Si algo se ha podido observar durante esta pandemia, son las diferentes reacciones de las personas. Esto hace suponer que, frente a situaciones estresantes, existen multiplicidad de posiciones para enfrentarlas. Yo lo observo permanentemente, haciendo siempre lo posible, por mantener el contacto frecuente, con las personas más allegadas a mi hogar.
No hay que olvidar, que esta pandemia, vulnera ciertos aspectos íntimos. Y el confinamiento, por demás necesario, impide realizar actividades que consideramos importantes. Se ha llegado a establecer, que esta situación que actualmente se vive, podría incluso, llegar a ocasionar trastornos psiquiátricos. Principalmente, porque existen ciertos elementos que producen ansiedad. Pudiendo decirse que, dentro de las primeras respuestas emocionales, aparecen el miedo y la incertidumbre. Muchas veces, asociados a una profundización de la crisis sanitaria y socioeconómica.
No es nada fácil, poder soportar situaciones impredecibles, sobre todo en la sociedad actual. Pues ella, ha impulsado constantemente, la sensación de bienestar, placer y seguridad. Y, un cambio tan radical, ha tenido algunos impactos en quienes, les cuesta asimilar que somos altamente vulnerables.
De este tema tan profundo hablaré, considerando los comentarios de muchos seguidores. Para muchos de ellos, el confinamiento y los cambios asociados a sus labores cotidianas, no han sido muy llevaderos. Muchos de sus comentarios me inspiraron a realizar un artículo muy sencillo. Por medio de él, muestro ciertos aspectos acerca de los diferentes cambios psicológicos y sociales, que actualmente vivimos.
El COVID-19 y sus efectos psicosociales
Ya los investigadores lo han demostrado: el nuevo coronavirus, no permite treguas. Él, además de impactar la salud física, posee un gran efecto sobre el estado mental de las personas. Y precisamente una adecuada salud psicológica, es lo que define la humanidad. Ello, permite el disfrute de una vida donde el compartir, enriquece y hace que todos los seres humanos puedan crecer. Se debe enfatizar, que la actual pandemia, acarrea una serie de efectos negativos que impactan la salud individual y colectiva. Y lamentablemente, esto repercute de forma muy fuerte en el funcionamiento emocional y social.
Es de resaltar que, aunque la pandemia no estuviese presente, un 25% de las personas podría padecer de algún proceso asociado a la salud mental. Si a esto, se suman las medidas de cuarentena, impuestas debido al nuevo coronavirus, se pueden presentar diversos procesos traumáticos. Dentro de ellos destacan:
Duelo por el fallecimiento de seres queridos
Angustia por la situación financiera y pérdida de empleos
Miedo asociado a la intensificación del aislamiento y distanciamiento social
Problemas para el manejo de la difícil dinámica familiar
Incertidumbre frente al futuro
Preocupación por la salud propia y la de seres queridos
Tristeza por la pérdida de algunos servicios de apoyo fundamentales
Cambios en los patrones de sueño o alimentación
Procesos de insomnio y dificultad para dormir
Pérdida de las facultades de concentración
Agravamiento de problemas de salud crónicos
Deterioro de las condiciones de salud mental
Incremento del consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias estimulantes
¿Cuáles son los grupos más vulnerables?
De acuerdo a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, las reacciones frente al estrés son diferentes. Dichas reacciones, están condicionadas a su vez, por antecedentes emocionales, entorno familiar o de amistades y el estado de salud. La situación financiera y el lugar donde se vive, juegan también, un importante efecto.
Dentro de las personas que pueden presentar mayores niveles de estrés, destacan:
Las que poseen alto riesgo de enfermar con mayor gravedad (adultos mayores y las que presentan enfermedades preexistentes)
Infantes, niños y adolescentes
Aquellos que padecen enfermedades mentales y neurodegenerativas
Quienes se encargan de cuidar familiares
Trabajadores de la salud (médicos, enfermeras, paramédicos, personal administrativo y de limpieza)
Trabajadores esenciales (obreros de industrias alimenticias, trabajadores de saneamiento, empleados públicos, jornaleros, repartidores, camioneros, empacadores, empleados domésticos, mensajeros y cajeros de tiendas y supermercados)
Quienes poseen discapacidades
Aquellos que perdieron sus empleos, les fue ajustado el horario o sufrieron desmejoras laborales
Habitantes de áreas rurales o fronterizas
Grupos humanos sin hogar
Quienes viven en hacinamiento en grandes grupos familiares
Algunos mecanismos positivos para hacer frente al estrés
En momentos difíciles, favorecen mucho los gestos y palabras de afecto. Esto puede realizarse mediante una sencilla llamada telefónica o mediante videollamadas. Esto es muy importante para afianzar un poco más la conexión, sobre todo con familiares muy cercanos. Muchos de ellos, de esta forma, se sentirán menos solos y aislados.
Es importante, no dejar de cultivar las relaciones con las personas allegadas. Tampoco, descuidar la vinculación con la comunidad y asociaciones a las que cada quien pertenezca. Al realizar estos gestos tan sencillos, con amigos y familiares, se propicia un ambiente de armonía, que alivia la tensión y el estrés.
