Muerte cerebral es un diagnóstico clínico que, cuando se confirma, puede ser el desencadenante de muchas decisiones importantes, como finalizar el tratamiento farmacéutico o la decisión de continuar el apoyo mientras la familia sopesa la posibilidad de donar los órganos. En la mayoría de los estados, la muerte cerebral está ya reconocida como muerte legal, lo que significa que el cese de la actividad cardíaca y la interrupción de la circulación sanguínea no debe formar parte de una declaración legal de muerte.
¿Qué es la muerte cerebral?
La muerte cerebral requiere que todas las funciones del SNC (corteza y tronco del encéfalo) estén inactivas; algunos reflejos de la médula espinal y la musculatura del tronco y los miembros pueden persistir con el diagnóstico de muerte cerebral.
Pueden estar presentes también las siguientes características: 1) inconsciencia irreversible, 2) ausencia irreversible de reflejos del tronco del encéfalo y 3) ausencia de cualquier factor que pueda alterar la función del SNC. Estos factores incluyen fármacos que deprimen la función del SNC y la hipotermia que también puede deprimir la función del SNC.
La legislación requiere a menudo informes de múltiples exploraciones físicas, a ser posible junto con pruebas de confirmación. Es frecuente solicitar que 2 médicos examinen y evalúen al paciente y escriban notas por separado en el informe del paciente confirmando el diagnóstico de muerte cerebral. Los criterios para declarar la muerte cerebral no son los mismos para todos los pacientes. La mayoría de las autoridades, en el caso de un niño menor de 1 año de edad, requieren al menos 2 valoraciones de lesión cerebral, separadas por 12-24 horas, antes de poder realizar una declaración de muerte cerebral. Es necesario este nivel de precaución porque hay poco conocimiento sobre los mecanismos y la evolución del desarrollo de este tipo de lesiones graves del sistema nervioso de los niños muy pequeños. Para declarar muerte cerebral en lactantes menores de 1 semana de edad y en lactantes prematuros, es necesario realizar series de exploraciones neurológicas durante 72 horas o más.
Causas frecuentes
La muerte cerebral puede deberse a una gran variedad de situaciones, como las lesiones por inmersión, traumatismo romo con fuerza, inhalación de humo, hemorragia intracraneal, enfermedad hipóxica- isquémica, hipotensión grave e hipoglucemia grave. El traumatismo es la causa más frecuente. En todas estas situaciones, las neuronas del SNC, que son casi completamente dependientes de un flujo sanguíneo adecuado para garantizar el aporte de oxígeno y glucosa, sufrirán lesión grave tras sólo unos pocos minutos de perfusión insuficiente y aporte inadecuado de oxígeno y glucosa.
A diferencia de otros tejidos corporales, las neuronas del SNC humano no tienen capacidad virtual para regenerarse y sustituirse tras una lesión importante. Está muy extendida la creencia de que las neuronas de los recién nacidos y lactantes pueden tolerar estos accidentes del SNC mejor que las de los niños mayores y adultos. Puede deberse al hecho de que las neuronas en los pequeños siguen desarrollándose y poseen cierta plasticidad, de modo que algunos tejidos pueden repararse en respuesta a las lesiones importantes.
Confirmación del diagnóstico
Se debe tener mucho cuidado a la hora de confirmar el diagnóstico de muerte cerebral y de descartar otras enfermedades que puedan incluir una gran alteración de la función del sistema nervioso. El estado vegetativo persistente se acompaña de inconsciencia permanente, pero persisten algunas respuestas a los estímulos externos, aunque puedan no tener sentido. Para establecer el diagnóstico de estado vegetativo persistente es necesario que pase un tiempo largo (≈6 meses) sin mejoría del estado neurológico. Una posibilidad especialmente aterradora es el síndrome de enclaustramiento (locked-in), en el que no hay signos de respuesta debido a una disfunción muscular, pero persiste la consciencia. Suele asociarse con lesiones de la parte inferior del tronco del encéfalo.
Apoyo a la familia durante la retirada del soporte vital para permitir una muerte natural
Una vez se ha establecido un diagnóstico firme de muerte cerebral, la atención debe centrarse en informar a la familia sobre el significado de la muerte cerebral y los pasos que deben seguirse a continuación. Muchas familias tardan en comprender el carácter definitivo de las lesiones del niño, por lo que el equipo terapéutico no debería intentar forzar a la familia para que tome decisiones rápidas sobre el tratamiento posterior y la retirada del soporte vital. El equipo médico debe asegurar a la familia que el niño con muerte cerebral no siente malestar ni dolor y que de hecho, está en un coma profundo e irreversible. Debe hacerse hincapié repetidas veces en la dependencia total del paciente de la ventilación mecánica y otros dispositivos tecnológicos.
Es posible que la familia necesite tiempo para que los familiares y los amigos acudan al hospital a despedirse del niño y dar apoyo a la familia. Debe hacerse todo lo posible para tener en cuenta estas peticiones. Muchas familias que en un principio parecían incapaces de enfrentarse a la posibilidad de retirar el soporte vital, en un corto espacio de tiempo aceptarán el hecho de que la necesidad de más soporte fisiológico en el niño con muerte cerebral es inútil. Cuando la familia está preparada, puede retirarse el soporte vital de modo que el niño experimentará una muerte natural.
Es frecuente que las familias quieran tener en sus brazos al niño durante ese proceso, por lo que es útil facilitar una habitación especial apartada para que la familia y los amigos acompañen a los padres.
Donación de órganos
En muchos estados, es obligatorio tratar el tema de la donación de órganos con la familia cuando se ha establecido el diagnóstico de muerte cerebral. Es el momento correcto para remitir a la familia a un programa de donación de órganos. Este servicio, si está indicado desde el punto de vista médico y es apropiado, acercará a la familia. Estos profesionales están especializados en aconsejar a las familias durante este momento delicado y tienen una tasa excelente de donación de órganos en estas familias.
Si se toma la decisión de una posible donación de órganos, el servicio de obtención de órganos asumirá la responsabilidad del cuidado del paciente en la preparación para la obtención y la colocación del órgano.
Para aportar un soporte óptimo de los órganos que van a trasplantarse, pueden producirse cambios en la estrategia terapéutica para mantener una perfusión aceptable de los órganos, como aumentar el flujo de perfusión de líquidos intravenosos, aportar soporte nutricional, reducir al máximo el uso de vasopresores y tratar al paciente con antibióticos. Además, la organización de obtención de órganos asume toda la responsabilidad financiera del proceso
Aunque la sociedad acepta cada vez más y aprueba la donación de órganos, siguen perdiéndose 3 de cada 4 oportunidades para trasplantar los órganos en posibles receptores necesitados y sigue siendo necesaria una formación pública continua sobre la importancia de la donación de órganos.
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