Según un dicho popular, hay dos maneras de comenzar el día: con el pie izquierdo o con el pie derecho.
No hace mucho, encontré a un viejo amigo a quien no veía hacía bastante tiempo. Estaba con la cara tan
amargada que casi no me vio.
? ¿Qué te sucede? ?le pregunté, después de saludarlo cordialmente.
? Sabes cómo es, hoy me levanté con el pie izquierdo.
Como ese amigo, usted también debe haberse levantado, muchas veces, sin darse cuenta, con el pie
izquierdo. Graciosamente, oyendo esto, se puede llegar a la conclusión de que existe una programación
diaria para cada individuo, trazada por alguna entidad del Más Allá.
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