¿Cómo enfrentar el estrés?
Mantenerse informado sobre los lugares a donde acudir, en caso de necesitar algún tratamiento, si alguien de la familia llegase a presentar síntomas de COVID-19
No automedicarse y ante cualquier situación que lo amerite, contactar a los profesionales de salud. Bien por teléfono, internet o servicios de telesalud. Es posible, también contactarlos personalmente, en los centros dispuestos para ello
Mantener equilibrada la salud emocional. El pensar con claridad, contribuye significativamente a actuar adecuadamente frente a situaciones urgentes.
No mantener el foco de atención, sobre noticias repetitivas acerca de la pandemia. Es importante relajar la mente con información general, música, buena lectura, películas interesantes y documentales
Mantener el cuerpo en buenas condiciones, mediante rutinas de ejercicios sencillos y estiramientos realizados de forma regular. S
Descansar adecuadamente y dormir lo suficiente
Alimentarse lo más sano que se pueda, dentro de las limitaciones que se puedan presentar
Evitar fumar, el nuevo coronavirus es enemigo del sistema respiratorio
Tratar de cultivar los pasatiempos, que antes se acostumbraba a realizar en casa, la mente lo agradecerá
Compartir con otras personas, bien vía telefónica o mediante las redes. Expresar sentimientos de afecto con las personas más allegadas
Mantenerse informado acerca de los avances científicos acerca del COVID-19 y no hacerse eco de rumores desesperanzadores
Practicar permanentemente los hábitos adecuados de higiene y prevención que recomienden las autoridades sanitarias. Enseñar estas medidas, a los más pequeños, para ir creando hábitos saludables
¿Cómo podría afectar el contagio con el nuevo coronavirus?
Incremento de estrés por el monitoreo personal o el que puedan realizar terceros
Frustración e ira, porque muchas personas allegadas tienen miedo de acercarse y contraer la enfermedad
Un enorme sentimiento de culpa, al no poder desempeñar los deberes inherentes al trabajo o como padre de familia
Una gran preocupación, por volver a enfermar de nuevo
¿Qué sugieren los psicólogos para afrontar la situación?
De acuerdo a ciertos expertos existen algunos elementos que permiten hacer más llevadero el confinamiento forzoso.
1. Aprender a detectar las emociones
Los estados emocionales de un persona representan la respuesta a procesos múltiples. Comienzan a relucir a partir de la tonalidad de la voz, las manifestaciones en el rostro (cambio de color, gestos) y los comportamientos del cuerpo como sudoración, temblor. Es importante aprender a aceptar estas emociones para no crear miedo o ansiedad de la enfermedad física en si. Según los Expertos estas emociones pueden presentarse después de haber leido, visto o escuchado informacióni relacionada a casos de contagio en el mundo o personas cercanas que han tenido los síntomas del Covid-19. Es normal que estas situaciones se presenten pero también es importante aceptarlas. Es importante compartir estos sentimientos con personas cercanas.
2. Aprender a observarse
Al observar que la angustia se hace mayor, puede generar bloqueos, además miedos anticipados que puedan estar creciendo y hacen sentir a quien lo padece, emocionalmente vulnerable, no se debe dudar en solicitar ayuda psicológica. Los especialistas en comportamiento humano, psicológos o psiquiatras son los encargados de proveer el mejor acompañamiento en estas circunstancias. Existen muchas páginas en las redes sociales dirigidas por expertos que pueden proporcionar este apoyo de forma gratuita que puede ser aprovechado con buenos resultados.
3. Revisar cómo afrontar la pandemia
Es fundamental hacer énfasis en lo que se puede realizar y no en las limitaciones que se pueda tener. Es recomendable estudiar posibles soluciones, sin anticipar los resultados, y sobre todo manejando datos objetivos. Según algunos expertos, es importante aprender que se debe planificar para las cosas imprevistas. Es decir, para la incertidumbre, debido a que nada es programable bajo estas circunstancias. Por ello, las adversidades deben ser vividas como retos, pensando en fortalecerse y ser resistentes. Constituye además, una oportunidad de adaptación y de aprendizaje, considerando que lo que pasa actualmente, es temporal.
4. Darse ánimo y también a otros
Es importante permanecer ocupado, pero mediante una adecuada organización. Planificar tareas para cada día y proponerse cumplirlas. Esto, ayudará a sentir que se posee más control y a sentir una mayor normalidad en el confinamiento. Es importante, autopremiarse, al lograr superar las dificultades o alcanzar las metas por pequeñas que estas puedan parecer. Este proceso otorgará un crecimiento personal para todos, siendo familiarmente muy enriquecedor.
5. Mantener siempre una sonrisa
La sonrisa hace movilizar los músculos del rostro. Por medio de ella y un ambiente de armonía se mantendrá el buen humor en el hogar. Buscar mirar siempre el lado hermoso, agradable y divertido de las situaciones. Es fundamental recordar que la pandemia tendrá un final. Pero, no se debe evadir sino centrarse en el aquí y en el ahora.
