La miastenia es una enfermedad neuromuscular autoinmune y crónica que se caracteriza por debilitar y fatigar los músculos voluntarios del cuerpo. Estos son los que controlan el movimiento de los ojos y los párpados, la expresión facial, la ingestión y los músculos de las extremidades son los más frecuentemente afectados por la enfermedad.
Aunque la miastenia gravis afecta a personas de todas las edades, esta patología presenta un pico de mayor incidencia en mujeres de entre veinte y cuarenta años y en hombre de entre sesenta y setenta años; menos del veinte por cierto de los diagnósticos corresponden a casos infantiles. A pesar de ser considerada una enfermedad rara, en los últimos diez años ha aumentado el número de casos en nuestro país.
El conocimiento en profundidad de la enfermedad ha permitido reducir el tiempo que transcurre desde el inicio de los síntomas hasta el diagnóstico. “Actualmente estamos en unos tiempos de entre tres meses y tres años desde que el paciente experimenta los primeros síntomas hasta que obtiene el diagnóstico correcto. Además, hay muchos pacientes que están sin diagnosticar, por achacar los síntomas a otras patologías o por no dar una correcta relevancia a los mismos”, explica el Dr. Jordi Díaz Manera, Coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Neuromusculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Que la miastenia gravis sea una enfermedad heterogénea también hace que tanto el pronóstico como el tratamiento dependa mucho de cada caso. “La edad del paciente, la forma clínica de la enfermedad o la propia evolución de la enfermedad, son algunos de los factores que influyen en el pronóstico. No obstante, con tratamiento, la mayoría de los pacientes son capaces de mejorar la debilidad muscular fluctuante que caracteriza a la miastenia y hacer una vida relativamente normal. De ahí la importancia de mejorar los tiempos de diagnóstico, ya que de ello depende de la calidad de vida de los afectados”, subraya el Dr. Manera. “Si bien es cierto que la enfermedad es crónica, las mejoras en los fármacos inmunosupresores han conseguido que a día de hoy la mayoría de los pacientes vuelvan a realizar una actividad normal”.
¿Conoces a alguien con esta enfermedad?
Imágenes (por orden de aparición): comedy_nose/Flickr y Fillmore Photography/Flickr.