Alimentación para acelerar el metabolismo
Come con la cabeza, practicando la alimentación consciente.
No sigas nunca una dieta de menos de 1.200 kcal diarias.
Evita la sensación de hambre anticipándote a ella: sigue un horario de comidas regular, comiendo cada 3 o 4 horas, en lugar de hacer abundantes comilonas espaciadas en el tiempo.
Toma un vaso de agua tibia con zumo limón en ayunas.
Dedica una parte de tu tiempo a preparar un buen desayuno, que incluya alimentos proteicos.
Entre horas consume alimentos ricos en proteínas y fibra, como por ejemplo un yogur desnatado sin azúcar y una pieza de fruta.
Cena temprano (3 horas antes de acostarte) y en la segunda cena toma un vaso de leche desnatada o un yogur desnatado sin azúcar.
Consume alimentos ricos en inulina (fibra de origen vegetal que reduce la sensación de apetito): alcachofas, espárragos, ajo, cebolla, puerro.
Da prioridad a los alimentos integrales en lugar de refinados y azúcares para evitar los picos de azúcar en sangre, que te abren el apetito.
Aumenta ligeramente el consumo de alimentos ricos en proteínas de origen animal: carne magra, pescado, clara de huevo y lácteos desnatados.
Incluye en tu alimentación algas y marisco, ricos en yodo, para estimular ligeramente tu actividad tiroidea.
Controla el consumo de alimentos grasos, ya que durante su digestión se gastan pocas calorías.
Sigue una dieta depurativa durante unos días para limpiar tu hígado.
Utiliza condimentos picantes (pimienta molida, cayena, nuez moscada, jengibre…) y canela en tus comidas.
Bebe suficiente agua, ya que un cuerpo deshidratado reduce el metabolismo.
Toma café para desayunar o infusiones de té verde a lo largo del día.
Toma suplementos de vitaminas del grupo B, cromo y zinc. Actividad física para acelerar el metabolismo
Aumenta tu nivel de actividad física diaria
Al levantarte, realiza 5 minutos de ejercicio físico intenso como correr, saltar o hacer steps.
Realiza entre 40 y 50 minutos de ejercicios cardiovasculares, pero en sesiones de 10-15 minutos descansando entre medio.
Haz ejercicios de musculación, ya que cuanta más masa muscular tengas, más alto será tu metabolismo.
Incluye un ejercicio de alta intensidad al finalizar, para que tu organismo continúe quemando calorías un buen rato después de haber acabado.
Cuanto más ejercicio haces, menos calorías gastas (es lo que se conoce como eficacia deportiva). Para evitarlo, modifica tus entrenamientos diariamente, incluyendo cambios de ritmo, velocidad, peso, etc.
Buenos hábitos para acelerar el metabolismo
Duerme suficientes horas y descansa, ya que si no tendrás más hambre y tu metabolismo se volverá más lento.
Ríe todo lo que puedas, ya que la risa quema calorías y un estado de ánimo positivo te ayuda a no cometer excesos.
Evita el estrés practicando ejercicios de relajación.
No abuses de la calefacción, ya que con el frío tu cuerpo tiene que activar el metabolismo para mantener la temperatura corporal.
En resumen
No ingieras exactamente las mismas calorías diarias ni realices el mismo nivel de actividad física, así tu organismo no se acostumbrará y tu metabolismo no se estancará. Puedes relajarte comiendo un día por semana (sin pasarte) y luego compensarlo con un par de días menos calóricos. En el gimnasio, alterna días de musculación con días de ejercicios más cardiovasculares.