La leyenda de Mahaduta
Capítulo 11
Pagó su deuda kármica pacíficamente obtuvo la felicidad verdadera.
Después del robo, Panduya no era un hombre rico. Había perdido la mayoría de su capital, y sin capital un joyero puede hacer poco. Pero él no culpó a nadie por su pérdida, sino a sí mismo.
?Cuando era joven me porté mal con otras personas ?dijo a su familia?. Lo que me ha ocurrido ahora es simplemente el pago por mi dureza y arrogancia.
Arrepentirse y cultivar según las enseñanzas de Buda le llegó ahora de un modo natural, y adoptó la costumbre de recitar el nombre de Buda siempre que su mente no estaba ocupada en negocios o hablando.
Gradualmente se dio cuenta que en el fondo de su corazón ahora era más feliz que cuando era rico. Lo único que resentía era que ya no podía hacer ofrendas al monasterio para apoyar el Dharma o ayudar a la gente pobre de la ciudad, algo que antes nunca había pensado mucho en hacer.
Capítulo 12
Los ladrones se rebelan y golpean a su jefe llevándolo al borde de la muerte.
Varios años pasaron. Un día, Panthaka, abad del monasterio en Kaushambi, fue atacado por la banda de Mahadutamientras caminaba solo en un peregrinaje a través de las montañas. Panthakano llevaba dinero y Mahadutale dio un par de golpes y lo dejó seguir. Panthakano caminó más ese día.
A la mañana siguiente, al poco de empezar a caminar, oyó gritos de lucha junto a la carretera. Un hombre chillaba de dolor. Panthakase apresuró con la esperanza de disuadir a los bandidos para que dejasen de golpear al viajero. Pero en lugar de un inocente viajero, era el propio Mahadutaquien era atacado. Estaba rodeado por una docena de sus propios hombres como un león acorralado por perros de caza. Con su palo golpeó a varios de los ladrones pero al final sucumbió. Fue golpeado con su propio palo hasta que se quedó inmóvil en el suelo.
Panthakase quedó escondido hasta que los bandidos se fueron. Entonces se acercó a Mahadutay vio que le quedaba poca vida. Panthakabajó a un riachuelo que discurría entre las rocas no lejos de allí. Llenó su cuenco con agua fresca y lo llevó al hombre moribundo.
Mahadutabebió y abrió sus ojos lentamente. Chilló de dolor:
?¿Dónde están esos bandidos a los que yo he llevado a la victoria tantas veces? Habrían sido ahorcados hace tiempo si no hubiese sido por mí.
Capitulo 13
El Maestro del Dharma fue al rescate y aconsejó al jefe de los bandidos que se arrepintiese de sus ofensas.
?Cálmate ?dijo Panthaka?. No pienses en tus camaradas ni en las fechorías que habéis hecho juntos, piensa en tu destino. Ahora bebe un poco de agua, y déjame que te vende las heridas. Tal vez tu vida se pueda salvar.
Mahadutamiró atentamente a Panthakapor primera vez.
?¡Tu eres el monje a quien yo apaleé ayer mismo! Y ahora vienes a salvarme la vida. Haces que me avergüence.
Bebió un poco más de agua y miró alrededor suyo.
?Y los otros han escapado. ¡Perros desagradecidos! Yo fui quien les enseñé a pelear y ahora se vuelven contra mí.
?Tú les enseñaste a pelear ?dijo Panthaka, ?y te pagan peleando. Si les hubieses enseñado amabilidad, te hubiesen pagado con amabilidad. Has recibido la cosecha que tú sembraste.
?Lo que dices es verdad. Muchas veces temí que se volverían contra mí... ¡Ay! ¡Ay! ?se quejó cuando Panthakaintentó levantarlo por el hombro.
?No creo que puedas salvar mi vida, pero dime, si puedes, cómo me puedo salvar del sufrimiento de los infiernos, que me merezco como pago por una vida llena de maldad. Últimamente he sentido como si mi final estuviese cerca, y la angustia de lo que viene después me pesaba como si llevase una gran piedra oprimiéndome el pecho; a veces casi no podía ni respirar.
?Arrepiéntete sinceramente de tus ofensas y refórmate ?Panthakale dijo?. Arranca de raíz la codicia y el odio de tu corazón y, en su lugar, llénalo de pensamientos de amor hacia todos los seres vivos.
?Pero yo desconozco esos buenos sentimientos ?dijo Mahaduta?. Mi vida ha sido una historia llena de maldades, sin nada bueno. ¡Voy a ir directo a los infiernos sin tener la oportunidad de ir por el Camino noble que tú has caminado, Maestro del Dharma!
Capítulo 14
Un pensamiento egoísta rompió el hilo de la araña.
?No desesperes ?contestó Panthaka?. Y no infravalores el poder del arrepentimiento y la reforma. Recuerda que un único pensamiento sincero de arrepentimiento puede borrar diez mil eones llenos de maldades.
