¿Cómo prevenir el cáncer de colon?
Prácticamente todas las enfermedades se previenen con dos pilares que deben ser fundamentales en nuestra vida, una dieta sana y una actividad diaria alejada del sedentarismo. En lo referente a la alimentación, es la abundancia de carnes rojas y la ausencia de fibra en nuestras comidas lo que puede aumentar nuestro riesgo de padecer este tipo de cáncer.
Otros factores que aumentan el riesgo son la edad, el tabaco, el alcohol o nuestro historial familiar. Por lo tanto, llevar una vida sana y hacernos revisiones periódicas (a partir de los 40 años o si nuestro historial genético es de riesgo) son las dos mejores maneras de prevenir el cáncer de colon.
¿Cuáles son los síntomas?
Los siguientes síntomas no son exclusivos de esta enfermedad, por lo tanto, si sufrimos alguno de ellos no debemos alarmarnos, solo acudir a nuestro médico y que él diagnostique cuál es la causa de los mismos.
- Sangre en las heces.
- Cambio en el ritmo de las deposiciones.
- Heces más estrechas.
- Sensación de evacuación incompleta.
- Dolor abdominal.
- Cansancio y pérdida de peso sin motivo aparente.
Si al acudir a nuestro médico, este determina que padecemos un cáncer de colon elegirá el tratamiento a seguir dependiendo de la zona en la que está el tumor, de la fase en la que se encuentra y de otros factores que también se deben tener en cuenta.
De esta forma, el tratamiento elegido será basado en la cirugía, en la quimioterapia o en ambos al mismo tiempo. Siempre dependerá del estadio en el que se encuentre la enfermedad. Cuanto más avanzado más protagonismo tendrá la quimioterapia en el proceso de curación.
Tras la aplicación de los tratamientos, el 54% de los pacientes sobreviven más de cinco años, aunque también depende mucho del estadio en el que se encuentra el tumor.
Estadio A: sobreviven entre el 90% y el 92% más de cinco años.
Estadio B: entre el 50% y el 75%.
Estadio C: entre el 25% y el 55%.
Estadio D: menos del 8%.
Estos datos demuestran la importancia de realizarnos revisiones periódicas para que el final de nuestro tratamiento no sea trágico.
Dichas revisiones también deben continuar tras el tratamiento, aunque las probabilidades de que el cáncer reaparezca habrán disminuido de forma ostensible, pero nunca se puede garantizar al 100%. Además, nuestro médico debe valorar las consecuencias de los efectos secundarios que podemos sufrir debido a la cirugía o la quimioterapia.
Para más información síguenos en Facebook.
Fuente: Asociación Española Contra el Cáncer