Pero, ¿En qué consiste realmente? ¿Y qué tiene que ver con el autoengaño?
¿Qué es la teoría de la disonancia cognitiva?
La disonancia cognitiva sucede cuando a un individuo con una creencia arraigada se le presenta una prueba que contradice dicha creencia. Ante esto, dicha persona tenderá a justificar su creencia aunque existan evidencias de que el objeto de su creencia es incoherente con sus valores personales.Un ejemplo común se daría cuando se está afiliado a un partido político y su líder comete una irregularidad. Ante esto, el defensor de dicho partido tenderá a justificar a ese personaje público o a minimizar la situación.
En el ámbito doméstico, suele darse cuando nos hablan de un amigo o familiar acerca de un hecho que se opone a nuestro sistema de valores y negamos cualquier evidencia para no contradecir la creencia de la bondad de esa persona.
La teoría de la disociación cognitiva se vincula a la necesidad de autoengaño ante una tensión entre la realidad y una creencia. Está, en gran medida, vinculado al sistema de creencias morales que generan una incoherencia interna elevada.
De hecho, desde una perspectiva filosófica, la disonancia se produce principalmente por una contradicción entre el ser humano tal cual es y las expectativas de moralidad creadas externamente (a través de la religión, principalmente).
El autoengaño es, además, un medio de supervivencia psíquica en situaciones extremas, como son las guerras, las torturas o los traumas.
¿En qué situaciones el cerebro recurre al autoengaño?
Cuando se sobrevalora la capacidad de autosuperación
Instinto de supervivencia
Cuando se sobrevaloran las propias capacidades y aptitudes personales
Proyección de la culpabilidad
¿Por qué el autoengaño es tan humano?
Supongamos que eres un vendedor de libros a domicilio y realizas una venta a una persona anciana visiblemente dependiente. Tú eres consciente de que el otro no estaba en pleno uso de sus facultades o que no sabía muy bien lo que estaba firmando pero, ante un inminente sentimiento de culpa, decides justificarlo diciéndote a ti mismo que gracias a esa venta podrás alimentar a tus hijos o que, seguramente, se los podrá regalar a sus nietos.Este ejemplo de disonancia cognitiva, requiere de una de las cuatro condiciones principales para que exista: una acción con consecuencias no deseadas, sentirse responsable, incomodidad o discrepancia con los propios valores.
La respuesta a por qué nos autoengañamos deliberadamente se encuentra en la supervivencia del propio ser humano. Del mismo modo que la inmensa mayoría de las personas no pueden continuar cuerdas creyendo que son malas, tampoco pueden vivir con la culpabilidad que supone saberse responsables de una serie de actos que consideran negativos.
Lo que aún está por saber es si esta disociación es una cuestión inherente al ser humano o si se trata del producto de la escala de valores inculcada culturalmente.
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Autora: Álex Bayorti (colaboradora de nuestro blog)
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