Dismorfia muscular prevención. Podrías tener este trastorno

¿Eres un obsesionado del ejercicio?¿Pasas mucho tiempo en el gimnasio y por eso dejas de convivir con familiares y amigos? ¡Cuidado! Podrías tener dismorfia muscular. ¿Prevención de este mal que alcanza a muchos y a muchas? ¿Dónde, cómo? Aquí damos pautas para no caer o salir de esta anomalía.

Dismorfia muscular prevención

Este mal por lo general pasa desapercibido. Y quien lo padece raras veces se da cuenta de ello. Y es que el mundo es su cuerpo. Todo gira en torno al ejercicio y a perfeccionar más su físico, aunque ya tenga un cincelado cuerpo envidiable. Pero el atleta que tiene esta disfunción siempre está inconforme y a veces entrena hasta 4 o más horas diarias y atasca su cuerpo de polvos o pastillas que contienen proteínas. La obsesión por tener el mejor cuerpo alcanza los extremos y el atleta recurre a los esteroides, sin reparar en las consecuencias para su salud.

Cuando la enfermedad de la dismorfia muscular ha alcanzado los límites intolerables es necesario buscar ayuda profesional con psicólogos o terapeutas. Estos profesionales de la salud los puedes encontrar en centros especializados. Uno de estos lugares lugares está en la siguiente dirección electrónica: https://revitas.es/centro-de-tratamiento-de-la-dismorfofobia/

Dismorfia muscular prevención


Hablamos de dismorfia muscular y su prevención, ¿pero que es la dismorfia muscular, en que consiste?

Dismorfia muscular significado



La dismorfia muscular, también conocida como vigorexia o trastorno dismórfico muscular, es un trastorno psicológico del atleta quien tiene una preocupación excesiva y distorsionada por la musculatura y la apariencia física.

Quienes sufren de dismorfia muscular tienden a percibirse a sí mismas como delgadas o débiles, a pesar de tener una musculatura desarrollada y bien definida. Esta condición puede llevar a comportamientos extremos en busca de un cuerpo más musculoso, como el abuso de sustancias o el sobreentrenamiento, poniendo en riesgo la salud física y mental.

Por eso, aquí exploramos la importancia de la prevención de la dismorfia muscular y cómo amar y cuidar nuestro cuerpo de manera saludable.

Dismorfia muscular, la prevención

Para prevenir la dismorfia muscular debemos realizar lo siguiente:
Conocer y comprender la dismorfia muscular

Fomentar una imagen corporal positiva

Establecer metas realistas y saludables

Evitar el sobreentrenamiento

Buscar apoyo y ayuda profesional

Conociendo y comprendiendo la dismorfia muscular



La dismorfia muscular puede surgir debido a una combinación de factores genéticos, socioculturales y psicológicos. Al comprender su naturaleza, podemos reconocer los síntomas y buscar ayuda temprana tanto para nosotros mismos como para las personas que conocemos que puedan estar en riesgo.

Fomentar una imagen corporal positiva



La sociedad actual está repleta de imágenes y estándares de belleza irreales que pueden afectar nuestra percepción de nosotros mismos.s

Ahora los galanes de televisión, la mayoría de ellos son musculosos; en tanto, las mujeres de las series televisivas son sumamente delgadas. Esto es un factor que puede detonar la dismorfia muscular.

Por ello, es importante recordar que la belleza viene en todas las formas y tamaños. Debes recordar que la belleza corporal en mujeres no es solo tener un cuerpo sumamente delgado, y en hombres tampoco es únicamente poseer un cuerpo excesivamente musculoso.

Debemos cultivar una imagen corporal positiva al enfocarnos en nuestras fortalezas, habilidades y salud en lugar de centrarnos únicamente en nuestra apariencia física.

Debemos tener presente que, por ejemplo, dos hombres con la misma cantidad e intensidad de ejercicio y con la misma alimentación no desarrollarán la misma cantidad de músculo, sencillamente porque su genética (estructura osea) es distinta.

De modo que olvídate de tener el mismo cuerpo de x fisicoculturista hombre o mujer. Mejor enfocate en tener una buena salud y fuerza de acuerdo a tu tipo de físico.

Establecer metas realistas y saludables



En lugar de perseguir metas basadas en estándares externos o comparaciones con otras personas, debemos establecer metas realistas y saludables para nuestro cuerpo. Trabajar con un profesional de la salud, como un entrenador personal o un nutricionista, puede ayudarnos a desarrollar un plan de ejercicio y nutrición que se adapte a nuestras necesidades individuales, promoviendo así un crecimiento muscular saludable.

Evitar el sobreentrenamiento



Ya casi para finalizar este post que hemos titulado dismorfia muscular prevención, debemos decir que quien padece de dismorfia muscular en su afán por tener un cuerpo sumamente musculo, se olvida de sus relaciones familiares, de convivir con otras personas y entrena demasiadas horas, con lo cual, llega el sobreentrenamiento, que es la etapa que en lugar de beneficiar, perjudica; Los músculos ya no crecen, sencillamente porque no tienen tiempo para recuperarse y crecer.

Y es en esta etapa peligrosa, cuando el atleta, desesperado, puede recurrir a los esteroides, esas sustancias dañinas para la salud que provocan crecimiento artificial de la musculatura tanto en hombres como en mujeres.

El sobreentrenamiento puede ser perjudicial para nuestro cuerpo y nuestra salud mental. Es esencial permitir que nuestro cuerpo descanse y se recupere adecuadamente después del ejercicio. Además, es importante diversificar nuestras actividades físicas para evitar la monotonía y el agotamiento. Incorporar ejercicios de flexibilidad, resistencia y cardiovasculares puede ayudarnos a mantener un equilibrio saludable en nuestra rutina de entrenamiento.

Dismorfia muscular prevención: buscar ayuda profesional



Si sospechamos que podríamos estar experimentando síntomas de dismorfia muscular o si conocemos a alguien que podría estar luchando contra este trastorno, es fundamental buscar apoyo y ayuda profesional. Un psicólogo o terapeuta especializado puede ayudarnos a abordar los aspectos psicológicos y emocionales asociados con la dismorfia muscular, mientras que un médico o nutricionista puede brindar orientación en cuanto a nuestra salud física.

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