Los peelings faciales han adquirido un gran protagonismo hoy día en cuanto a tratamientos de belleza se refiere, debido a lo eficaces que resultan no sólo para eliminar células muertas de la piel y regenerar los tejidos, sino también para atenuar manchas y cicatrices de nuestra piel.
Por lo general, son tratamientos estéticos muy costosos, por lo que no están al alcance de cualquiera. Además de ello, es importante estar bien informados y elegir el adecuado para nuestra piel, ya que algunos son extremadamente abrasivos y pueden causarnos más perjuicio que beneficio.
Por suerte, existen alternativas caseras mucho más económicas y sencillas de elaborar que pueden darnos también excelentes resultados. ¿Quieres saber más sobre ello? En este artículo te lo contamos todo.
Consejos antes de realizar el peeling casero
Los días previos a aplicarnos el peeling casero debemos preparar nuestra piel, evitando el uso de maquillajes y realizándonos un pequeño masaje exfoliante e hidratante al menos el día antes de su aplicación. Una opción sencilla y rápida de realizar es la de mezclar un par de cucharadas de yogur natural con un poco de avena o azúcar. Masajeamos suavemente haciendo círculos y dejamos actuar durante unos minutos. Retiramos después con agua tibia.
Otro dato a tener en cuenta es que al ser un tratamiento algo abrasivo, es importante que evitemos exponer nuestro rostro al sol o frío extremo al menos hasta un día después de haberlo realizado (si no tenemos otra opción más que salir, usaremos suficiente protección). El mejor momento para realizarlo es la noche.
¿Por qué utilizar aspirina?
La aspirina es rica en beta hidroxiácido, un compuesto liposoluble muy empleado por la industria cosmética para elaborar todo tipo de cremas y tónicos faciales, ya que además de favorecer la regeneración celular, posee grandes cualidades antiinflamatorias que nos ayudan a combatir el acné y reducir las marcas de las cicatrices.
Cómo realizar nuestro propio peeling casero
Coloca en un mortero cinco aspirinas y machácalas hasta convertirlas en polvo. A continuación añade dos cucharadas de yogur natural y otras dos de miel y mézclalo bien hasta formar una pasta uniforme.
Aplicación
Lava bien tu rostro con agua y jabón neutro. Seguidamente abriremos los poros de la piel, para lo cual humedeceremos una toalla con agua bien caliente y cubriremos con ella nuestro rostro durante 5 minutos. Otra opción es hervir agua y colocarnos delante del recipiente con una toalla cubriéndonos la cabeza, como cuando inhalamos vapores para descongestionar las vías respiratorias.
Una vez estén abiertos los poros de la piel, secamos con una toalla seca y nos aplicamos la mezcla anteriormente realizada, dejándola actuar durante 20-30 minutos antes de retirar con agua fría. Por último, puedes aplicar sobre tu rostro un poco de pulpa de aloe vera o en su defecto, crema hidratante.
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