Las enfermedades emergentes abarcan aquellos problemas de salud que se identifican dentro de la historia actual, que son conocidas previamente, controladas y que por diversos factores han vuelto a emerger, siendo una amenaza para la salud pública.
Cuales son los factores coadyuvantes
Ambientales
Cambios climáticos
Demográficos
Factores derivados del desarrollo y la utilización de la tierra
Comercio internacional
Cambios tecnológicos
Tipos de enfermedades emergentes
Dengue
Etiología
El virus del dengue pertenece a la familia Flaviviridae. Existen cuatro serotipos: 1, 2, 3 y 4. La inmunidad es serotipo-específica por lo que la infección con un serotipo determinado confiere inmunidad permanente sólo contra el mismo virus. Los serotipos 2 y 3 han sido asociados a mayor cantidad de casos graves y muerte dentro de las enfermedades emergentes.
Epidemiología
El área endémica comprende el sudeste asiático, América central, Sudamérica, Australia,
Oceanía y este de Europa. En Argentina la zona más afectada es el noreste y noroeste del país. En el año 2009 se produjo un brote de dengue autóctono extendiéndose a las provincias del norte y centro del país.
Contagio
Se transmite a través de la picadura del mosquito Aedes aegyptii. Este vector adquiere la infección al picar previamente a una persona infectada en período de viremia. El mosquito vive en agua estancada y tiene hábitos domiciliarios, por lo que la transmisión es principalmente doméstica.
Síntomas
La infección por dengue puede ser clínicamente inaparente o causar una enfermedades emergentes de variada intensidad. Luego de un período de incubación de 5-7 días aparece fiebre asociada a intenso malestar general, cefalea retroocular, mialgias, artralgias, vómitos, exantema no patognomónico y pequeños sangrados en mucosas. Algunos casos pueden evolucionar a dengue hemorrágico provocando shock por difusión de líquidos al espacio extravascular, hipotensión y san sangrados difusos. El cuadro se acompaña de hemoconcentración (aumento del hematocrito) y trombocitopenia (< 100.000 plaquetas/ mm3). Los signos de alarma para el desarrollo de dengue grave son dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, cambio abrupto de fiebre a hipotermia, sangrado de mucosas, somnolencia o irritabilidad,derrame seroso (pericardio, pleura o peritoneo), hepatomegalia y alteraciones en el hemograma. Se deberá controlar en forma estricta al paciente en las 48 horas posteriores al cese de la fiebre debido a que es la etapa de mayor riesgo de aparición de las complicaciones. Los casos de dengue grave son más frecuentes en personas que ya padecieron dengue por un serotipo (infección primaria) y se infectan nuevamente (infección secundaria) con un serotipo diferente. Finalmente, existen otras formas clínicas de dengue menos frecuentes: encefalitis, miocarditis, hepatopatía, e insuficiencia renal aguda.
Diagnóstico
Si la muestra es tomada antes de los 5 días de iniciados los síntomas puede aislarse el virus en suero y/o tejidos por PCR. Si la muestra es tomada más allá de los 5 días de iniciados los síntomas, se confirmará el diagnóstico al observar aumento de 4 veces en el titulo de anticuerpos IgG específicos (seroconversión) en muestras de suero obtenidas en fase aguda y de convalecencia (separadas por 10 a 15 días).
Tratamiento
No existe tratamiento específico para el dengue, solo medidas de sostén. En el caso de dengue clásico, el tratamiento puede ser ambulatorio, alertando al paciente sobre signos y síntomas de dengue grave. Se debe indicar reposo y reposición de líquidos y proteger al paciente de la picadura de mosquitos mientras se encuentre febril, para evitar la transmisión de la enfermedad.
La aspirina está contraindicada.
En el caso de dengue hemorrágico o shock, el paciente requerirá internación con el fin de reponer líquidos y electrolitos, administrar oxígeno, transfundir sangre o plaquetas. Considerar la derivación a un centro de mayor complejidad de ser necesario.
Prevención
Eliminación del vector y su reservorio, fumigación con insecticidas y vaciamiento de recipientes con agua estancada. Se encuentra en desarrollo una vacuna a virus vivos atenuados.
Fiebre amarilla
Esta es otra de las enfermedades emergentes que es producida por un arbovirus perteneciente a la familia Flaviviridae. Es una infección endémica y esporádica de Sudamérica y África
Contagio
El virus es trasmitido por el mosquito Aedes aegyptii, de hábitos domésticos. El hombre actúa como reservorio, al picarlo el mosquito se infecta y transmite la infección a otra persona. La infección no se transmite de persona a persona. La sangre de los enfermos es infectante para los mosquitos desde 24-48 horas antes de aparecer la fiebre y durante los primeros 3-5 días del cuadro. La enfermedad confiere inmunidad por largo tiempo y no se conocen segundos ataques.
Clínica
Las manifestaciones clínicas de la fiebre amarilla como enfermedades emergentes son muy variables, desde formas asintomáticas, pasando por formas leves con sintomatología inespecífica, hasta la fiebre hemorrágica clásica. Se distinguen tres estadios.
El período de infección comienza 3-6 días después de la picadura del mosquito y dura 3-6 días. El paciente presenta fiebre mayor de 39 grados, escalofríos, cefalea, náuseas, mareos, malestar general y dolor muscular, congestión facial y bradicardia. En el laboratorio se observará leucopenia con neutropenia relativa, aumento de transaminasas y albuminuria.
El segundo período es el de remisión, en el que los síntomas ceden y el estado general del paciente mejora.
