Psicóloga Integrativa/Coach/Facilitadora/Dramaturga
DEFINICIONES DE AUTOESTIMA:
Siguiendo con nuestra idea anterior de la Autoestima como un continuo de energía, ("Iceberg") podemos decir que la mayoría de las definiciones ubican la Autoestima en el Nivel III (Conceptual) o en el Nivel II (Perceptivo Sensorial).
Veamos algunos ejemplos:
Coopersmith (1967) . la autoestima es un juicio personal de merecimiento expresado en las actitudes que el individuo mantiene hacia sí mismo. Rogers (1971) hace alusión a la autoestima proponiendo el desarrollo de la autoimagen como guía para mantenerse en el mundo exterior. Branden (1990) redefine la autoestima como la capacidad de confiar en uno mismo y en saber que somos merecedores de la felicidad. Kernis (2003)la autoestima es un constructo afectivo que consiste en emociones relacionadas con sentirse valorado, querido y aceptado. Gallardo (2006) el auto concepto y la autoestima son conceptualizaciones de la persona sobre sí misma, que se construyen en interacción con el medio, y que van acompañadas de connotaciones afectivas y evaluativas importantes. Por último, Lannizzotto (2009) refiere que la autoestima es el sentimiento que surge en nosotros después de la captación de la persona que somos, comprendiendo la autoestima como una valoración, y como tal es un acto combinado de conocimiento y afectividad.
La siguiente definición sobre Autoestima de Manuel Barroso (1987) se ubica claramente en el Nivel I dentro del continuo de la Autoestima como Energía: “Autoestima es la energía del organismo que organiza, diferencia, da sentido y dirección a todo lo que acontece en ese organismoDe manera específica la Autoestima es la Energía que se ha ido diferenciando a través del contacto/experiencia, dando lugar a dos subsistemas interdependientes: El Sí mismo y el Contexto”.
Sin descartar los aportes de otros autores que han contribuido al estudio de la Autoestima, nos identificamos con la definición de Manuel Barroso por considerarla más ajustada a los procesos dinámicos y complejos que se dan en la persona como totalidad biológica/orgánica, psicológica, mental, social y espiritual.
ORIGEN, FORMACIÓN, DESARROLLO Y SOSTENIMIENTO DE LA AUTOESTIMA
Sin duda el origen, formación, desarrollo y sostenimiento de la Autoestima es un proceso dialéctico-constructivo, de asimilación y acomodación, que se da entre la persona y su medio natural y socio-cultural. Es un tomar y dar donde cada persona es responsable en última instancia de honrar su Ser Esencial, es decir, su Autoestima.
La edad temprana (pre-natal hasta los 8/9 años) es decisiva en la formación y desarrollo de la autoestima, logrando seres humanos más o menos Autoestimados según los padres y adultos significativos (familia, escuela) permitan y respeten la expresión auténtica de la fuerza vital de la persona, es decir, sus necesidades, potencialidades y capacidades; el niño, dependiendo de sus vivencias y los mensajes recibidos, irá construyendo y validando sus mapas y referentes personales (autoconcepto, autovaloración) que son puestos a prueba y redefinidos, si es posible, en la adolescencia.
Sin embargo, la autoestimación es un proceso continuo que se mantiene a lo largo de la vida, incluso justo antes de la muerte. La vida y sus múltiples experiencias le plantean a la persona retos y oportunidades para expandir o contraer, negar o bloquear, su Autoestima.
La Autoestima se fortalece en la acción, en el día a día, en contacto con la experiencia, siempre que nos mantengamos conscientes y congruentes. En este sentido, es importante concientizar e integrar nuestras “polaridades” (opuestos ignorados, negados o rechazados) a fin de vivir a plenitud como totalidades vitales y no como “imágenes etiquetadas” de bueno/malo; egoísta/altruista; inteligente/torpe. Honrar nuestra Autoestima es simplemente Ser quienes Somos.
.....En definitiva, somos espejos frente a espejos.
Hay seis reglas de oro para Autoestimarnos y para promover la Autoestima en el otro:
1.- Querer a la persona.
2.- Creer en esa persona.
3.- Valorar a esa persona en sus necesidades, capacidades y potencialidades.
4.- Desafiar a esa persona para que crezca.
5.- Apoyarla y acompañarla.
6.- Darle libertad para que se asuma responsable y autónoma.