¿Cuáles son las mejores camas para personas mayores?

A medida que envejecemos es común que aparezcan dolores y molestias que lleguen a convertirse en parte de la cotidianidad. Ya sea un dolor en la espalda, el cuello o el hombro, los dolores y molestias pueden parecer una parte normal del envejecimiento. Lo cierto es que, al igual que las necesidades de nuestro cuerpo cambian con la edad, también lo hacen las de nuestra cama. Aunque creamos que dormimos bien, puede que nos hayamos acostumbrado poco a poco a una experiencia de descanso inferior.

camas geriátricas eléctricas que se adapten a sus necesidades a largo plazo, sobre todo si piensan envejecer en su casa o pasar sus años dorados en la comodidad de su hogar.

Si tienes en casa a una persona mayor de 60 años, comprar una cama geriátrica para el hogar en Ekamia puede ser una forma muy eficaz de mejorar su movilidad e independencia. Si eres un cuidador o tienes un familiar mayor con problemas de salud o movilidad a largo plazo, puede ser una manera fantástica de mejorar significativamente la comodidad y la seguridad de tu paciente o ser querido.

camas articuladas eléctricas para el hogar pueden ajustarse. Esto alivia todo tipo de dolencias, como dolores de espalda, artritis y edemas, mejorando la calidad del sueño.

Si padece dolores y molestias es especialmente importante contar con una cama que proporcione un soporte firme, pero lo suficientemente acolchado para que su superficie de descanso sea cómoda.

Los problemas de movilidad pueden dificultar que entre y salga de la cama con seguridad. Por lo tanto, es importante tener un colchón del grosor correcto (normalmente entre 8 y 10 pulgadas) para que le resulte fácil meterse sin miedo a caerse.

Las camas geriátricas ofrecen comodidad

Con la edad, las necesidades físicas cambian. Los fabricantes diseñan las camas geriátricas no solo para que sean cómodas, sino también modulares; la elevación cerca de la cabeza, los pies y la espalda suele ser ajustable, de modo que puedan aliviar la presión sobre el cuerpo al tiempo que lo sostienen con facilidad.

Algunas, incluso, están especialmente diseñadas para que resulten cómodas a personas con enfermedades dolorosas de larga duración, como parálisis, enfermedades pulmonares crónicas y problemas respiratorios, así como lesiones graves. Además, no todas las camas geriátricas están diseñadas necesariamente para parecer camas de hospital; algunas son muy estéticas y compactas.

La cama geriátrica no solo es cómoda para dormir y tumbarse, sino que también es más fácil para que los cuidadores presten la atención médica esencial, lo que hace que los procedimientos potencialmente incómodos sean mucho menos dolorosos tanto para el paciente como para el cuidador.

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