Fármacos malos para el corazón: Hay muchos medicamentos (y cada día más usados) que pueden generar insuficiencia cardiaca (IC) o exacerbarla. Los procesos son distintos: toxicidad directa miocárdica; cronotrópicos, efectos inotrópicos o lusitrópicos negativos; exerbaciones de la HTA; producir excesiva carga de sodio; interacciones entre medicamentos que disminuyen el efecto beneficioso de los medicamentos para la IC, entre otros.
La polifarmacia (la cual consta de mantener el uso a largo plazo de ≥ 5 fármacos), casi mundial en pacientes con IC, tanto por el impresionante número de fármacos basados en evidencia científica como la necesidad de controlar las comorbilidades (IC es el diagnóstico más habitual al alta en personas mayores de 65 años), al mismo tiempo puede, favorecer inconvenientes de seguridad y eficacia farmacológica.
Dichos pacientes, además, regularmente acuden a múltiples consultas con diferentes especialistas sanitarios lo que puede distorsionar la toma correcta del tratamiento por parte de la misma persona.
Con la idea de esquivar estos efectos contraproducentes de algunos fármacos, por medio de una guía sobre los mismos y de muy fácil acceso a los profesionales sanitarios, la American Heart Association (AHA) ha anunciado hace muy poco un documento con un serie de fármacos que pueden causar o empeorar casos de IC.
Los medicamentos fueron seleccionados tomando en cuenta su uso en pacientes con IC y su presunta asociación con un efecto perjudicial definido como muerte, incremento en uso de recursos sanitarios, variación en los siguientes aspectos: clase funcional de la NYHA, cambio importante en tratamiento, función cardiaca o cardiovascular.
En esta guía se incluyen también medicamentos sin receta y medicinas “alternativas o complementarias”, lo cuales se presentan más riesgosos por no ser necesarios o bueno simplemente Fármacos malos para el corazón.
Se explica además la magnitud de la vinculación causal con la IC. La lista es muy extensa, en la cual podemos encontrar analgésicos, antiadiabeticos, anestésicos, antiarritmicos, anti-HTA, anti neoplásicos, fármacos utilizados en hematología y muchísimos más medicamentos utilizados con regularidad por la población mundial.
Por todo lo que ya hemos mencionado se establecen unos consejos o recomendaciones para reducir en lo más posible la polifarmacia y aumentar la seguridad de los medicamentos.
Fármacos malos para el corazón: Lista generada por profesionales sanitarios para pacientes con IC
Revisar todos los productos sugeridos al paciente en cada visita clínica o ingreso hospitalario. Preguntar con especificaciones fármaco, dosis y regularidad , incluyendo OTC y CAM (clase I nivel de evidencia B) para ver si es un Fármacos malos para el corazón.
Aunque no se haya vinculado con mejoría en los resultados, pudieran considerarse como herramientas complejas para así poder detectar inconvenientes con las medicaciones (nivel de evidencia C, clase IIb).
Puede ser de bastante ayuda el uso de una hoja de seguimiento y actualizarla en cada visualización, ofrecerle al paciente una réplica de la lista final de tratamientos e imponerles que la traiga a cada visita.
Estudiar los posibles riesgos y beneficios de cada una de las medicaciones, seleccionar cada fármaco en esencial u opcional, con el fin de opacar o eliminar las opcionales
Es muy considerable la eliminación medicamentos los cuales nunca han sido recetados o indicados por un especialista o contraindicadas
Cuando se torne seguro, posible y sobretodo razonable , considerar combinaciones de fármacos para disminuir ir el número de medicaciones al día
Es muy entendible el evitar agregar nuevos fármacos para combatir efectos secundarios de otros medicamentos. El uso de los mismos solo debería emplearse si es absolutamente necesario
Pudiese resultar muy beneficioso tratar de educar y hacerles entender a los pacientes sobre los fármacos OTC y CAM: como primero debemos preguntar al profesional sanitario antes de comenzar algún el tratamiento, como segundo tenemos que evitar a toda costa el uso de OTC/CAM que no ofrezcan o generen la seguridad necesaria y como tercero examinar siempre las etiquetas para sacar información el contenido de sodio.
Es muy necesario establecer un abordaje “en equipo” por el cual alguno de los especialistas sanitarios actúe como “jefe” para tratar de organizar e instruir al paciente sobre todas las medicaciones que realmente necesita y de cuales le beneficiaran.
Está listo o especie de guía, de simple lectura, será sin ninguna duda un documento de gran utilidad para todos los profesionales que participan y se incluyen en el cuidado (el cual se presenta cada vez más difícil) de los pacientes que viven sus días sufriendo de IC.
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