El diente de león es, sin duda, uno de los mejores diuréticos y colagogos. La raíz es un laxante suave y un tónico amargo. Se emplea sobre todo en las enfermedades hepáticas para estimular la secreción biliar. Favorece el reestablecimiento de las funciones hepatobiliares, y calma las manifestaciones dolorosas con ese origen, tales como la anglocolitis y la colelitiasis.
Es también un adecuado depurativo de la sangre. Se le reconocen propiedades contra los altos niveles de colesterol, la ictericia, el estreñimiento y la obesidad. En usos tópicos tiene gran predicación para el tratamiento de eccemas, forúnculos, etc.
Zumo de raíces de diente de león para usos internos
Para las indicaciones descritas más arriba, se puede hacer un zumo de raíces con los siguientes ingredientes: 100 gramos de raíces, 15 gramos de glicerina, 18 gramos de alcohol y 18 gramos de agua. Tomar al día una o dos cucharadas.
Compuesto depurativo de diente de león y otras plantas
Se puede preparar un compuesto muy adecuado como cura depurativa primaveral, utilizando zumo de apio y ortiga junto con el Diente de león.