Por ejemplo, ¿has oído hablar del gran ladrón Kandata, que murió sin arrepentirse y cayó a los Infiernos Ininterrumpidos? Después de haber sufrido allí durante varios eones, el Buda Sakyamuniapareció en el mundo y obtuvo la iluminación bajo el árbol de Bodhi. Los rayos de luz que en ese momento salieron de entre sus cejas penetraron en los infiernos e inspiraron a los seres que allí sufrían a tener esperanza y a buscar una nueva vida. Mirando hacia arriba, Kandatavio al Buda meditando bajo el árbol de Bodhiy exclamó:
?¡Sálvame, sálvame, Tú, Honrado por el Mundo! Yo estoy sufriendo aquí por todas las maldades que he cometido, ¡y no puedo salir! ¡Ayúdame a andar el Camino que tú has caminado, Honrado por el Mundo!
Buda miró hacia abajo y vio a Kandata.
?Te guiaré en tu liberación ?dijo al ladrón?, pero debe ser mediante el uso de tu propio buen karma. ¿Qué cosas buenas hiciste, Kandata, cuando estabas en el mundo de los hombres?
Kandatapermaneció en silencio, pues había sido un hombre muy cruel.
Pero el Honrado por el Mundo, con su ojo de Buda, miró en el pasado de Kandatay vio que una vez, cuando iba caminando por un sendero en el bosque, evitó pisar una araña y pensó:
?La araña no ha herido a nadie, ¿por qué habría de aplastarla?? Al ver esto, el Buda envió una araña para que tejiese un hilo muy fino que bajase a los Infiernos Ininterrumpidos.
?Sujétate al hilo ?dijo la araña?. ¡Y date prisa en subir!
Kandatase apresuró a coger el hilo y empezó a subir. El hilo aguantaba bien. Subía rápido, cada vez más alto.
De repente notó que el hilo temblaba, como si un nuevo peso hubiese sido añadido. Kandatamiró hacia abajo y vio que otros seres de los infiernos habían empezado a trepar también por el hilo.
El hilo se estiraba cada vez más, pero sin romperse. Más y más seres del infierno se aferraban al hilo. Kandataya no miraba a Buda, en su lugar, lleno de miedo, miraba a los otros seres del infierno que subían por debajo de él. Paró de subir. ?¿Cómo puede este hilo soportar el peso de todos??, pensó.
?¡El hilo es mío! ?gritó hacia abajo?. ¡Soltadlo! ¡Soltadlo! ¡Es mío!
Inmediatamente el hilo se rompió y Kandatay el resto cayeron otra vez a los infiernos.
Capítulo 15
Tras arrepentirse sinceramente, Mahadutamurió en paz.
?El arrepentimiento de Kandatano fue sincero ?dijo Panthakaa Mahaduta?. No se reformó. El hilo de araña hubiese aguantado, porque un pensamiento generoso tiene la fuerza suficiente para salvar la vida a miles. Pero Kandatarompió el hilo. Él todavía se aferraba a la ilusión de su ego, y sus malos hábitos eran muy fuertes. No estaba dispuesto a ayudar a nadie más. Incluso el Honrado por el Mundo no lo pudo salvar.
?Déjame pensar a ver si puedo encontrar un hilo que me ayude a mí ?dijo Mahadutallorando?. Si hay algo bueno que pueda hacer, no me lo guardaré para mí.
Los dos hombres permanecieron en silencio durante un rato. Mientras, Panthakalavó las heridas de Mahaduta. El jefe de los ladrones respiraba ahora más tranquilo. Al final dijo:
?Hay una cosa buena que hice una vez, si se puede llamar bueno a parar de hacer algo malo.
?Sí que se puede ?dijo Panthaka.
?Sí, hay una cosa buena que todavía puedo hacer. ¿Conoces por casualidad a Pandú, el rico joyero de Kaushambi?
?Soy de Kaushambiy lo conozco bien ?dijo Panthaka?. Aunque él ya no es rico.
?¿No? Siento oír eso. ¡Qué raro! Debería estar contento, pues él fue quien me enseñó a ser rudo y a maltratar a la gente. Cuando era un esclavo joven, él me envió a aprender a pelear con un luchador, para así poder ser su guardaespaldas. Siempre que abusaba de alguien, él me recompensaba. Su corazón era duro como una roca. Una vez hizo que me apalearan, y fue entonces cuando escapé a las montañas.
Pero me han dicho que ha cambiado, y que ahora se le conoce en todos los sitios por su amabilidad y benevolencia. Es algo difícil de imaginar. ¿Es eso cierto Maestro de Dharma?.
?Sí, es cierto ?dijo Panthaka?. El poder del arrepentimiento sincero es realmente inconcebible, y nunca deja de sorprenderme.
?Muchas veces planeé vengarme de ese hombre ?Mahadutacontinuó?. Lo iba a torturar del mismo modo que él me torturó a mí.
