Hace algunos años escuché una historia que hablaba de un viejo en un parque con una campana en sus manos.
Este viejo tocaba muy fuerte la campana siempre a la misma hora en el mismo lugar, y no faltaba a esa cita.
Lluvia, truenos, o relámpagos, no había poder alguno que evitara tocar su campana en el parque.
Lo hizo por días, semanas, meses, años…
Obviamente las personas del pueblo lo tomaron a loco.
Un niño, lleno de curiosidad, le preguntó al viejo por qué tocaba la campana con tal consistencia.
El viejo respondió:
“Esta campana es un ‘espanta elefantes’, si no la toco, el pueblo se va a llenar de elefantes en un instante.”
El niño, con toda la inocencia del mundo, le pregunta: ¿y funciona?
A lo que el viejo respondió:
“¿Has visto algún elefante por aquí últimamente?”
Como probablemente estás pensando, el argumento del viejo es un completo disparate.
La relación con los elefantes y él tocando una campana es nula, pero siendo que no hay elefantes en el pueblo, entonces da como verídica su idea de que la campana evita que lleguen los elefantes.
Claro, esta historia nos suena ridícula en este contexto, pero lo mismo pasa con la industria de la nutrición y el fitness, y caemos redonditos en ella.
Existen muchos argumentos que no hacen ningún sentido o que no existe relación entre un factor y otro.
Eso precisamente es de lo que vamos a hablar esta semana en el blog, y de cómo puedes evitar caer en estas trampas.
Demasiada información
Hoy en día, la cantidad de información que podemos obtener sobre cualquier tema es abrumadora.
El problema ahora es saber identificar qué información es verdadera de la que no.
Por ejemplo, los titulares de las revistas de fitness o páginas de nutrición, comparten este tipo de noticias:
los huevos son malos
si no desayunas te mueres
la leche es mala
el café te puede matar
el azúcar es tóxico
la proteína va a explotar tus riñones
la l-carnitina es lo mejor para bajar de peso
Y a la semana siguiente, es lo opuesto: los huevos son la onda, la leche es increíblemente buena, etc.
¿Cuál argumento es el correcto?
Como muchos temas en el fitness, la mejor respuesta es: DEPENDE.
Depende de tus objetivos, de tu situación actual, de tu vida social, etc.
Los “gurús” del fitness probablemente te digan que no, que no hay pretexto y que tienes que matarte todos los días en el gym y comer sólo brócoli y pollo.
Tal vez esto sea verdad si tu objetivo es llegar a competir en culturismo… pero si sólo quieres verte muy bien físicamente, sin dejar de disfrutar tu vida, entonces no necesitas privarte de tantas cosas.
Claro que sí necesitas tener evidencia de que lo que haces es efectivo y saludable.
Pero es muy diferente tener evidencia de fuentes que realmente respetes y confíes, a creer absolutamente todo lo que ves en internet.
Para esto, vamos a analizar lo que pasa con muchos argumentos que se encuentran en internet sobre nutrición y entrenamiento… y estoy hablando específicamente de la causalidad vs correlación.
Causalidad vs correlación
Mira estas dos gráficas:
Gráfica 1completamente gratis dando clic aquí.
La prensa busca la “noticia”
Los titulares amarillistas populares que encuentras en internet o en revistas, no se toman la molestia de investigar más a fondo.
En lo que sí se toman la molestia, es en investigar que tan viral o qué tanto va a hablar la gente sobre lo que publican.
Se enfocan en crear controversia.
Así no te vas a librar de ellos y escucharás su información todo el día y en cada plática familiar que tengas.
Por ejemplo, han habido noticias sobre las “correlaciones” entre:
el aceite de coco con las enfermedades cardiovasculares (ECV).
dietas altas en carnes rojas con el cáncer y ECV.
ingesta alta de sal con presión arterial alta
alimentos genéticamente modificados y el cáncer
el trigo con el Alzheimer
el consumo del huevo con colesterol alto
…y así sucesivamente
¿Puede haber ALGÚN TIPO DE RELACIÓN?…
… puede ser.
Pero por lo general es pequeña y carente de una correlación significativa.
Lo que se encuentra en un estudio único nunca puede ser considerado como la verdad absoluta.
Los estudios que se pueden replicar de múltiples laboratorios con varias poblaciones es lo que refuerza la confianza de que los resultados no fueron “accidentales” o falsos.
En especial, los meta-análisis de alta calidad, y las reseñas sistemáticas, son las mejores opciones para poder discernir entre lo que la ciencia ha encontrado como cierto hasta este momento, de lo que no.
Y digo “hasta este momento” porque la ciencia siempre está en constante evolución, y nuestros puntos de vista pueden cambiar gracias a esto.
No te dejes llevar por lo que ves en revistas o lo que te platican tus amistades.
Mejor escucha a personas que realmente demuestren tener dominio del tema y que, con estudios en mano, puedan ayudarte a encontrar la mejor solución para tu situación.
Conclusión
Sé tu propio científico…
Libérate de mitos…
Cuando escuches a alguien hablar sobre “lo que vio en internet”… o lo que “le llegó por whatsapp”… sé escéptico.
Si te quieren vender un suplemento alimenticio porque es lo mejor para “x” cosa, desconfía.
Piensa sobre cuáles podrían ser las causas que provocan esos resultados en algún estudio particular.
La ciencia es “auto corregible” y capaz de discernir entre el dogma y la verdad. Tristemente, demasiadas personas muerden el anzuelo de la desinformación y los mitos.
Si estás armado con fuentes confiables de información y sabes que muchos de los titulares que ves en diferentes sitios están inflados para crear controversia, podrás “ver la matrix” en la industria del fitness, y evitar caer presa de la desinformación.
Como dijo Winston Churchill:
“El auténtico genio consiste en la capacidad para evaluar información incierta, aleatoria y contradictoria.”
Esculpe tu vida, comienza con tu cuerpo.
-Mike.
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