y el gestual de quien lo emite. ¿Cuántas veces no habremos puesto el peso en la derecha y luego hemos nombrado a la
pierna izquierda sembrando el desconcierto general?
La memoria
Es el gran caballo de batalla. A veces no recordaban los movimientos por falta de atención o de concentración, pero la mayor parte del tiempo simplemente se olvidaban enseguida de la secuencia de los movimientos en la forma. Para ellos, era útil "bautizar" los movimientos con símiles que les fuesen familiares (por ejemplo, "Mirarse al espejo" por "Acariciar la crin del caballo").
También resultaba útil descomponerlos en partes y numerarlas. Después de tres meses de repeticiones, progresivamente fuimos verbalizando los pasos mientras hacíamos la forma juntos hasta llegar a dejarles que intentaran ejecutarla por sí mismos sin ayuda.
Ante esto se produjeron dos reacciones: unos se desanimaban porque no recordaban bien los movimientos, y otros lo tomaron como un desafío y no pararon hasta sacarlos. A los primeros les daba pistas y volvía a repasar con ellos, y de los segundos nunca olvidaré las caras que ponían cuando lograban hacer la forma solos. Sus expresiones radiantes han hecho que merezca la pena
esta experiencia, porque ver a los alumnos felices y satisfechos con el resultado de sus esfuerzos es el mejor pago que un profesor pueda tener.  
 
Teresa Rodríguez es licenciada en Medicina Tradicional China y profesora de Qigong y Taijiquan estilo Chen y Simplificado.
Dirige cursos específicos para el bienestar integral de la mujer y sesiones de Danza del Tao, meditación a través de la danza libre y el Qigong
Fuente: este post proviene de Blog de CarlosSantana, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?
Esta información nunca debe sustituir a la opinión de un médico. Ante cualquier duda, consulta con profesionales.

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

En una sesión de Tai Chi Chuan se realizan ejercicios de calentamiento y estiramiento suaves que nos dotan de flexibilidad de forma gradual. Ejercicios de respiración que incrementan la oxigenación y ...

Recomendamos