Leishmaniasis es una parasitosis (enfermedad por parásitos) que generalmente afecta a la piel, mucosas y vísceras de mamíferos, y que para lograr el desarrollo de la enfermedad es necesario que el parasito sufra distintos cambios en su morfologia (forma), ya que en sus dos diferentes formas puede ser o no patógeno para los mamíferos. Esta enfermedad puede llegar a generar un fuerte impacto social para los pacientes afectados, ya que cuando se presenta una afección mucocutanea (piel y mucosas) de este tipo, pueden generarse rechazos sociales hacia estos pacientes, gracias a los cambios que se producen en las apariencias físicas. Es por ello que en el presente texto les estaremos informando sobres las 3 presentaciones clínicas de esta enfermedad, que parasito produce la Leishmaniasis y como se transmite, cuales son las manifestaciones clínicas y cual es la conducta mas adecuada que deben tomar tanto los pacientes como los profesiones de la salud.
¿Qué es la Leishmaniasis?
Es una enfermedad Zoonotica (proveniente de mamíferos animales y transmitida hacia el hombre) causada por parásitos protozoarios del genero Leishmania y que dependiendo de la especie de esta se pueden producir afecciones cutáneas, mucosas o viscerales. Además de afectar a los humanos también puede afectar a otros mamíferos como perros, gatos, ganados y roedores. Es transmitida por un vector (vehículo biológico que transmite una enfermedad) llamado Phlebotomus, el cual es una mosca pequeña y de color negro proveniente de zonas tropicales y subtropicales, también conocida como moscas de arena. Los reservorios naturales más importantes para estos parásitos son:
Perros.
Gatos.
Osos Hormigueros.
Roedores.
Perezosos.
Zarigüeya.
Ratas.
Humanos.
¿Qué parasito produce esta enfermedad?
– Son consideradas alrededor de 20 especies de Leishmania patógenas para el hombre, las cuales según la especie pueden producir manifestaciones clínicas cutáneas, mucosas o viscerales. Los protozoarios leishmania productores de las Leishmaniasis cutáneas en el continente Europeo son los tipos: L. Tropica, L. Aethiopica y L. Major. Mientras que en el continente Americano tenemos: L. Mexicana, L. Brazilensis y L. Venezolanensis. Por ultimo las causantes de la parasitosis visceral pertenecen al género L. Donovani y son: L. Donovani Donovani propiamente dicha, L. Donovani Infantum y L. Donovani Chagasi. Mientras que lo que corresponde a las afecciones mucosas, se consideran complicaciones de las manifestaciones cutáneas de la enfermedad.
– Como se ha mencionado anteriormente este parasito presenta dos morfologías distintas, el Amastigote que es la forma predominante en el huésped humano y el Promastigote que es la forma predominante para el huésped y vector Phlebotomus (Mosquito). El Amastigote es de forma ovalado de localización estrictamente intracelular y carente de flagelo (estructura en forma de cola que otorga movilidad). Mientras que el Promastigote tiene una forma más alargada, no es estrictamente intracelular y posee un flagelo central para su movilidad.
– Estos parásitos presentan unas estructuras moleculares en su porción más externa, estas son glucoproteínas y lipofosfoglucanos, moléculas que intervienen en los mecanismos de entrada a las células que serán invadidas y en procesos adaptativos de los diferentes cambios morfológicos (ciclo de vida).
¿Cuál es el ciclo de vida de los leishmania?
El ciclo de vida de estos parásitos consta de la estadía en dos hospedadores diferente, y el ciclo comienza cuando la mosca de arena hembra hematófaga (que se alimenta de sangre) pica a un huésped hombre u otro mamífero infectado con Leishmaniasis y adquiere la forma del parasito que se encuentra predominantemente en este hospedador, que son los Amastigotes.
Una vez dentro del mosquito este se dirige al intestino del vector donde en un promedio de tiempo de 5 a 20 días estos se diferencia en Promastigotes Procíclicos, los cuales se adhieren al intestino del mosquito gracias a estructuras moleculares localizadas en la porción externa de estos parásitos.
Luego estas formas de leishmania se dividen y multiplican para diferenciarse en Promastigotes Metacíclicos, que se considera la forma infectante y la cual capaz de migrar hacia la cavidad bucal del mosquito, para que cuando este necesite alimentarse de nuevo, inocule al parasito en la piel del nuevo hospedador mamífero que se encuentra adquiriendo la enfermedad.
Una vez que el mosquito haya inoculado al Promastigote Metacíclico en la piel del hospedador humano, estos son atrapados por las células de defensa de la piel llamadas macrófagos, células de langerhans o monocitos circulantes para ser destruidos. Esta destrucción por parte de estas células de defensa es intervenida ya que el parasito se empieza a multiplicar por división binaria y se diferencian en Amastigotes, y que por una excesiva multiplicación la célula estalla y los Amastigotes liberados invaden células vecinas de la piel, en caso de ser parásitos de preferencia cutánea, ya que si son leishmania de preferencia visceral viajan por el torrente sanguíneo e invaden las macrófagos hepáticos, esplénicos (de bazo) y de medula ósea preferentemente.
