Primero fue la cirugía convencional abierta, después surgió la lamparoscopia que permitió que las intervenciones no fueran tan invasivas. Y ahora, la principal novedad en el mundo de la cirugía son los robots quirúrgicos.
“Es los casos donde la cirugía convencional comporta un trauma importante, junto con mayor dolor y una recuperación post-quirúrgica más larga, en los que la cirugía robótica puede aportar más al paciente, ya que combina la eficacia de la cirugía abierta con las ventajas de la cirugía mínimamente invasiva, lo que representa la gran ventaja de la cirugía robótica”, afirma el Dr. Pablo González Jerez, director médico del Grupo HM.
Más concretamente, las ventajas que aporta este sistema quirúrgico son de dos tipos: las inherentes a la cirugía mínimamente invasiva y las propias del robot. Entre las primeras destaca el menor dolor post-operatorio y riesgo de infección, la disminución de las complicaciones, el tiempo de estancia hospitalaria, la pérdida de sangre y el número de cicatrices, y la recuperación más rápida. En cuanto al segundo tipo de beneficios, implica una menor curva de aprendizaje, una mejor visión, y una mayor precisión, reproducibilidad de los procedimientos quirúrgicos y comodidad para el cirujano.
Cualquier intervención que pueda ser realizada por laparoscopia o toracoscopia es susceptible de realizarse mediante un robot quirúrgico. Pero hay procedimientos de determinadas especialidades que, por su complejidad técnica son especialmente idóneos para su realización con el robot. Hablamos, por ejemplo, de urología, ginecología u oncología, entre otros.
El Grupo Hospital Madrid, ha adquirido recientemente el robot Da Vinci, pionero en este tipo de intervenciones, y será instalado este otoño de 2010 en el Hospital Universitario Madrid Sanchinarro.