Aproximadamente en 15-25% de los casos los síntomas reaparecen en forma más grave y comienza el tercer período o período de intoxicación. En éste se presenta ictericia, dolor epigástrico, manifestaciones hemorrágicas (epistaxis, hemorragia gingival, hematemesis y melena), alteraciones hepáticas e incluso falla renal, que se manifiesta como oliguria o anuria.
En los casos que llegan a este período la letalidad es del 50%.
Tratamiento
No existe tratamiento específico. En los casos leves sólo se realizará tratamiento sintomático, evitando los salicilatos para prevenir hemorragias. Aquellos pacientes con síntomas graves (leucopenia, plaquetopenia, oliguria, hemorragias) deben ser hospitalizados para realizar terapia de apoyo. Se debe evitar el contacto con mosquitos por medio de mosquiteros, por lo menos durante 5 días desde el comienzo de la enfermedad.
Prevención
Todo síndrome febril o enfermedades emergentes que se sospeche que puede ser debido a fiebre amarilla debe ser notificado, iniciando la búsqueda y vigilancia de contactos.
Se encuentra disponible una vacuna a virus vivos atenuados de la cepa 17D. Se administra una única dosis a partir de los 9 meses de edad. Está indicada la revacunación cada 10 años en caso de viajes a zonas endémicas. Es obligatorio aplicar la vacuna a toda persona a partir del año de edad que habite en área de alto riesgo para fiebre amarilla, provincias limítrofes con Brasil y Bolivia. También es obligatorio aplicar la vacuna a viajeros que ingresan o salen de áreas endémicas. Además, se deberá promover la tarea de eliminar potenciales sitios de reproducción del mosquito, mediante la destrucción o inversión de recipientes con agua o la aplicación de larvicidas.
Gripe a h1n1
El virus Influenza pertenece a la familia Orthomyxoviridae. Existen tres serotipos:
A, B y C. Los virus influenza A se clasifican de acuerdo a la hemaglutinina y la neuraminidasa que se proyectan en la superficie del virión.
Epidemiología
En el siglo XX se produjeron tres pandemias: la “gripe española” (H1N1), la “gripe asiática” (H2N2) y la gripe de Hong-Kong (H3N2). La primera pandemia de influenza del siglo XXI ocurrió en el año 2009, declarada por la OMS como nivel 6 de pandemia, teniendo como agente etiológico al virus H1N1.
Contagio
Este virus se transmite de manera semejante a otros virus influenza, de persona a persona por grandes gotas, por contacto directo y por microgotas (aerosolización).
Clínica
El período de incubación dura de 1 a 4 días y el periodo de contagiosidad desde un día antes hasta 7 días después del inicio de los síntomas. El espectro clínico va desde enfermedad leve autolimitada hasta neumonía severa con insuficiencia respiratoria y muerte. La mayoría de los casos consisten en enfermedad tipo influenza con fiebre, tos, rinorrea, cefalea, mialgias y malestar con recuperación espontánea. El desarrollo de enfermedad grave puede suceder en pacientes con factores de riesgo pero también en adultos jóvenes sanos.
Los datos de laboratorio muestran leucocitosis o leucopenia, elevación de transaminasas y LDH y, en algunos casos, aumento de la CPK. En la mitad de los casos puede observarse algún grado de insuficiencia renal, incluyendo entre las causas rabdomiolisis, hipotensión, deshidratación o hipoxemia.
Diagnóstico
Se considera caso sospechoso de enfermedades emergentes a toda persona que presente enfermedad respiratoria aguda febril (>38° C) en un espectro que va de enfermedad tipo influenza a neumonía. Se confirma la presencia del virus mediante
PCR, IFI o cultivo viral de muestras respiratorias recolectadas a través de hisopado nasofaríngeo o aspirado traqueal y lavado broncoalveolar en pacientes internados en cuidados intensivos.
Tratamiento
Se recomienda el tratamiento con oseltamivir durante 5 días, comenzando preferentemente dentro de las 48 horas de iniciados los síntomas. El tratamiento está indicado en todo paciente internado por infección respiratoria aguda grave, independientemente del tiempo de evolución de los síntomas. También se indicará en pacientes ambulatorios mayores de 15 años con enfermedad tipo influenza y menores de 15 años sospechosos con factores de riesgo para Influenza
AH1N1 (neumonía y bronquiolitis que presente en las primeras 48 horas de evolución fiebre persistente mayor de 38° C). Los contactos de caso sospechoso que tengan factores de riesgo deberán recibir quimioprofilaxis con oseltamivir, aunque no se recomienda en menores de 3 meses. Se define como contacto a la persona que haya convivido o estado en contacto cercano (menos de 1 metro) en un mismo ambiente, con alta probabilidad de contacto con secreciones o fluidos corporales de un caso sospechoso de virus de Influenza A.
No se administrará ningún medicamento que contenga salicilatos (aspirina, subsalicilato de bismuto) por riesgo de síndrome de Reye; se recomienda el uso de paracetamol.
La medicación antiviral no contraindica la lactancia.
Prevención
La medida fundamental de prevención de las enfermedades emergentes es el lavado de manos. Se recomienda el uso de barbijo quirúrgico sólo en contacto con pacientes con cuadros respiratorios y barbijo
N95 en el caso de riesgo de exposición a secreciones respiratorias.
Se recomienda la vacunación contra Influenza A H1N1 a embarazadas y puérperas, a quienes conviven con niños menores de 6 meses de edad, personal de salud, todos los niños de 6 meses a 5 años, los mayores de 64 años y las personas entre 5 y 64 con factores de riesgos en cuanto a las enfermedades emergentes .
Otras enfermedades emergentes
Malaria
Cólera
Hantavirus
Síndrome urémico hemolítico
Mal de chagas
Tuberculosis
VIH/SIDA
Leptospirosis
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