¿Qué manifestaciones clínicas presentan los pacientes?
Las características clínica del paciente van a depender de la especie infectante y por ende del tipo de Leishmaniasis que se presente, existen 3 tipos: L. Cutánea, L. Mucocutanea y L. Visceral, estas poseen sintomatologías distinta las cuales se caracterizan por:
Cutánea: esta enfermedad es causadas por leishmania de la especie Tropica, Major, Brazilensis Venezolanensis, entre otras. Esta afección es la más frecuente y se puede dividir en dos, en una L. Cutánea Localizada que se caracteriza por lesiones ulcerosas únicas o múltiples en la piel, de formas redondeadas, bordes regulares y un fondo limpio e indoloro, y aparecen unos 15 a 20 días después de la picadura de la mosca de arena infectada. Mientras que existe la L. Cutánea Difusa que se caracteriza por un fallo del sistema de defensa del organismo, lo que permite que el parasito se disemine por el espacio tisular (espacio entre células), la linfa o por vía sanguínea con el desarrollo de lesiones nodulares en toda la piel.
Mucocutanea: esta afección se caracteriza por invasión y destrucción de la mucosa nasal, oral y faríngea y que generalmente termina siendo desfigurante para el rostro del paciente. Estos daños llevan a destrucción del tabique nasal y se considera que es una complicación de cutánea, ya que suele aparecer después esta.
Visceral: se da cuando el parasito logra diseminarse por el torrente sanguíneo y alcanza macrófagos viscerales, de preferencia hepática (higado) y esplénica (bazo). Por ello estos pacientes se caracterizan por presentar hepatomegalia (infamación del hígado) y esplenomegalia (inflamación del bazo), además de presentar fiebre pérdida de peso y anemia. El principal reservorio de las leishmanias causantes de L. Visceral esta en los perros y se considera mortal en un 100% de los casos sin administración de tratamiento, y con tratamiento es letal solo en un 15%. Es posible después de la recuperación del paciente observar un desarrollo de L. Cutánea.
¿Cómo se Diagnostica?
El diagnostico se hace a través de la clínica del paciente y un consiguiente análisis y reconocimientos de las formas de Amastigotes en lesiones cutáneas o mucocutaneas, hígado, bazo o medula ósea, de Leishmaniasis cutánea, mucocutaneas o viscerales respectivamente. En las lesiones cutáneas la muestra se obtiene por raspado o biopsia del borde de la lesión o por aspiración con aguja fina previa limpieza y desinfección de la zona. Y mientras que en las L. Visceral, la muestra más adecuada es en la pulpa esplénica o en su defecto hígado o médula ósea, obtenidas por punción-aspiración.
¿Cuál es su tratamiento?
El tratamiento de la Leishmaniasis suele ser algo molesto para los pacientes, ya que requiere la administración de medicamentos endovenosos e intramusculares y de manera repetida, no son efectivos en algunos casos y pueden presentar efectos secundarios. Los antimoniales pentavalentes, como el antimoniato de meglumina y el estibogluconato de antimonio y sodio, fueron fármacos que se desarrollaron y emplearon alrededor de 1950, y que todavía para la fecha son considerados los fármacos de primera elección para cualquiera de las 3 formas clínicas de Leishmaniasis. Ambos fármacos se utilizan por vía intramuscular en dosis de 20 mg por kilogramo del paciente por un día y durante 20 días. Se recomienda además de la vía parenteral de estos fármacos, inyectar el medicamento intralesional (en la lesión) ya que se han visto buenos resultados con su utilización. Con la administración de los antimoniales debe mantenerse al paciente en un chuequeo constante de funcionamientos hepáticos y renales, así como también chequeos cardiacos a través de electrocardiogramas debido a la toxicidad del fármaco. En los casos en que el parasito haga resistencia a los antimoniales pentavalentes se pueden utilizar fármacos como la Anfotericina B y Pentamidina. Estos últimos también tienen efectos secundarios como abortos espontáneos, motivo por el cual no debe emplearse en embarazadas.
¿Cómo podemos prevenir una Leishmaniasis?
Los métodos preventivos comienzan desde casa, con la utilización de mosquiteros en puertas y ventanas, ya que los reservorios más importantes son los mamíferos domésticos como los gatos y perros, por ende en las cercanías de los hogares pueden existir perros contaminados que contribuyan a la propagación de la infección por medio de estas moscas de arena que tiene un radio de vuelo entre 6 a 10 metros y que puede prevenirse la entrada de estas a las casas por medio de estos mosquiteros. Mientras que otro método preventivo se hace por medio de fumigaciones en campos y ambientes abiertos, de zonas endémicas (tropicales y subtropicales) y que preferentemente se hagan durante horas de la noche, ya que es en ese momento en el cual las moscas de arena se encuentran volando en busca de alimento.
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