(Imagen: Wikipedia)
Limpiarse sí, pero ¿de cualquier forma?, por supuesto que no.
Uno de los métodos más conocidos, los bastoncillos, más que limpiar lo que consiguen es trasladar la cera a un nivel profundo del oído, dificultando su extracción y provocando grandes molestias.
El oído es un órgano tremendamente sensible y debemos evitar introducir cualquier elemento en él, por muy popular que sea el procedimiento.
Así que yo os recomiendo, durante la ducha y con la ayuda de un dedito, limpiar la parte superficial, la oreja: la fosa escafoidea, el antehélix, la concha y el orificio auditivo externo. Y recordad, siempre con mucho cuidado.
Ahora bien, si queremos suprimir la cera del oído, entonces podemos recurrir al truco que nos recomiendan en el vídeo.
Algo tan sencillo como el agua oxigenada disolverá la cera y facilitará su eliminación de manera súper efectiva.
Para aprender todo sobre este consejo y cómo aplicarlo no os perdáis el vídeo que os adjunto a continuación:
Porque cuidarse es, hoy más que nunca, facilisimo.com.
(Fuente: imágenes google)