CÓMO CONTROLAR LAS EMOCIONES CUANDO TENEMOS ANSIEDAD

“La intensidad de la angustia es proporcional al significado que la situación tenga para la persona afectada, aunque ella ignore esencialmente las razones de su ansiedad” (Karen Horney)

Pocas frases han descrito con tanta eficacia y simplicidad lo que acarrea la dificultad para controlar las emociones cuando tenemos ansiedad. Como si de un río desbordante se tratara -aunque paralizador, no activador-, nuestra mente permanece en guardia aunque no exista ningún estímulo amenazador real.

Del mismo modo que sucede cuando el estómago produce demasiado ácido gástrico por un desbalance orgánico, la ansiedad hace lo propio con el mecanismo natural del que disponemos los seres humanos para percibir las amenazas.

Sin embargo, no es fácil vencer la ansiedad generalizada cuando entramos en ese bucle de “temor al temor” o, más bien, de tener miedo a volver a sentir esa ansiedad.

En realidad, esto puede ser explicado por la química que se encuentra detrás de la ansiedad. Según la “Revista Ciencia” y el psicólogo Miguel Pérez de la Mora, “no existe ninguna región única encargada de la integración de la ansiedad” en nuestro cerebro sino que hay múltiples que se activan en nuestro sistema nervioso central cuando la sentimos, es decir, no se puede hacer alusión a un único neurotransmisor sino al global de las neuronas y conexiones neuronales que participan (como puedes intuir resulta más complejo, incluso, a nivel explicativo).

Es decir, se trata de un trastorno complejo y multifactorial por lo que resulta complicado darle una solución simplificada.

¿Podemos controlar las emociones con ansiedad?

Depende. Si la ansiedad se produce de manera puntual hay ciertos consejos que se pueden seguir para modular las emociones a un nivel cognitivo “casero”. Sin embargo, cuando se sufre de ansiedad generalizada, el tratamiento sin la intervención profesional adecuada puede empeorar la situación ya que hablamos de un trastorno serio que afecta enormemente a quién lo vive. Por ello se debe trazar la línea entre lo que es la ansiedad natural y lo que no separando entre aquel hecho puntual en el que nos sentimos ansiosos (una reunión o entrevista, la muerte de un ser querido, un examen) y ese otro que no nos abandona sino que se instala en nuestra vida diaria.

Cómo puedes controlar las emociones cuando padeces ansiedad

Aunque la complejidad del trastorno de ansiedad generalizada hace inviable que en un solo artículo se puedan identificar soluciones definitivas (ya que cada caso es diferente), ahí van dos consejos básicos para modular las emociones cuando creemos que una sensación de este tipo nos sobrepasa:

Sé autoindulgente: A menudo, una de las raíces de la ansiedad es la autoexigencia y una tendencia al perfeccionismo. Por ello, si quieres cambiar tu diálogo interno, lo principal es tratarte bien y saberte perdonar. Recuerda que llevar al juez más duro en tu mente es el peor boicot que te puedes hacer.

Pequeños logros para mejorar la autoestima: La ansiedad también se relaciona con una tendencia a sentirse observado con lupa en todo momento y juzgado por lo que se debe trabajar también la autoestima. Una manera de hacerlo es la de ir cumpliendo pequeños objetivos -por ejemplo, empezar a desayunar sano o hacer unos pocos minutos de ejercicio al día durante 4 días a la semana-. Han de ser objetivos fáciles de cumplir para que no cueste realizarlos. Al ser consciente de que eres capaz, tu autovaloración y motivación mejorarán y, por tanto, tu ansiedad decaerá.
Obviamente, detrás de la ansiedad hay múltiples factores y, como siempre, te recomendamos que cuando dure demasiado ese estado de ansiedad, solicites ayuda profesional.

Autora: Álex Bayorti (colaboradora de nuestro blog)

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