En el proceso de deglución intervienen infinidad de nervios y músculos, por lo que es mucho más complicado de lo que imaginamos. Las causas que pueden generar Trastorno de la deglución, en primer lugar, trastornos cerebrales o neurológicos. Estos daños son provocados por:
- Esclerosis múltiple.
- El mal de Parkinson.
- Accidentes cererebrovasculares.
- Lesiones en la médula espinal.
- Esclerosis lateral amiotrófica,
- Miastenia grave.
También el estrés puede generar una presión en la garganta que se conoce como globo histérico.
Los síntomas más comunes para saber que estamos teniendo problemas para deglutir son los siguientes:
- Dolor en el pecho.
- Sensación de comida atorada en la garganta.
- Pesadez o presión en el cuello.
El tratamiento que se sigue si se detecta que sufrimos dificultad con la deglución dependerá de las causas que lo provoquen. Hay tres métodos diferentes para solucionar el problema dependiendo de la gravedad:
- Soluciones sencillas que podemos realizar en casa: mejorar nuestra técnica a la hora de masticar o tragar, o un cambio hacia una dieta líquida.
- Receta de medicamentos: pueden ser fármacos que traten trastornos de ansiedad, que relajen los músculos del esófago u otros que combatan la acidez gástrica.
- Tratamientos quirúrgicos: se pueden realizar procesos de radiación si la causa de las dificultades es el cáncer, o la endoscopia de vías digestivas altas para ensanchar el esófago.
En cualquier caso, es necesario acudir al médico desde que comencemos a sufrir alguno de los síntomas, no solo por las molestias que podamos padecer, sino porque en el peor de los casos podremos sufrir procesos de asfixia o ahogamiento.
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Fuente: MedlinePlus