Lo que voy a contarte hoy es más importante de lo que puedas sospechar, y es algo que juraría no lo sabe la gran mayoría de la población. Juraría que, incluso, no lo saben algunos de los más grandes maestros.
Este es uno de los llamados conocimientos ocultos, conocido actualmente sólo por algunos geómetras y por… bueno, dejémoslo ahí. Lo que se esconde tras este conocimiento, rige el mundo material. Rige la vida en el planeta tierra. Rige la expansión y contracción de los organismos.
Te rige a ti.
Me rige a mí.
Te pongo en situación. Esta mañana he despertado sobre las 7. En el sofá. Vestido. Ayer no me lavé los dientes.
A ver, en mi caso no es tan dramático. Me salva el hecho de que me quedé mirando el fuego de mi chimenea y que es en el salón donde se está más calentito. Un puntito a mi favor.
Pero bueno, sigo con las calamidades.
Cuando he despertado, he encendido el móvil aunque sé que no hay que encender el móvil y aunque vengo de estar dos días en un retiro explicándole a las personas cómo no hay que encender el móvil al despertar.
Hasta aquí todo bien, soy un ser humano. También me salva el hecho de que a menudo digo que soy un troglodita aprendiendo a vivir mejor mejor, y que estoy muy lejos de hacer las cosas perfectas, pero que lo intento y que, intentarlo, es nuestra mejor carta.
En fin, sigamos.
Después de encender el móvil y ver chorradas, lo he apagado, y tras apagarlo he encendido el ordenador y me he puesto a trabajar y ver alguna chorrada.
Madre mía, qué cúmulo de despropósitos, qué poco cariño por mi propio tiempo.
Pero bueno, sigamos.
Y hace un rato, hace más o menos 30 minutos, me he acordado del secreto de las octavas y eso te garantizo que ha salvado todo mi día, mi productividad, y mi nivel de satisfacción.
Te aconsejo que lo que viene a continuación, lo leas con atención. Puedes incluso ponerte esta canción para entrar en contexto.
El secreto de las octavas
Imagínate un punto. El punto empieza a girar con un ángulo de 360 º y va trazando un círculo. El círculo se cierra cuando el final toca al inicio.¿Me sigues? vale. Hace unos años salí con una chica, y esa chica un día me dijo: ¡Antonio! ¡necesito que hagas un cambio de 360º para que sigamos con la relación!
Y yo, en medio de la discusión me eché a reir. Pero… si hago un cambio de 360º… ¿me quedo exactamente igual que estoy, ¿no?
Y nos quedamos igual. Claro. Yo no cambié, ella tampoco, y la relación al final acabó.
Bien. Quedarse igual que estás, significa que has trazado un círculo energético.
Imagínate:
Quieres adelgazar, haces cosas, régimen, sacrificios, pierdes unos kg, pero luego, por falta de voluntad, por viejos patrones, por x, vuelves al punto donde estabas. Has trazado un círculo.
Quieres mejorar tu relación con tu pareja. Habláis. Lees libros de Walter Riso. Vas al psicóloco. Ella/él va al psicólogo. Váis juntos al psicólogo. Os cabreáis. Os reconciliáis. Hacéis el amor apasionadamente. Os amáis. Pero los problemas siguen surgiendo, os desvordan, malas palabras, malos hábitos, malas comunicaciones y rompéis. Encuentras otra persona, todo es fantástico, esta sí es la buena, pero tus viejos patrones están al acecho, primera discusión, malas palabras, malos hábitos, ¡oh no! la historia se repite. Has trazado un círculo.
Quieres emprender un proyecto, tienes esperanzas financieras y creativas en el. Lo empiezas con motivación. Le dedicas unas cuantas horas, contactas a esta y aquella persona, lo cuentas. Trabajas, trabajas, trabajas. Te esfuerzas. Pero un día te das cuenta de que las fuerzas y la motivación empiezan a flaquear. Lo ves difícil. Tu discurso mental empieza a cambiar: quizás no es lo que quería, quizás estoy mejor donde estoy, quizás lo mejor es dejarme de tonterías. Y vuelves a tu estado de siempre, a tu dinero de siempre, a tu jefe de siempre, a tu atasco de siempre. Has trazado un círculo.
Vas a un retiro de desarrollo personal de Ricos y Libres. Te levantas a las 6 de la mañana. Te duchas con agua fría. Haces meditación. Yoga. Pranayama. Respiras el aire límpio del bosque. Comes sano. Conoces personas motivadas. Aprendes las herramientas más valiosas para mejorar, para crecer, para dirigir tu vida. Estás en contexto, estás en momentum, crees que ahora sí puedes mejorar tu vida. Pero llegas a casa. Con tus amigos y sus bromas. Con tu familia y su forma de ver la vida. Con tus quehaceres. Con tu televisión. Con tus viejos patrones que te estaban esperando. Y no cambias nada, tu vida sigue exactamente igual donde la habías dejado. Has trazado un círculo.
¿Me sigues?
Bien.
Ahora imagínate un punto que empieza a girar en una proporción aurea siguiendo el patrón de la serie de Fibonacci. Va girando y, cuando parece que va a trazar un círculo, sigue y traza una espiral. La espiral sigue creciendo. Y creciendo. Y creciendo de manera infinita.
Eso es lo que Morfeo de Gea llama El secreto de las octavas y explica mejor que yo pues yo aún no lo comprendo bien, cómo funciona el universo, matemáticamente, musicalmente, energéticamente. (Si te preguntan, yo no te he pasado este enlace, ¿vale? Y no leas su blog. Es importante que no lo leas, pues hay cosas que crees que no quieres saber).
Para producir un cambio, para aumentar la frecuencia, para subir de octava musical, se necesita un choque energético, un salto, un esfuerzo extra voluntario concentrado y consciente.
Do – Re – Mi – Fa – Sol – La – Si – Do
Si no producimos un choque energético, en el momento cumbre la propia tracción del círculo hará que se cierre en lugar de que aumente como una espiral y seguiremos tocando siempre las mismas siete teclas del piano, con el mismo tono, con la misma frecuencia.
Mira este vídeo en el minuto 1:01:11.
Muy bien, Antonio, ¿y a efectos prácticos cómo se hace?
La próxima vez que te levantes a las 7, vestido, en el sofá, y te pongas a ver chorradas, toma una respiración profunda. Otra más. Otra. Di en voz alta: CAMBIO. Apaga el móvil y guárdalo en un cajón y cronometra dos horas sin usarlo. Entra en la ducha, ponla al máximo frío y cronometra 3 minutos bajo la cascada. Soporta estóicamente la inconomidad. Sal de ella. Mírate al espejo. Recuerda tu propósito. Vete a tu escritorio. Apunta en un folio las cosas más importantes que tienes que hacer hoy para continuar con tu crecimiento. Hazlas. Táchalas según las haces.
Lee al menos 10 minutos cronometrados. Medita al menos 20 minutos cronometrados. Pasea. Baila. Báñate en el mar aunque nadie más se atreva. Haz esa llamada. Cocina. Abraza. Ama. Sirve.
Crece.
Pega un salto energético.
Expándete.
Conviértete en una espiral.
Que pases un gran día.
Gracias por leerme.