Cuando finalmente cayó en mis manos, al ver su cara, yaciendo indefenso en la carretera, apretando sus joyas contra su pecho, resignado a morir, no lo pude hacer, Maestro de Dharma. Sentí como si fuese a torturar a mi propio hermano.
?Todos los hombres son hermanos ?dijo Panthaka?. Cada hombre ha sido tu padre en una vida pasada y cada mujer tu madre. Y con este hombre, tu tienes afinidades especialmente fuertes, para bien y para mal.
Mahadutaasintió:
?Debe ser así. Ese día lo despojé de sus joyas y su oro pero dejé que él y sus hombres se fueran.
El oro se lo di a mis secuaces para que no protestasen por dejarlos escapar vivos. Pero sus joyas todavía las tengo escondidas en una grieta en mi cueva. Por alguna razón no he podido deshacerme de ellas.
No era sólo cuestión de que una corona como esa es difícil de vender. Sentí que tenía que guardarla para algo. No sabía para qué. Ahora me alegro de haberlo hecho. Mahadutaparó un momento y se giró hacia Panthaka:
?Concédame un último favor, Maestro del Dharma.
Mi cueva está tras un cedro muy alto que hay junto al riachuelo media milla por encima de nosotros.
Podrá ver la parte más alta del cedro desde el camino. La corona de Pandúy sus joyas están en una ranura vertical justo a la izquierda de la entrada. En la ranura, vaya recto y después hacia arriba y a la derecha. ¿Puede recordarlo?
?Sí ?contestó Panthaka.
Mahaduta continuó:
?Pero no vaya solo. Dígale a Pandúque reclute treinta hombres armados. Mis hombres son pocos y sin mí carecen de coraje. Pandúpodría vencerlos fácilmente. Dígale a Pandúque lo siento, y que deseo que recupere todas sus riquezas de nuevo. Deseo para todos los hombres riqueza y felicidad, toda la riqueza y felicidad que les he robado. Si vivo, o en mi próxima vida, hago el voto de ser como Usted, Venerable Maestro del Dharma, y servir de ayuda a los hombres atrapados en la red de sufrimiento que ellos mismos han creado con sus estúpidas acciones.
Exhausto, Mahadutase reclinó. Ya no sentía ningún dolor en sus heridas, pero su vida se extinguía. De repente, una gran sonrisa apareció en su cara. Levantó su mano apuntando hacia arriba y exclamó:
?¡Mire! El Buda está allí en su asiento, a punto de entrar en el Nirvana. Sus discípulos, los grandes Arhates, están junto a Él ¡Mire! ¡Me está sonriendo!
La cara de Mahadutabrillaba de felicidad.
?¡Qué bendición más maravillosa que Él viniese al mundo!
?Sí, fue una bendición?dijo Panthaka?. Apareció en el mundo debido a su compasión hacia todos los seres vivos, para instruirnos en lo más importante: el problema de la vida y la muerte. Nos enseñó a despertar al sufrimiento de este mundo, y nos enseñó que el deseo egoísta es la fuente de todas las penalidades.
Nos enseñó el Camino Correcto para poner fin a nuestro sufrimiento. Nos enseñó moralidad, concentración y sabiduría para eliminar nuestra codicia, enfado e ignorancia. Él mismo, a través de muchas vidas de cultivación y renunciación, puso fin a sus propios deseos, y con amabilidad, compasión, alegría y generosidad se ofreció a nosotros como ejemplo. Si todos los hombres y mujeres pudiesen tomar refugio con Él, este mundo no sería el sitio pobre y peligroso que es ahora.
Mahadutaasintió. Bebió de las palabras del monje como un hombre sediento a quien se le ofrece agua fresca. Intentó hablar pero no podía continuar. Panthakacomprendió lo que quería y le administró los Tres Refugios, para que él también pudiese ser un discípulo de la Triple Joya. Panthakale repitió los Cuatro Grandes Votos del Bodisattva:
Los seres vivos son innumerables; yo hago el voto de salvarlos a todos.
Las aflicciones son inacabables; yo hago el voto de extinguirlas todas.
Las Puertas al Dharma son incontables; yo hago el voto de penetrarlas todas.
El Camino a Buda es insuperable; yo hago el voto de completarlo.
También repitió tres veces el verso de arrepentimiento del Bodisattva:
De todas las maldades que he cometido en el pasado,
Causadas por codicia, odio y estupidez sin límites,
Y producidas con el cuerpo, la boca y la mente,
Yo ahora me arrepiento y reformo.
Y el siguiente verso:
Las ofensas surgidas de la mente serán arrepentidas en la mente.
Cuando la mente se extingue, las ofensas se desvanecen.
Con la mente desvanecida y las ofensas extinguidas, ambas vacías.
A esto se le llama el verdadero arrepentimiento y reforma.
Cuando Panthakaestaba recitando, Mahadutaexalópor última vez.
Murió con una sonrisa en su rostro.
Fuente: este post proviene de Blog de CarlosSantana, donde puedes consultar el contenido original.
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