6. Iniciar nuevas actividades y retomar aquellas que quedaron inconclusas
Es oportuno, dedicarse a realizar actividades en casa, que siempre fueron postergadas por falta de tiempo. Internet posee infinidad de sitios para nutrirse intelectual y espiritualmente. Desde siempre se ha dicho, que una forma de mantenerse siempre vital, es la realización permanente de proyectos. Estos momentos, son muy importantes para alimentar la mente y aprender muchas cosas online, mediante algunos cursos. La satisfacción personal, aleja a las personas del tedio, el aburrimiento y la ansiedad.
7. No aislarse
Al lograr mantener el contacto social, se puede ser agente positivo para otros y nutrirse además de sus experiencias. Hoy en día, existen muchas vías, bien por teléfono, videollamadas, chats o a través de los balcones si se vive en edificios. Las redes sociales en general, sobre todo, los grupos de interés por oficios y profesiones ofrecen espacios interesantes de intercambio. Se debe ir abonando cada día las relaciones humanas. Acercarse un poquito más a aquellas personas, con las cuales se ha mantenido alejamiento, por efecto de múltiples compromisos.
8. Mantener información actualizada de los avances de la ciencia
Es importante, estar enterado de los avances más recientes realizados por los investigadores acerca del nuevo coronavirus. Para ello, es importante utilizar fuentes confiables como páginas de la OMS, CDC, universidades, Pub-med, La información actualizada permitirá estar al día en cuanto a las novedades obtenidas para la cura del virus. Tener de igual forma presente la necesidad de estar al día en cuanto a la toma de las medidas preventivas para evitar el contagio.
9. Incrementar la comunicación entre las personas que comparten el confinamiento
Es fundamental asimilar, que al compartir directamente con las personas en la casa, se incrementa la comunicación. Es importante dedicar un tiempo en familia, donde se converse, se intercambie y se escuchen unos a otros. Evitar el uso tablets, celulares, juegos electrónicos durante esos ratos de interacción. Estos preciosos momentos, son oportunidades para volver a jugar viejos juegos de mesa, contar anécdotas familiares, revisar viejas fotografías e incluso improvisar manualidades. Todas estas actividades, son muy potentes para fortalecer los vínculos y la armonía familiar.
10. Evitar el ocio y la vida sedentaria
Es de suma importancia, evitar el sedentarismo, el cual enferma fisicamente a las personas por cuanto no realizan actividades de movilización para estar saludables. Por otro lado el ocio incita a la mente a pensamientos que pueden ser lesionadores de la salud emocional de las personas. Es importante ejercitarse a diario. Existen, cientos de sitios en internet, que muestran cómo hacerlo de una forma inteligente en casa. La actividad física favorece la liberación de endorfinas. De esta forma se puede lograr, una reducción de los niveles de estrés y una mejora sustancial del ánimo. Tanto el ocio como la vida sedentaria son aliados que se potencian para desarrollar enfermedades.
Concluyendo
Son muchos los efectos que produce el COVID-19, a nivel social y psicológico. Se ha logrado observar, en muchas personas, una serie de efectos que se traducen en diversas manifestaciones negativas. Entre ellas destacan, dificultad para conciliar el sueño, miedo, incertidumbre, angustia, inapetencia y nerviosismo. Además de ello, el distanciamiento social, ha roto muchos esquemas a los que se ha estado acostumbrados Afortunadamente, gracias a la tecnología de las videollamadas se pueden manejar conversaciones y verse las caras a través de los aparatos electrónicos.
De acuerdo a alguno investigadores del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento, de la Universidad de Oklahoma, esta pandemia, genera implicaciones alarmantes para la salud individual y colectiva. Hace mucho énfasis, en el funcionamiento emocional y social. Por ello, verían con agrado, que los proveedores de servicio de salud, además de brindar atención médica, incluyan el monitoreo de las necesidades psicosociales. Ello permitiría, brindar un adecuado apoyo psicosocial a los pacientes y familiares, incluyendo el personal de servicios de salud. Esta perspectiva, luce muy loable y razonable. Incluso sugieren, que este servicio debía estar integrado, a la atención que se brinda de forma general a la pandemia.
Muchos de los que se comunicaron conmigo, me expresaban que la mayoría de las veces, trataban de estar lo más aislados posibles en sus habitaciones y preferían “descansar”. Así, de acuerdo a la observación de los expertos es importante, la socialización con la familia en el hogar. Algunos me mencionaron, ciertas actividades que realizan como juegos de mesa, volver a contemplar fotografías de paseos familiares o simplemente contar anécdotas, producen efectos maravillosos. Según los expertos, compartir, fortalece los vínculos familiares y fomenta la empatía entre los integrantes del núcleo familiar.
“El COVID-19 no solo ataca la salud física, sino que está incrementando el padecimiento psicológico. A menos que actuemos ahora para abordar las necesidades de salud mental asociadas con la pandemia, habrá enormes consecuencias a largo plazo para las familias, las comunidades y las sociedades”
Antonio Guterres
Secretario General de la ONU
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Referencias:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7337855/
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https://www.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/daily-life-coping/managing-stress-anxiety.html
https://www.who.int/news-room/feature-stories/detail/facing-mental-health-fallout-from-the-coronavirus-pandemic