Beber alcohol en una reunión o acto social es algo común, el problema viene cuando se convierte en abusivo y repetitivo. Esta adicción es la culpable de más de la mitad de los accidentes de tráfico. El alcohol es una droga igual o más peligrosa que las demás y produce consecuencias graves, incluso la muerte.
?En qué consiste?
Es una afección crónica y progresiva.
En el cerebro, el alcohol interactúa con centros responsables del placer y de otras sensaciones deseables, lo que provoca que, después de la exposición prolongada al alcohol, el cerebro se adapte a los cambios producidos por éste y se vuelva dependiente de ellos.
El beber se convierte en algo imprescindible para desarrollar las actividades cotidianas.
Puede provocar pancreatitis y cirrosis hepática pero además es la causa de otras dolencias que degradan el organismo del afectado y reducen su esperanza y calidad de vida.
Síntomas
Pérdida de control con incapacidad de interrumpir o reducir el consumo de alcohol, sufrir episodios de pérdida de memoria o mostrar actitudes violentas asociadas a su consumo
Las personas con dependencia siempre tienen un motivo para ingerir alcohol. Por ejemplo, beben solas en casa o se esconden.
Deterioro en las relaciones sociales y familiares.
El bebedor habitual tiene síntomas físicos como náuseas, vómitos, sudores, dolor abdominal y calambres.
Aparecen manchas o rojeces, sobre todo en la cara.
Padecen confusión, temblores, cansancio inexplicable, incapacidad inusual para conciliar el sueño y pérdida de apetito, incluso intolerancia a toda la comida.
En los casos más graves pueden aparecer alucinaciones, taquicardias, convulsiones y desvanecimiento. Es aconsejable acudir al hospital si se producen hemorragias o pérdida de conciencia.
Tratamiento
Lo más importante es que el enfermo admita que tiene un problema y que debe solucionarlo. La ayuda de los allegados es fundamental para apoyarle con paciencia y comprensión.
Debido al síndrome de abstinencia que produce el alcohol es necesario un tratamiento paulatino y con ayuda de un especialista.
Se recomiendan programas de rehabilitación de carácter psicológico. Se suelen realizar reuniones en grupo para conocer la enfermedad.
También se pueden utilizar las terapias de aversión, que provocan repugnancia a la hora de ingerir alcohol debido a pequeñas dosis de compuestos químicos.
Para más información consulta nuestro reportaje sobre alcoholismo.